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“Rechazamos los intentos de la sociedad de imponer papeles sexuales y cualquier definición de nuestra naturaleza, porque hemos renunciado a dichos papeles y a los mitos simplistas de la sociedad. Queremos ser lo que somos. Queremos crear nuevas formas sociales y nuevas relaciones humanas basadas en la fraternidad, la cooperación, el amor y la desinhibición de la sexualidad” desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes hacemos nuestras estas palabras escritas hace casi 50 años por el Frente de Liberación Gay.

A pesar de haber pasado décadas desde entonces, la lucha por los derechos de la comunidad LGTBI sigue siendo más necesaria que nunca. Tenemos muy presente la masacre en la discoteca Pulse de Orlando, cuando 50 personas murieron y 53 resultaron heridas, así como los campos de concentración para homosexuales en Chechenia y todos aquellos países donde la persecución de la comunidad LGTBI llega incluso a la aplicación de la pena de muerte. En México pese a una mejora en derechos, los crímenes de odio contra el colectivo no disminuyeron en México en el mandato de Peña Nieto, registrándose 381 asesinatos en los últimos cinco años o sea de 2013 a 2018. Las agresiones contra nuestro colectivo a nivel mundial están aumentando de forma dramática en vez de disminuir. Según el último reporte de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA, por sus siglas en inglés), todavía en 71 países (37% de la ONU) la homosexualidad es ilegal: 32 en África, 23 en Asia, 10 en América y seis en Oceanía.

Estas agresiones son parte de la dramática realidad de opresión que sufrimos los y las personas LGTBI, especialmente los y las más jóvenes. Más del 80% de los menores y adolescentes trans piensan en quitarse la vida y más del 40% lo intentan. Esta barbarie social es el reflejo de la cruel discriminación y opresión a la que los y las compañeras del colectivo LGTBI estamos sometidos prácticamente en todos los ámbitos de nuestra vida. Sabemos que esta violencia no es casual, sino que es fruto del sistema en el que vivimos. Un sistema que, por un lado, nos condena a los recortes y a la explotación que sufre el conjunto de la clase trabajadora y la juventud y, por otro, da alas a la ideología podrida y reaccionaria de la derecha y la Iglesia Católica que difunde el veneno del machismo y la LGTBIfobia.

La Iglesia y la derecha: garantes de la opresión, la homofobia y el machismo

En el Estado Español el Partido Popular, Ciudadanos y Vox (partidos de derecha y ultraderecha), con sus políticas, ideología reaccionaria y el ADN franquista que comparten, no sólo perpetúan la discriminación de todas aquellas personas que no nos identificamos con su modelo heteropatriarcal, sino que también la alimentan. La lista es larga. La designación de la jueza María Elósegui, una destacada representante de la caverna que considera la homosexualidad y la transexualidad ‘patologías’, como representante de España en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Las declaraciones de Pablo Casado defendiendo que “el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer”. Santiago Abascal anunciando que “la bandera de los gays es la bandera de España”. Fernando Paz, número uno de Vox por Albacete al Congreso, aclamando sin sonrojarse que “hay terapias para reconducir a los gays”. Albert Rivera afirmando que “llamar matrimonio a una unión homosexual genera tensiones innecesarias y evitables”. Y un largo etcétera.

De la mano de la derecha y de los medios de comunicación está la cúpula de la Iglesia Católica. Una jerarquía que ha sido señalada y acusada de múltiples casos de abusos sexuales contra menores y que aun así se siente con el derecho de criminalizar día sí y día también con total impunidad a las personas del colectivo LGTBI, tratándonos de enfermos y antinaturales, entre otras tantas barbaridades. Tal es el caso del Arzobispo de Alcalá, Reig Pla, famoso por su guía para curar la homosexualidad, que afirmó en la televisión que las personas homosexuales a menudo “se prostituyen” y “van a clubes de hombres” para “encontrar el infierno”. También está el ejemplo del Cardenal Fernando Sebastián, que afirma que “la homosexualidad es una deficiente sexualidad que se puede normalizar con tratamiento”. O el Obispo Casimiro López Llorente, quien dijo que “las parejas de personas del mismo sexo provocan un notable aumento de hijos con graves perturbaciones de personalidad”.

Todas estas declaraciones no son casos aislados concretos anecdóticos o el pensamiento de individuos que no tienen voz ni voto dentro del Obispado. El Papa Francisco, que ha sido presentado enérgicamente como el Papa más tolerante y abierto de la historia, decía en la entrevista realizada por el programa Salvados de la Sexta: “si los papás empiezan a ver cosas raras [refiriéndose a la homosexualidad], tienen que ir a un profesional”. Esta es la línea ideológica de una institución que tiene fuertes lazos con la dictadura franquista y con organizaciones abiertamente homófobas y tránsfobas como HazteOír, una organización ultracatólica financiada con dinero público y conocida por el polémico autobús “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vagina. Que no te engañen”, que paseó impunemente por las calles de todo el Estado Español.

¡La movilización y la organización son el camino!

Este año celebramos el 42 aniversario de la primera manifestación gay en el Estado español, cuando alrededor de 4.000 manifestantes alzaron sus voces en Barcelona por los derechos de la comunidad LGTBI. Aquel grupo de personas pagó su valentía sufriendo una salvaje represión policial. Fueron años de combate en los que se conquistaron importantes derechos políticos y sociales, entre los que estaban la libertad de expresión y asociación, la educación pública, el derecho al aborto y al divorcio, la legalización de los anticonceptivos… Pero no fue en vano, abrieron un importante camino que seguimos construyendo hoy.

Hoy también nos toca levantarnos en defensa de nuestros derechos, de todos ellos, tanto en lo referido a nuestra plena libertad sexual como nuestro derecho a un puesto de trabajo digno, por una sanidad y educación públicas… Porque nuestra opresión tiene responsables, y son los mismos jueces y juezas que dictan sentencias como las de la Manada, los mismos defensores de este sistema capitalista que encarcelan a raperos y persiguen a seres humanos por su lugar de nacimiento o el color de su piel.

Durante todo este curso, desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes hemos impulsado la lucha por una asignatura de educación sexual que eduque contra el machismo y la LGTBIfobia en nuestras aulas y expulse los tentáculos y la moral podrida de la Iglesia de nuestros centros de estudio. Nos hemos solidarizado con la movilización por una ley trans digna y hemos levantado una huelga general espectacular el 8M en el Estado Español, donde todas y todos los oprimidos hemos alzado la voz por nuestros derechos, cuerpos y vidas.

La lucha del colectivo LGTBI se siente hermana de todas las movilizaciones que han hecho posible hacer caer al gobierno reaccionario del Partido Popular. Hemos formado parte de esta rebelión y somos parte de la lucha de la clase trabajadora contra la explotación y la opresión de este sistema y sabemos que sólo en las calles, levantando un fuerte movimiento revolucionario, podremos conseguir todas nuestras reivindicaciones. Por eso, el 17 de mayo y todos los días, reivindicamos un movimiento LGTBI de combate y anticapitalista, cuyo objetivo es construir una nueva sociedad, una sociedad socialista, en la que todos y todas podamos vivir en genuina libertad.

Desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas en México y todo el mundo animamos a todos y todas a organizar acciones contra la LGTBifobia en nuestros centros de estudio, por eso proponemos algunas acciones reivindicativas para este día:

  1. Organizar consultas para incluir en el reglamento de régimen interno de la escuela la libertad de vestimenta y de identidad y orientación sexual.
  2. Recoger firmas exigiendo al Gobierno la puesta en marcha inmediata de una asignatura de educación sexual inclusiva y en libertad, sacando la cartilla moral de las escuelas.
  3. Hacer fotos con el cartel y subirlas a las redes sociales mencionando nuestras cuentas de Facebook y envialas para difundirlas al máximo Libres y Combativas Mx y Sindicato de Estudiantes Mx - CEDEP
  4. Organizar asambleas, actos u otras iniciativas en defensa de los derechos del colectivo LGTBi.

¡Por una lucha LGTBI revolucionaria y anticapitalista!


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