A 70 años de su cobarde asesinato, las ideas de Lev Davidovich Bronstein, más reconocido como León Trotsky, siguen más vigentes que nunca. Desde sus dieciocho años que comienza su trayectoria revolucionaria en Nikolaiev, donde construyó la primera organización ilegal de trabajadores, la Liga Obrera del Sur de Rusia, hasta su asesinato en México en 1940, Trotsky dio su vida a la clase trabajadora y la lucha revolucionaria.

León Trotsky es sin duda uno de los más grandes revolucionario del siglo XX, comenzó su vida política en un grupo populista pero al poco tiempo se convenció de las ideas marxistas. Fue arrestado por primera vez cuando tenía 19 años, pasando dos años y medio en prisión para después ser desterrado a Siberia. Al poco tiempo se fugó y viajo a Londres donde se reunió con Lenin, Plejanov y otros revolucionarios. En una de esas ironías de la historia, el pasaporte falso que uso para salir de Rusia estaba a nombre de uno sus carceleros: Trotsky. Lev Davidovich más tarde sería conocido con ese nombre por el mundo entero.

Participo en la primera revolución rusa en 1905, fue ahí donde dirigió el primer Soviet de Diputados Obreros de San Petersburgo. Lamentablemente la revolución fue derrotada y los años siguientes fueron con toda seguridad los años más difíciles en la historia del movimiento obrero ruso pues reinaba en el ambiente el desanimo, pesimismo y desesperación, cuestión que se tradujo en una serie de intentos por revisar  las ideas marxistas. Lenin se dedicó a librar una lucha implacable contra el revisionismo para defender la teoría y los principios marxistas. Pero fue Trotsky quien doto a la revolución de una base teórica para la recuperación tras la derrota de 1905 y desarrolla en líneas generales la teoría de la revolución permanente, una de las contribuciones más brillantes del pensamiento marxista.

Trotsky junto con Lenin dirigieron la revolución Rusa de 1917. La revolución de Octubre ha sido hasta el momento el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad. Por primera vez las masas obreras tomaron su destino en sus propias manos y emprendieron la tarea de transformar la sociedad y construir el socialismo.

Lenin insistía una y otra vez que la revolución debía de extenderse a otras naciones sino sería su fin. Tras la revolución de octubre hubo más de una ocasión donde la clase trabajadora pudo tomar el poder en otros países pero debido a la falta de una dirección revolucionaria y a la traición de sus líderes esto no pudo ser posible. Aunado a esto, las condiciones de atraso por las cuales atravesaba Rusia y la guerra civil que se desarrolla después de 1921 dieron las condiciones para que las masas quedaran debilitadas y no pudieran continuar su labor de edificación de la sociedad socialista.

Tras la muerte de Lenin, la revolución proletaria queda a expensas de una camarilla burocrática encabezada por Stalin. Trotsky, fiel a sus principios marxistas, dio una batalla a muerte, literalmente, por la revolución y el internacionalismo proletario. Eso le costó ser exiliado primeramente a Siberia para después ser desterrado en 1927 a Turquía. En ésta última es donde inicia una de las partes más cruciales de su existencia, Trotsky consideraba que su lucha y pensamiento eran más necesarios en ese preciso momento que antes, para que revolución no claudicara y para mantener limpia la bandera del marxismo revolucionario.

Formó la Oposición de Izquierda con la intención de aglutinar la fuerzas del autentico marxismo y continuó dando la batalla ideológica en contra del estalinismo y en defensa del programa marxista.

En los años previos a su asesinato, Trotsky había presenciado el asesinato de uno de sus hijos, la desaparición de otro, el suicidio de su hija, la masacre de sus amigos y colaboradores dentro y fuera de la URSS y la destrucción de las conquistas políticas de la Revolución de Octubre. Los juicios de Moscú (1936-1938) significaron la aniquilación de todos los bolcheviques; los antiguos compañeros de Lenin fueron acusados de crimines contra la revolución incluso acusados de ser agentes de Hitler y fueron liquídanos bajo la bota de Stalin.

Trotsky, a pesar de haber observado y vivido todas las barbaridades que el estalinismo hizo, nunca claudico y murió con una fe inquebrantable en el futuro socialista. Por todo lo anterior y mas, es todo un placer para la Fundación Federico Engels junto con la Casa Museo León Trotsky publicar el libro: Mi vida de León Trotsky. Una obra autobiográfica donde el revolucionario muestra tal y como fue su vida sin ocultar sus errores, pero ante todo cómo la lucha de la clase obrera lo sello para ya nunca más separarse de la causa bolchevique.

Para nosotros es importante poner al alcance de todos, esta obra magnífica que será de mucha ayuda en la formación y estudio de las ideas revolucionarias, obra que nos introduce más en querer conocer la obra de este gran revolucionario. Este pasado 20 agosto se cumplieron 70 años del asesinato de León Trotsky, sin embargo su pensamiento sigue vigente. Por eso desde Militante te invitamos al estudio de la obra de este gigante revolucionario pero que además luches con nosotros porque sus ideas se materialicen y se vuelvan una realidad, en palabras de Trotsky: “La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.”

Presentación del Libro Mi Vida de León Trotsky

  • 31 de Agosto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, CU, las 13:00 en la Sala Lucio Mendieta y Núñez (Edificio F)
  • Miniferia del Libro Marxista. Del 23 al 27 de Agosto en la Explanada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, CU.

Fundación Federico Engels

www.fundacionfedericoengels.org


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