Esta vez la política electoral sin principios de la dirección de Morena ha llegado demasiado lejos, proponer como candidato predilecto a Omar García Harfuch para la CDMX es un grave error y es un giro a la derecha por parte de Morena. A esto le sumamos la renuncia por obtener justicia en el caso Ayotzinapa, la construcción de megaproyectos sin considerar a las comunidades originarias y el daño ambiental y el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.

Esta política electoral es lo contrario a la política de basarse en la fuerza del movimiento y en la lucha en las calles, la renuncia que Morena ha hecho de esta última, sólo ha profundizado su derechización. Justo cuando las bases más conscientes de Morena se encargaron de echar a Marcelo Ebrard, llega esta imposición. La batalla contra la derecha dentro de Morena está muy lejos de ganarse, hoy la lucha interna por empujar al partido a la izquierda, es más importante, de otro modo, ante una eventual victoria de Harfuch en las encuestas, se estaría entregando por la vía de los hechos la CDMX a la derecha.

Política de alianzas con el ejército y la policía

La fuerte alianza que la 4T ha entablado con el Ejército no tiene precedentes, en buena medida este es el telón de fondo de la candidatura de Harfuch. Morena y AMLO se han negado a sostener el partido-movimiento sobre la fuerza organizada de la clase obrera, cada vez dejan más de lado el movimiento a quien convocan sólo en el marco de la dinámica electoral y dejan más protagonismo al partido, es decir, a la burocracia. Abandonar al movimiento y reemplazarlo por la alianza con el Ejército para contar con su protección frente a un eventual golpe de la derecha, está teniendo consecuencias graves, una de ellas es la infiltración de la policía ahora en forma de candidato a la Capital. Ya lo habíamos señalado antes, el empoderamiento del ejército no tiene precedentes salvo en tiempo prerevolucionarios, lo único que hacía falta era que ocuparan abiertamente puestos de gobierno, parece que estamos teniendo ya un avance en ese sentido también.

AMLO y Morena olvidan la experiencia de Chile con Allende-Pinochet, la de Evo Morales en Bolivia y las décadas de dictaduras militares en América Latina. El Ejército está al servicio de la clase dominante. Mientras la burguesía siga teniendo las palancas de la economía, el Ejército no puede jugar un papel progresista y vuelve constantemente a las órdenes de su amo. Lo único que realmente puede evitar un golpe de la derecha, es la fuerza de la clase trabajadora, cómo lo ha demostrado una y otra vez y más recientemente con el freno puesto a Milei en la primera vuelta en Argentina o el freno a Vox en España. Si la fuerza de la clase trabajadora se organizará y se invitara a la lucha, a la huelga, a los comités de base, a las milicias armadas, etc, ante una ofensiva de la derecha, las posibilidades de triunfo serían mayores.

Pero Harfuch no sólo es un representante del poder de las armas en el país, además ha tenido constantes señalamientos de vínculos con el crimen organizado, de haber participado directa o indirectamente en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de haber sido parte de la fabricación de la “verdad histórica”, - la segunda desaparición de los normalistas- y de vínculos estrechos con Cárdenas Palomino y García Luna. Este hombre no es de izquierda.

El pasado y presente oscuro de Harfuch

Omar García, tiene un pasado y presente oscuro. Nunca se ha deslindado ni reprobado el actuar de su abuelo “Marcelino García Barragán, quien fue secretario de la Defensa Nacional durante el gobierno de Díaz Ordaz y cerebro operativo para perpetrar la matanza estudiantil de 1968”, ni del de su padre “Javier García Paniagua, que fungió como titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía siniestra del régimen priista de cuyas filas emergieron varios cabecillas del narcotráfico, entre otros, Amado Carrillo Fuentes.

Además, se le vinculó con el Cártel de Guadalajara, en la DFS encabezó una etapa de terror, creó la Brigada Blanca, cuyo objetivo era aniquilar todo lo que oliera a guerrilla en el Valle de México, también operó en la sierra de Guerrero, donde persiguieron al guerrillero Lucio Cabañas. Además, fue blanco de acusaciones por torturas -era la etapa de la guerra sucia- y también se le atribuyeron negociaciones, por instrucciones superiores, de pactar con las redes que entonces operaban el tráfico de drogas.”[1] Además, García Paniagua, fue expresidente del PRI y Secretario del Trabajo durante el sexenio de José López Portillo; Paniagua fue asesinado en Guadalajara, la misma suerte corrió el medio hermano de Omar, Javier García Morales igualmente vinculado con el crimen organizado y el lavado de activos. idem

Morena ha hecho oídos sordos a las demostraciones estridentes de sus vínculos con el narcotráfico. El atentado del que fue víctima, se trató de una represalia por favorecer al cártel de Sinaloa frente al CJNG, acaso Harfuch, ¿tenía un trato con el CJNG? ¿acaso ahora lo tiene con el de Sinaloa o algún otro? Durante la administración de Harfuch, este ha detenido a varios miembros de diferentes carteles, principalmente del CJNG, pero muchos de los detenidos han salido libres gracias a los servicios del Poder Judicial.

A Harfuch se le ha señalado por ser “pieza del Z-40 -Omar Treviño, exlíder de Los Zetas”, los mismos criminales lo señalan como apoyo de la Familia Michoacana. Anabel Hernández también señaló desde hace tiempo que el nombre de Harfuch apareció en la agenda de Sidronio Casarrubias, líder del cártel Guerreros Unidos.

Morena y Claudia, quien lo promovió como contendiente, miran hacia otro lado, ante la meteórica carrera de Omar, quien hizo en 4 años, lo que normalmente lleva 16 años avanzar. Guardan silencio ante las muestras de al menos tres evaluaciones de control de confianza reprobadas, niegan el padrinazgo de Luis Cárdenas Palominos - preso por delitos de tortura y narcotráfico- que le abrió las puertas en la Policía Federal, y que fue parte del equipo de Genaro García Luna, - el narco policía preso en EEUU que durante el gobierno de Calderón trabajó para el Cartel de Sinaloa-, con quien trabajó durante el gobierno de Felipe Calderón en la “guerra contra las drogas”. Harfuch no sólo no ha depurado a la policía de los elementos corruptos y podridos del antiguo régimen, él es uno de esos elementos y hoy, gracias a Morena y la promoción de Sheinbaum está a la cabeza de las encuestas para ganar la candidatura de Morena en la CDMX y muy seguramente les elecciones para jefatura de gobierno en 2024.

Este personaje no ha escatimado en enviar miles de elementos a proteger la propiedad privada de los grandes empresarios durante las movilizaciones de la juventud y las feministas, sus elementos, aún durante su gestión han encapsulado y agredido a lxs manifestantes, sin embargo, no hay una movilización similar para la búsqueda de las y los miles de desaparecidas mujeres y jóvenes.

El caso Ayotzinapa, también ha sido borrado de su curriculum por la dirección de Morena, Omar García (Manuel), sobreviviente de Ayotzinapa y diputado del mismo partido, Anabel Hernández, periodista que ha seguido con lujo de detalles el caso Ayotzinapa y el mismo Alejandro Encinas, antes de abandonar la COVAJ, han señalado fehacientemente su participación, aun así Harfuch, se limita a negarlo, sin ofrecer ningún tipo de información, por mínima que sea de lo que en todo caso, desde su privilegiada y cercana posición del caso, pudo haber tenido. NADA, silencio absoluto como parte de la política de hermetismo total junto al resto de exfuncionarios involucrados.

Las falacias que soportan a Omar como candidato

El lanzamiento de Harfuch como contendiente a la candidatura de Morena para la CDMX, expresa un giro a la derecha, como lo hemos mencionado antes, sin embargo, este giro a su vez, está generando un descontento y decepción que puede derivar en una crisis interna. El ahogo de la democracia interna, el mandar en lugar de convencer, la política de zigzags, el nombramiento de dirigentes y candidatos desde arriba, las mentiras y los engaños, no harán más que generar un ambiente desmoralizador, del cual puede sacar raja política la derecha. Mientras este proceso avanza, la marginación del sector de base más militante, crece.

Y mientras más crece el descontento, la dirección de Morena, tanto la derecha como la supuesta izquierda, e incluso el PT, se hacen uno solo para llamar a la “unidad”. Pero la unidad no es abstracta, la unidad debe basarse en los principios y los objetivos de una transformación real de la sociedad, la unidad con la clase trabajadora, con los sindicatos democráticos, con el movimiento de las mujeres, la juventud y los campesinos, no la unidad con la derecha.

Es mentira que Omar sea el candidato de la victoria, Morena bien podría ganar sin él, prácticamente tiene el triunfo asegurado gracias a la bancarrota de la derecha tradicional fruto de décadas de lucha social en las calles enfrentando y desnudando su papel, más no gracias a las negociaciones de la cúpula morenista que sólo dan aliento a elementos como Espino del yunque o Romel Pacheco del PAN yucateco, o decenas de arribistas más.

Sea el sitio que sea en donde quede finalmente Harfuch, ya sea como candidato o dentro del equipo de Sheinbaum, es una infiltración de la derecha que debemos combatir con la organización y la movilización activa de la base, basta de que nos quieran callar y desmovilizar bajo el argumento de la unidad, en los hechos esa política está beneficiando a nuestros enemigos y están tomando control del partido que el pueblo intenta forjar para su beneficio y defensa de sus intereses.

Para el éxito del fascismo no es en absoluto obligatorio que la pequeñaburguesía haya roto previamente con los antiguos partidos “democráticos”, es suficiente con que haya perdido la confianza que tenía en ellos y que mire con inquietud a su alrededor, buscando nuevos caminos” ¿A dónde va Francia? L. Trotsky.

Otra gran ilusión es que por medio de un candidato no tan “radical” se puede ganar a la clase media. En realidad, la tendencia es la contraria, los titubeos, la poca diferenciación de los gobiernos morenistas con sus antepasados, candidatos poco confiables, es lo que ha desencantado a la clase media. Cómo nos enseñaron los acontecimientos en Europa de los años 30‘, a las clases medias se les gana con la determinación de ir hasta el final de los procesos, sino las ganará la ultraderecha. Pero no hay que ir tan lejos, basta con mirar a países como Argentina o Brasil, en donde el peronismo y el PT, intentaron vías “no tan radicales”, se mantuvieron al margen de la institucionalidad, perdiendo así la oportunidad de una transformación revolucionaria y permitiendo la llegada de la derecha y la ultraderecha.

Es fundamental cerrarle el paso a la derechización con la candidatura de Harfuch y sólo es posible hacerlo con la movilización y la presión política. Es una vergüenza que los dirigentes de la izquierda morenista no llamen con contundencia a frenar este grave error. Mientras la derecha no duda en movilizarse para parar la reforma al Poder Judicial, la izquierda de Morena no mueve un dedo para pelear por la CDMX. Ni Clara, ni Gatell, ni Taibo, ni Ackerman, ni Noroña, ni Citlali Hernández, nadie llama a la movilización para evitar esta situación, por eso desde Izquierda Revolucionaria sí hacemos el llamado: ¡Basta de unidad con la derecha, la unidad es con el pueblo y las bases de Morena por un programa revolucionario para la CDMX!

Súmate al mitin en el Hemiciclo a Juárez, este sábado 11 de octubre a las 12 hrs

 

[1] https://www.sinembargo.mx/12-10-2023/4420156


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