En los últimos años hemos sido testigos de numerosas luchas en el sector minero en nuestro país. La sección 271 del Sindicato Minero, presente en Lázaro Cárdenas, Michoacán, mantuvo en 2006 una huelga que duró 142 días, sobresaliendo en ese periodo el haber derrotado a la entonces Policía Federal Preventiva al intentar levantar la huelga además de haberle arrancado la mayoría de sus demandas a la patronal. Tres años después, ante los planes de reestructuración de la empresa que implicaba despedir al 20% de la plantilla laboral, entre otros ataques, los trabajadores responden con otra huelga que concluyó con un triunfo para los mineros de Lázaro Cárdenas, demostrando el carácter combativo y la disposición a la lucha de este sector.

En julio de 2007, las secciones 65, 17 y 201 de Cananea en Sonora, Taxco Guerrero y San Martín Sombrerete, Zacatecas, respectivamente, iniciaron una combativa huelga por mejores condiciones de vida y por la defensa del sindicato ante los ataques de los empresarios y el gobierno.

En 2008, el ejército intentó desalojar a los huelguistas en Cananea pero fracasó. Nuevamente el pasado 6 de junio la policía federal irrumpió sorpresivamente en la mina de Cananea retomando las instalaciones. El conflicto de Cananea se inscribe en una estrategia de destrucción del sindicato minero promovida por el Grupo Minera México y el gobierno federal. Lo anterior resulta de la necesidad del régimen de Calderón por evitar que el descontento de la clase trabajadora se exprese a través de sus organizaciones sindicales y partidos políticos como lo es el PRD, para ello se basa en la represión policial, en la infiltración de sus representantes al interior de estas organizaciones y en las limitaciones que los dirigentes más importantes del movimiento se imponen a la hora de defender a sus organizaciones.

No obstante las represiones, los trabajadores mineros siguen dando muestras de su combatividad, muestra de ello es que desde el 3 de junio pasado, los mineros de la sección 142 de la mina El Cubo, localizada en Guanajuato, han parado sus labores porque la empresa, Gammon Gold se niega a realizar el reparto de utilidades, las cuales no han sido otorgadas desde hace diez años, además de negociar un bono de 50 mil pesos. Los mineros han declarado que se pondrán en huelga a partir del 30 de junio si la empresa insiste en no otorgar las prestaciones económicas. En respuesta, la empresa ha despedido a 397 afiliados al sindicato y demandado a siete dirigentes por despojo, aunado al cierre de las minas Las Torres y Peregrina, ubicadas en el municipio de Guanajuato donde laboraban unas mil personas, como medida de presión para que los mineros de El Cubo cesen en sus demandas. De iniciarse la huelga, sería la segunda en El Cubo en 14 meses ya que el 29 de abril de 2009 los mineros pararon actividades porque se pretendía imponerles jornadas laborales de 10 horas diarias, lo que va en contra de la Ley Federal del Trabajo, no obstante, después de 46 días en huelga, el sindicato aceptó jornadas de 10 horas diarias durante 15 días seguidos por 5 de descanso, durante dos años, a cambio de un aumento de 8% directo al salario y 3% en prestaciones. Esto es un ejemplo claro de que ceder ante las presiones de la patronal no es la solución, cada paso atrás en los derechos laborales es interpretado como un síntoma de debilidad, ante lo cual la patronal exige más recortes a la calidad de vida de los trabajadores.

Otro ejemplo de resistencia nos lo dan los mineros de San Martín en Sombrerete, Zacatecas quienes el próximo 30 de julio cumplirán tres años en huelga junto con los mineros de Taxco, Guerrero y que desde hace más de dos meses se encuentran en un plantón en la Plaza de Armas de la capital zacatecana reclamando justicia por el asesinato del minero Juventino Flores el 10 de junio del 2009 ocurrido durante un enfrentamiento entre huelguistas y disidentes que dirige Carlos Pavón (detractor del sindicato minero) a quienes culpan del asesinato.

Por su parte, a pesar de la entrega de los trabajadores por llevar las luchas a la victoria, los dirigentes del sindicato minero no han dado muestras de querer pasar de la resistencia a la ofensiva, han apostado a la desmovilización y al pacto con la patronal. En lugar de plantear la recuperación de Cananea extendiendo la lucha, en primer lugar al conjunto del sindicato minero, han propuesto negociar el levantamiento de la huelga con la empresa, apostando a que con “argumentos legales” lograran que sean respetados los derechos de los trabajadores, pues acaban de presentar el 24 de junio una demanda de amparo para impugnar el acuerdo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que dio por terminada la huelga.

Esto, para la burguesía representa debilidad por parte de los mineros. Al igual que con el SME el terreno de la legalidad no es una alternativa seria para la lucha de los trabajadores. La actitud de la dirección se contrapone con la combatividad del movimiento. Es por ello que los trabajadores debemos impulsar hacia adelante la lucha, oponiéndonos a la entrada de la policía, defendiendo nuestra herramienta de lucha, la huelga, y luchando por una auténtica democracia obrera e independencia de los sindicatos y organizaciones obreras respecto al Estado.

Una y otra vez, los trabajadores han demostrado toda su disposición y coraje para llevar las huelgas a la victoria, pero se necesita además de eso, que la dirección brinde una estrategia seria y combativa, que vaya más allá del terreno jurídico, tomando medidas contundentes como organizar una huelga general del sector minero a nivel nacional, junto con otros sectores industriales, sindicatos, organizaciones campesinas y con los militantes del PRD, de no ser así existe el peligro de que la lucha no pueda triunfar a pesar del heroísmo y resistencia de las bases del sindicato. Sólo la clase trabajadora unida, organizada y con una dirección consecuente puede evitarlo.

¡Viva la lucha de los mineros!

¡Por un sindicalismo combativo con carácter de clase!

¡Huelga general para frenar los ataques a la clase trabajadora y por el derrocamiento de Calderón!