Por una depuración y democratización de las instituciones de seguridad y la auto organización del pueblo

Uno de los reveces más importantes que ha tenido López Obrador durante este periodo de transición es el que tiene que ver con las Fuerzas Armadas y la Marina. Durante la campaña electoral planteó que se regresaría a los soldados a los cuarteles y que al frente de estas instituciones podría estar un General en retiro, designado por el presidente, sin embargo, nada de eso sucederá.

Los pasados 21 y 24 de Julio el presidente electo se reunió con los representantes de la SEDENA, Salvador Cienfuegos y de la Marina, Vidal Francisco Soberón respectivamente. Después de dichas reuniones el mensaje fue contundente: se respetarán los “usos y costumbres” de las fuerzas armadas en la designación de sus Secretarios y se mantendrá el ejército en las calles.

Esta situación tiene un impacto importante desde dos frentes. Por un lado, durante la campaña electoral AMLO agitó mucho en cuanto al regreso de los soldados a los cuarteles, argumentando que la estrategia de guerra contra el narcotráfico impulsada desde el gobierno de Felipe Calderón y continuada por Peña Nieto no resolvía el problema, sino que la violencia y las muertes violentas habían aumentado dramáticamente (2018 ha sido el año más violento de los dos últimos sexenios). Dada esta situación en la que la ciudadanía ya no se siente protegida por los militares sino todo lo contrario, esta era una demanda muy sentida del pueblo mexicano y que dio votos al candidato de Morena.

Por otro lado, el papel de diversos sectores de las fuerzas armadas ha estado enmarcado en aspectos de violación a los derechos humanos de manera grave. Tan solo los casos de asesinatos a civiles en Tlataya, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, o el recrudecimiento de la violencia en estados como Michoacán, Guerrero y Tamaulipas dan muestra de ello. El problema de mantener los usos y costumbres en la designación de los próximos secretarios de Sedena y Marina es que los nombres más sonados para ocupar estos cargos, corresponden a personajes involucrados en estos casos, por lo que esto es un revés para las miles de víctimas que están luchando por una verdadera justicia y que han puesto esperanzas de recibirla bajo el gobierno de López Obrador, dados sus mensajes en campaña.

El primeo de julio pasado votamos para erradicar de nuestro país este ambiente de violencia, que nos mantiene atemorizados y por conseguir una verdadera justicia, por lo que debemos exigirle a nuevo gobierno que haya realmente un castigo a los altos mandos militares que han estado involucrados en estos hechos de muertes y desapariciones y que tanto han dañado a la sociedad mexicana. Así mismo debe haber una depuración de las fuerzas armadas en la que todos estos elementos vinculados al crimen organizados y que han actuado contra el pueblo sean destituidos y castigados.

Desde izquierda revolucionaria entendemos claramente que los soldados rasos es población uniformada y que pertenecen muchas veces a los sectores más marginados de la sociedad como son los campesinos e indígenas, pero también tenemos claro que estas instituciones han sido utilizadas por el Estado para defender sus propios intereses. Engels explica como el Estado es un grupo de hombres armados en defensa de la propiedad privada, y México ha sido la expresión más cruda de esta situación. Hemos visto miles de veces a las fuerzas armadas golpear y asesinar al pueblo defendiendo a las grandes transnacionales o al régimen político que no nos representa. Esos soldados son pueblo y por lo tanto deben defender al pueblo, por lo que es necesario una profunda depuración y democratización de las fuerzas armadas. 

Es comprensible la preocupación de muchas personas en cuanto a regresar a los soldados a los cuarteles dadas las condiciones en las que opera el narco en nuestro país. Pero ha quedado claro que el Estado ha sido incapaz de resolver esta situación. Sin embargo, solo bajo un elemento se ha podido derrotar a los grupos del narcotráfico y ha sido a partir de los comités de autodefensas. Los pueblos de Michoacán solo se pudieron liberar de esta lacra social cuando se basaron en la organización democrática del pueblo y conformaron las autodefensas, aquí si se derroto al narco y se dejó al desnudo al Estado y su incapacidad, y sus vínculos con estos grupos violentos. Otro ejemplo de esto han sido las CRAC policías comunitarias en Guerrero. Es decir, no necesitamos fortalecer al Estado para combatir el narco, sino todo lo contrario, basarse en la organización democrática del pueblo para garantizar la seguridad plena de toda la población

En Morena está participando Nestora Salgado, y se ha mantenido muy cercano el doctor Mireles, son dos emblemas de la lucha y la auto organización de los pueblos para luchar contra la violencia y la inseguridad. AMLO debe basarse en estos elementos que están en Morena y en general en todo el pueblo para impulsar una política de seguridad y de democratización de las fuerzas armadas que garantice una verdadera seguridad y justicia para el pueblo mexicano.

Hay que dar forma organizada al legítimo odio que los trabajadores, jóvenes y campesinos tenemos hacia los grupos delictivos y de narcotraficantes. Avancemos en la consigna de los comités de autodefensa como única manera seria y real de frenar esta barbarie.


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