Mujer

En entrevista con Radio Plantón (2021), las mujeres protagonistas de la toma del Canal 9 de Oaxaca el 1ro de agosto del 2006, recordaron: se llamó a las mujeres para que “dejaran los papeles que históricamente el sistema nos ha impuesto, como el sometimiento, la abnegación, los trabajos de la cocina y el cuidado a los hijos. Nos dimos cuenta de la capacidad que tenemos para expresarnos, luchar y llamar a la organización de todo el pueblo, y que podíamos desempeñar tareas destinadas sólo a los compañeros, como las brigadas de seguridad y la  repartición de tareas”.

A lo largo de 2 años y 7 meses hemos denunciado a la justicia machista mediante la campaña #NoEstásSola, por la agresión a una de nuestras compañeras por un violador serial en Iztapalapa en diciembre de 2018. La pesadilla de enfrentarse a la violencia sexual se hace más grande en el proceso burocrático de acceso a la justicia clasista y machista.

El Parlamento de Hungría aprobó el 15 de junio un paquete legislativo impulsado por el Gobierno de extrema derecha de Viktor Orbán que prohíbe la "promoción" de la homosexualidad y de la "reasignación de género" ante menores de 18 años. Con esta nueva ley, entre otras cosas, será ilegal hablar sobre orientación o identidad sexual en la educación media y escuelas, y relaciona la pederastia con la homosexualidad.

En el mes del Orgullo 2021, desde Libres y Combativas, Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes levantamos la bandera del movimiento LGTBI revolucionario y combativo. La lucha por nuestros derechos sigue siendo más necesaria que nunca porque la opresión, la desigualdad que sufrimos y las agresiones contra nuestro colectivo no paran de aumentar de forma dramática.

La opresión sufrida por el colectivo trans, sistemática y brutal bajo el sistema capitalista, ha sido ocultada conscientemente por los defensores de la moral y el orden establecido. Incluso ahora, cuando existe una sensibilidad social creciente para defender los derechos trans, se escuchan barbaridades tránsfobas provenientes de la derecha más reaccionaria y, lamentablemente, también de sectores del feminismo acomodado e institucional.

Está ante nosotros la necesidad apremiante de organizarnos y exigir la determinación de este gobierno para eliminar la criminalización de la lucha social y garantizar la libertad de todos los presos políticos, sujetos a procesos penales bajo teatros armados que han buscado frenar el movimiento.

Después de enfrentarse a uno de los mayores miedos de las mujeres en México, la violencia de genero en sus expresiones más bárbaras como son la violación sexual, desaparición forzada y el feminicidio, el monstruo no podría ser más grande, pero en los términos del sistema de justicia capitalista cada día puede ser peor al anterior.

El arte se constituye como uno de los medios más eficaces para revelar las características de una sociedad; a través de sus distintas disciplinas, se pueden observar los síntomas de todo aquello que se reproduce en un contexto determinado. Así, es posible encontrar diversas manifestaciones del pensamiento hegemónico patriarcal que ha sido reproducido y normalizado por siglos en la literatura, la escultura, la pintura, etc., a partir de la idea que se tiene sobre la mujer y el papel que debe jugar en la sociedad.

En diciembre de 2018, una compañera de Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria fue sobreviviente de un ataque machista en el que fue secuestrada, robada y violada en la Alcaldía de Iztapalapa. A partir de entonces, comenzamos una campaña política firme y tenaz exigiendo justicia para nuestra compañera y el resto de víctimas. Sin embargo, como muchas más nos enfrentamos al machismo y la negligencia institucional que nos confirmó que la única manera de obtener justicia es con la lucha y la organización.

Después de las grandes movilizaciones del 8M de 2020, y la continuidad de estas en 2021 (inclusive tras la pandemia) se ha demostrado la gran fuerza del movimiento feminista llenando las calles, de la CDMX y de los diversos estados de la República Mexicana. Esto ha reflejado no solamente que la violencia machista no ha parado ni ha estado en cuarentena, sino por lo contrario, se ha recrudecido. La necesidad de avanzar en una lucha organizada contra el feminicidio, las precariedades que vivimos y toda la violencia machista e institucional a la que nos enfrentamos las mujeres de la clase trabajadora, que somos las que pagamos todas las facturas de este sistema patriarcal, es porque sólo la lucha constante y combativa en las calles nos permitirá alcanzas nuestras demandas.

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