En el estado de Guerrero, el pasado 31 de enero se llevó a cabo el proceso electoral para elegir al nuevo gobernador de dicha entidad. La contienda se desarrolló teniendo por un lado al candidato de la coalición PRI-PVEM-Panal, “Tiempos mejores para Guerrero”, el priista Manuel Añorve Baños, quien por cierto es cercano colaborador de Enrique Peña Nieto, y por otro lado representando la coalición PRD-PT-Convergencia, “Guerrero nos une”, el contendiente fue el ex priista Ángel Heladio Aguirre Rivero, el cual es primo de Añorve.

Enmarcada por un ambiente de violencia por la supuesta lucha contra el narco, y con una serie de ataques previos hacia priistas como a perredistas, la jornada electoral se desarrolló sin mayores contratiempos, teniendo como ganador a Ángel Aguirre con el 55.4% de las preferencias, mientras que Añorve Baños obtuvo el 42.9% del electorado. Es decir el candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia tuvo una ventaja de casi 13 puntos. A pesar de la clara victoria de Aguirre, el candidato del PRI ha hecho reiteradas declaraciones en el sentido de impugnar la elección, sin embargo la respuesta de su partido ha sido pobre, sumando a esto las declaraciones de Peña Nieto reconociendo el triunfo de Aguirre. Con esto último queda claro que también a lo interno de la cúpula priista existen serias divisiones.

Guerrero se ha caracterizado por ser un bastión tradicional de los cacicazgos priistas, sin embargo también es un estado con amplias tradiciones de lucha. Por lo tanto surgen una serie de cuestionamientos que tenemos que responder: ¿el hecho de que en las pasadas elecciones se haya derrotado al PRI significa esto un verdadero cambio para los explotados guerrerenses? ¿El triunfo de la coalición PRD-PT-Convergencia significa un verdadero avance de la izquierda en el estado?

Para responder a estos cuestionamientos no es suficiente con sólo hacer una análisis de las fuerzas políticas en disputa, o de los intereses cupulares que existen a lo interno de los partidos como lo hacen todos los “intelectuales” en los medios de comunicación, envueltos en un aura de sabiduría superior por encima de los demás mortales. Para los marxistas lo que pasa en los procesos electorales también es reflejo del desarrollo de la lucha de clases. El descontento de los trabajadores, campesinos, y jóvenes que no tienen alternativas de estudio ni de trabajo, también se expresa a través de los procesos electorales, el ejemplo más claro lo vivimos en el 2006.

El papel del PRD

Lo partidos políticos son expresiones de los intereses de clase dentro de la sociedad. El PAN y el PRI por un lado representan los intereses de los grandes caciques y empresarios del país, el PRD, a pesar de los giros a la derecha que ha venido dando es actualmente el partido de izquierda con mayor fuerza electoral, y no hay que olvidar que las bases que lo conforman son miles de trabajadores y campesinos dispuestos a luchar contra el régimen de Calderón. Es aquí, en las bases del partido donde radica su verdadera fuerza y no en su cúpula llena de traidores

El hecho de presentarnos ahora un partido que coquetea cada vez más con la derecha más recalcitrante representada por el PAN, es resultado de una política consiente por parte de la burguesía encaminada a confundir a los trabajadores, presentado un panorama donde pareciera que ya no hay nada, que todo está perdido y que nuestra única alternativa real, capaz de competir contra el PRI y el PAN ahora está descartada. Para esta tarea, la derecha utiliza a los más grandes traidores de los trabajadores representados por Jesús Ortega y Camacho Solís por parte del DIA, alineándose ahora con este sector, el jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard.

Las elecciones del pasado 31 de enero en Guerrero expresan de manera muy clara este fenómeno, donde un ex priista se alinea con el sector de derecha del PRD, y el candidato panista declina unos días antes, evidenciando lo que tras bambalinas es muy claro: el PAN, Jesús Ortega y Camacho Solís van caminando de la mano. Si bien Acción Nacional no tiene ninguna fuerza en el estado, la declinación de su candidato es una muestra de cómo se va abonando el camino para impulsar alianzas PRD-PAN en el Estado de México y a nivel nacional.

Es en este sentido que la victoria de Aguirre en Guerrero, como la de Cue en Oaxaca o Moreno Valle en Puebla no representan más que lo mismo del pasado. Guerrero es uno de los estados con mayor pobreza en el país, además de sufrir una tremenda explotación de sus recursos naturales, y lo que hemos visto en las pasadas elecciones es una maniobra más de la burguesía y los cacicazgos locales  para seguir manteniendo sus privilegios dentro del  estado, aprovechando las grandes ganancias que genera el turismo, sólo que ahora lo han hecho a través de sus infiltrados en los partidos de izquierda.

¿Por qué la derecha usa los partidos de izquierda?

La experiencia de las elecciones en 2006, que abrió un periodo más álgido de la lucha de clases, dejó grandes lecciones también para la burguesía. Ese año quedó más que claro que la burguesía se estaba debilitando presa de su propia política de explotación y mayores ganancias, pero también quedó claro que los trabajadores ya no estábamos dispuestos a seguir soportando esa política que nos lleva a un nivel de miseria cada vez mayor; y este descontento se estaba expresando en las urnas a través del Partido de la Revolución Democrática. Se dieron cuenta del papel que el PRD podría jugar dada la composición de su militancia a pesar de la burocracia que lo controla.

Este es un ejemplo claro de cómo los trabajadores siempre en primera instancia utilizamos nuestras organizaciones tradicionales para salir a la lucha, como son los sindicatos y en este caso el PRD. Sin duda alguna la construcción del partido significó una verdadera escuela para toda una generación de militantes de izquierda, y que entendemos que ahora nuestro partido debe jugar el papel para el cual fue creado: defender los intereses de la clase trabajadora y luchar contra el actual sistema en decadencia.

La burguesía sabe claramente el papel que puede jugar el PRD en el 2012 y no quiere por nada del mundo un escenario parecido al de las elecciones de 2006, por lo tanto es necesario dividir y debilitar al partido, poniendo y financiando infiltrados en una cúpula burocrática que este al servicio de sus intereses. Para la burguesía se ha vuelto una necesidad imperante sabotear la lucha de los trabajadores infiltrando gente en los partidos de izquierda, además de que por sus propios medios no lo podría hacer ya que ésta se encuentra totalmente débil. Es en ese sentido que está utilizando a los chuchos los cuales han pactado las alianzas, trayendo resultados desastrosos para el movimiento obrero. Este es precisamente el objetivo de la burguesía: dividir, confundir, desmoralizar y dejar sin alternativa electoral al movimiento, poniendo a los trabajadores ante la disyuntiva de o votas por el PRI o por el PRD en alianza con el PAN, dejando sin una alternativa propia a los millones de explotados que estamos luchando en las calles.

Sin embargo el hecho de que en Guerrero haya ganado la coalición de los partidos de izquierda con una ventaja de 13 puntos también refleja el descontento hacia la política de los antiguas cacicazgos priistas, y el hecho de que las masas están buscando una alternativa real de cambio. A pesar de que el abstencionismo fue del 50%, cabe resaltar que en este año salieron a votar alrededor de 500 mil personas más que en los comicios pasados. La gente realmente quiere expresarse e impulsar un cambio real en el estado, sin embargo no es suficiente con votar. Tenemos que movilizarnos a través de la reactivación de los comités de base del PRD, ampliando la participación de los miles de militantes que conformamos el partido y poder organizarnos, discutir y tomar decisiones en cuanto al rumbo de nuestro partido, así como elegir a nuestros representantes y que estos sean con carácter de revocabilidad en caso de traicionar la lucha de todos los explotados. Además de que estos comités deben levantar la consigna de expulsar a los chuchos del PRD.

¿Avanza la izquierda sin AMLO?

Las elecciones en Guerrero también han servido para jugar un papel mediático en cuanto a la idea de que la única manera de vencer al PRI es mediante las alianzas y así avanza la “democracia”. Otra idea que los medios de comunicación se han encargado de reproducir constantemente y de manera muy enfática a partir de la victoria de Ángel Aguirre en Guerrero es el hecho de que la izquierda puede avanzar sin AMLO y que Marcelo Ebrard ahora ha tomado la delantera y ha sido el gran ganador en estos comicios. Esto no es una lucha entre dos personajes, lo que hay de fondo es la lucha por los intereses de clase. Marcelo es el claro candidato de la derecha del PRD para las elecciones del 2012, sin embargo con esta medida el objetivo primordial de los chuchos no es la victoria electoral del partido sino fundamentalmente cerrarle el paso a López Obrador como el candidato de la izquierda y así nuevamente hacerle el juego a la derecha y frenar la lucha de los trabajadores.

Como mencionamos anteriormente, la burguesía no quiere un escenario parecido al de 2006 y el temor hacia la candidatura de AMLO no radica solamente en el odio que le tienen hacia él como persona, el verdadero temor de la burguesía radica en los millones de trabajadores que nos agrupamos en torno al Movimiento de Regeneración  Nacional que encabeza el tabasqueño y que éste movimiento tiene la fuerza capaz de vencer al PRI y al PAN en las elecciones de 2012, como lo hicimos en el 2006. El gran poder que tiene el PRI en el Estado de México es sólo una idea falsa que nos quieren hacer creer para desmoralizar al movimiento, haciéndonos pensar que una victoria en la entidad mexiquense es algo casi imposible, y que ahí el PRI es invencible. Como todos sabemos este 2011 será el ensayo general de las elecciones en el 2012 y empezar a meter esta idea de invencibilidad del PRI va enfocado a posicionar a Peña Nieto como el único posible ganador. Sin embargo no podemos olvidar que en el 2006 el 43% del electorado mexiquense apoyo a López Obrador, el doble de lo que consiguió el candidato priista en ese año.

Una victoria de la izquierda tanto en el Estado de México como a nivel nacional sin aliarse con la derecha es totalmente posible, siempre y cuando se le cierre el paso a los oportunistas como Aguirre que sólo quieren al partido para su beneficio propio y llenarse los bolsillos de la riqueza que los trabajadores producimos y se impulse un programa de lucha socialista. No sólo es suficiente votar por la izquierda, debemos de seguir movilizándonos en las calles, si ahora en Guerrero gano la coalición PRD-PT-Convergencia, esta tiene que romper totalmente con la derecha e impulsar un programa que realmente defienda los intereses de los trabajadores. El sector más a la izquierda dentro del PRD representada por AMLO  y Encinas deben hacer un enérgico llamado a reactivar los comités de base, de manera que estos nuevamente tengan vida y sean capaces de elegir tanto a sus representantes como a candidatos a puestos de elección popular, asumiendo la consigna de “Diputado obrero salario obrero”. Ningún dirigente del partido o puesto de elección popular puede tener un salario mayor al de un obrero cualificado, sólo de esta manera se le podrá cerrar el paso a los oportunistas y traidores de la clase trabajadora.

Además el movimiento encabezado por AMLO debe romper esa barrera artificial entre el PRD y las bases del gobierno legítimo, tanto las bases del partido como las del movimiento perseguimos exactamente los mismos objetivos. Obrador debe hacer un llamado a la unidad de la izquierda bajo un mismo programa, expulsando a los chuchos y arribistas del partido. Del mismo modo tanto los comités de base del PRD como los comités municipales y territoriales del Gobierno Legítimo deben levantar el mismo programa; un programa que defienda el empleo para todos los trabajadores, que defienda la educación pública para todos los hijos de los trabajadores, un programa que levante la consigna de la expropiación de la industria, y de la banca para ser puestas a funcionar bajo el control de los trabajadores; un programa que impulse el desarrollo del campo mediante la expropiación y la industrialización de las tierras bajo control de los trabajadores y campesinos pobres. En fin un programa que rompa definitivamente con el capitalismo y luche por el socialismo.


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