En los últimos meses se han visto implicados en un duelo que parece no tener solución los dirigentes del sindicato de trabajadores del sistema colectivo (STSTC) encabezado por el Ing. Fernando Espino Arévalo, actual diputado del PRI en la VI legislatura de la ALDF, y Joel Ortega, director general del Metro y otrora ex secretario de seguridad pública del D.F. en la pasada administración de Marcelo Ebrard.

La situación empezó a partir de la denuncia por parte de la dirección del Sindicato, para una apertura del control de los comedores por parte del mismo, situación que se había desencadenado debido a una apertura a privados por parte de director general del Metro para la gestión de alimentos. Al ver esto, la dirección charra del sindicato sintió atacado sus intereses al perder una parte de la administración de los comedores dentro del sistema, a lo cual la respuesta enérgica no se hizo esperar. Sacando comunicados expresando su inconformidad ante dichas medidas tomadas por la dirección, se resolvió invitar a los trabajadores a no usar los comedores del Metro, como una medida desesperada.

A partir del primer mantenimiento que se le debe de prestar a la recién inaugurada línea 12, el conflicto tomó medidas más fuertes, ya que el Sindicato exigía el respeto a los contratos establecidos en 1999 con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, cuando éste estaba a la cabeza del gobierno del D.F, que demandaban una apertura de mas de 2,000 plazas basificadas alrededor de todas las líneas del metro, así como el mejoramiento de las herramientas y del equipo de trabajo para el mantenimiento de los vagones. La negativa por parte del director Joel Ortega se tradujo en una serie de comunicados y ataques entre la dirección del Sindicato y la dirección del Metro, dejando de lado las condiciones sumamente peligrosas en las cuales los trabajadores del metro laboran cotidianamente, tratando de ver solamente por los intereses de cada uno y no por mejorar la precaria condición en la cual se encuentran los trabajadores del metro.

Ante este clima de tensión entre ambas direcciones sale a la luz una propuesta por parte de la dirección del Metro que parecía solucionar cada una de las posturas entre ambos bandos: el aumento de la tarifa del metro de 3 a 4 pesos significaría que se pudieran aumentar las plazas destinadas al Sindicato así como la compra de nuevos materiales de trabajo para la sección de mantenimiento del STC. Las dos partes vieron en esta iniciativa una posible salida a los problemas que inminentemente de estaban viendo en el servicio del metro.

Lo que se les olvida a las dos partes es que el aumento a la tarifa del metro golpeara directamente a los bolsillos de los trabajadores de la ciudad, que ven en el este medio la alternativa más barata de transporte así como un logro por parte del movimiento obrero. El aumento de la tarifa conforme a la propuesta por parte de la dirección del metro sería de un 33% del costo actual, lo que implicaría en términos reales que un viaje del metro costaría alrededor del 8% del salario mínimo y solo contando el viaje de ida.

Estas medidas responden a la lógica que se ha implementado desde la llegada del PRI al poder de constantes ataques a la clase trabajadores, por más mínimos que estos sean, la derecha no se va a tentar el corazón para seguir implementando sus medidas en contra de las condiciones de vida de los trabajadores.

No solamente el ridículo aumento al salario mínimo sino también la subida de los costos de los precios ha significado que los trabajadores vean de forma cotidiana la crisis económica en sus bolsillos, y que el llegar a sus trabajos también se convierta en una cuestión de sacrificio.

El camino que tiene que adoptar Mancera para mejor las condiciones de trabajo de los empleados del Metro y por consecuencia, para mejorar la calidad del servicio que ofrece este medio de transporte, es el de llamar la movilización a los trabajadores que habitan en la ciudad de México y su área conurbada para demandar el incremento del presupuesto que definen senadores y diputados para ser asignado al GDF.

Por eso desde la Tendencia Marxista Militante nos manifestamos en contra del aumento a la tarifa del metro por que esto significa un claro ataque hacia las condiciones de vida de los trabajadores del D.F. y exigimos una revisión hecha por los mismos trabajadores de las finanzas del Metro así como las del sindicato, apoyamos una democratización del mismos sindicato, para evitar la llegada de oportunistas que ven en las organizaciones tradicionales de los trabajadores solo un trampolín político en búsqueda de un puesto en una cámara de diputados. Compañero trabajador del Metro, únete a Militante y defendamos las ideas de un sindicalismo de clase, revolucionario y combativo

¡No al aumento de la tarifa del Metro!

¡Si a la apertura del control obrero las finanzas de su sindicato!

¡Por una administración directa del Metro por parte de los trabajadores! ¡Fuera burócratas del Metro!

¡Por la democratización del sindicato del Metro, fuera a los oportunistas que utilizan a nuestras organizaciones como trampolín político!  


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