El 29 de marzo, en Consejo de Ministros extraordinario, el gobierno decidió intervenir financiando con hasta 9.000 millones de euros a Caja Castilla - La Mancha (CCM). El día anterior el Banco de España (BE) acordaba la sustitución de los administradores de dicha caja de ahorros. Tras esta intervención, el gobierno y el BE no han ahorrado esfuerzos en intentar minimizar este rescate -el más importante desde que en 1993 intervinieron Banesto- con las letanías de siempre: el sistema financiero español sigue siendo enormemente sólido, no ven problemas inmediatos en otras cajas, CCM representa menos del 1% de los activos financieros del país, etc.
El 29 de marzo, en Consejo de Ministros extraordinario, el gobierno decidió intervenir financiando con hasta 9.000 millones de euros a Caja Castilla - La Mancha (CCM). El día anterior el Banco de España (BE) acordaba la sustitución de los administradores de dicha caja de ahorros. Tras esta intervención, el gobierno y el BE no han ahorrado esfuerzos en intentar minimizar este rescate -el más importante desde que en 1993 intervinieron Banesto- con las letanías de siempre: el sistema financiero español sigue siendo enormemente sólido, no ven problemas inmediatos en otras cajas, CCM representa menos del 1% de los activos financieros del país, etc.

De hecho, insistían en que la Caja Castilla - La Mancha era solvente, que no existía agujero financiero, pero que presentaba problemas de liquidez que hicieron necesaria la intervención para garantizar su futuro. Hoy, pocas semanas después, pocos dudan de que el futuro de la CCM probablemente será el de su desaparición tras la subasta de sus activos entre otras entidades.

Hechos frente a las revisiones oficiales

Las palabras tranquilizadoras sobre la solidez de la economía española han sido desmentidas radicalmente por la realidad. En pocos meses el Estado español ha pasado de un crecimiento del PIB superior a la media europea, a la recesión más profunda en 60 años. ¿Hay alguna razón para dar crédito, esta vez, a las afirmaciones sobre la fortaleza del sistema financiero español?
Lo primero a destacar es que las previsiones de los gobiernos y las agencias especializadas han errado miserablemente en todos los puntos fundamentales.
Como muestra un botón: en octubre de 2007 un informe de la agencia estadounidense de calificación crediticia Moody's decía que "pese a la significativa exposición al crédito a constructoras y agentes inmobiliarios, los bancos y cajas españoles se encuentran bien posicionados para afrontar un desaceleración en estos sectores".
Esta prestigiosa agencia apostaba por un aterrizaje suave en el sector inmobiliario que se concretaría en un estancamiento o un moderado descenso en los precios de la vivienda, la ausencia de un deterioro material del mercado laboral y un crecimiento económico cercano al 3%. En este escenario los señores de Moody's indicaban que ninguna entidad se vería amenazada. Sin descartar completamente el riesgo de "aterrizaje brusco", lo consideraban una probabilidad remota. Hoy, abril de 2009, esta perspectiva golpea duramente a la economía española que se encuentra en una espiral descendente a la que no se le ve el fondo.

¿Reestructuración del sector
o terremoto financiero?

Ahora muchos analistas reconocen como inevitable que toda una serie de entidades sucumbirán, bien absorbidas por otras más fuertes o simplemente liquidadas subastando sus activos entre otras, como presumiblemente ocurrirá con CCM.
En este sentido, la atención está empezando a centrarse en otras cajas de las que se ha conocido que arrastran problemas similares a CCM, como Caja Sur, a la que la agencia de calificación Fitch ha bajado el rating al nivel de bono basura (lo mismo le ocurrió a CCM cuarenta días antes de ser intervenida), Caja Granada y Caja de Ahorros del Mediterráneo.
El propio desarrollo de los acontecimientos está poniendo en la picota nuevas entidades. La perspectiva con la que trabajan los analistas es la desaparición de las más débiles y el fortalecimiento de las más importantes.
Pero este ya de por sí preocupante de-sarrollo de los acontecimientos puede verse, una vez más, superado por la realidad y encontrarnos con que el sistema financiero en su conjunto pueda sufrir una conmoción de proporciones difíciles de calcular. Los datos concretos no son nada tranquilizadores.
Los promotores inmobiliarios debían a la banca 318.000 millones de euros al cierre de 2008. Estos créditos están concentrados en 5.000 empresas de las 100.000 registradas. La situación se complica porque las garantías aportadas por estas compañías (solares, pisos, etc.) van perdiendo progresivamente su valor, y el endeudamiento del sector alcanza el 80%.
Se consuelan diciendo que la banca en su conjunto puede absorber hasta 100.000 millones de euros en impagos, aunque reconocen que si se produce un desplome más brusco de lo previsto en la economía, los impagos podrían ser mayores y los problemas para el sistema financiero alcanzarían un nivel crítico. Pero las perspectivas económicas siguen siendo muy sombrías y los impagos de las inmobiliarias pueden alcanzar cotas insostenibles para la banca.

La morosidad, espada de Damocles sobre bancos y cajas

La morosidad se ha triplicado desde el comienzo de la crisis en 2007, encontrándose hoy en el 4,13%, la cota más alta en trece años. Las cajas de ahorro lideraron esta tasa alcanzando el 4,84%. Los expertos prevén que la morosidad podría alcanzar en 2009 el 9%.
Según fuentes del Banco de España, que han exigido el anonimato1, la situación general del sistema financiero es muy grave. Según estas fuentes "hay una docena de entidades que no cumplen el coeficiente de solvencia y algunas están en situación de quiebra".
De hecho, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, ha reconocido oficialmente que el coeficiente de solvencia de las cajas de ahorro está en el 11,8% y el de los bancos en el 10,9%, al tiempo que recordaba que coeficientes por debajo del 8% suponen la intervención del BE.
La fuente anónima del BE continua explicando que debido a que muchos activos declarados por las entidades lo han sido a un valor que no se corresponde con el que le da el mercado (este valor decrece día a día), los resultados que se van a dar o que se están dando, no son ciertos. En unos casos el beneficio real es más bajo del anunciado y en otros son pérdidas abultadas.
Otro dato significativo que revela la delicada situación, esta vez de las cajas de ahorro, es que a finales de enero contaban con un saldo de créditos a clientes de 911.894 millones de euros, frente a depósitos de clientes de 786.717 millones de euros.
La realidad de los datos demuestra que las entidades financieras en general y no sólo las pequeñas, con las cajas al frente (la tasa de morosidad de Caja Madrid es del 4,87% y esperan que en 2009 llegue al 7,3%, también sus beneficios han caído un 70,6% con respecto a 2007) están al borde del precipicio. La continuación y profundización de la caída de la economía puede ser el empujón definitivo que haga tambalear a todo el sistema financiero español.
Así, Quintás exige al gobierno, para afrontar esta situación de "emergencia nacional"2, más medidas para ayudar a los hipotecados y al propio sistema financiero.
Mientras, las fuentes anónimas del BE antes citadas siguen explicando que el incumplimiento del coeficiente de solvencia, más la situación de quiebra técnica, más la ausencia de liquidez, se convierte en un cóctel insuperable para algunas entidades.
Según estas mismas fuentes, "el BE ha decidido esperar a los resultados del primer semestre de 2009 antes de actuar. En definitiva se trata de dar hilo a la cometa".
La conclusión parece clara. Mientras de cara a la galería siguen llamando a la calma y a la confianza, intentan buscar refugio a la espera de que llegue lo que probablemente sea la tormenta perfecta en el sistema financiero español.

1. "El Banco de España esperará las cifras del primer semestre para decidir si interviene en alguna entidad", de J. Cacho, www.cotizalia.com, 19 de enero de 2009.
2. "Las Cajas de Ahorro prevén una situación dramática", www.laopinion.es, 18 de marzo de 2009.

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