Producto de una de las peores crisis económicas del capitalismo, la de 2009, algunas consecuencias se empezaron a sentir en diversos sectores de la economía y un ejemplo muy claro de ello fue el de la industria aérea; en aquel año la turbosina (combustible utilizado en los aviones) incrementó hasta 65% en su precio, de hecho del año 2007 al 2008 este combustible ya había aumentado un 86%; además la demanda de las aerolíneas disminuía considerablemente y ello ya había causado un impacto profundo en este sector llevando a la desaparición de Líneas Aéreas Azteca en 2007, que si bien no jugó un papel decisivo en este sector sí que reflejó un riesgo importante para la industria aérea en México, situación que se agravó en el año 2010 con el cierre total de la terminal 1.

 

A causa de este cierre uno de los sectores fuertemente afectados fueron los trabajadores jubilados del AICM quienes dejaron de percibir sus pensiones. Ante esta situación los trabajadores no se quedaron con los brazos cruzados e impulsaron diversas movilizaciones que se desarrollaron en conjunto con los trabajadores que perdieron sus empleos producto de la crisis; también han hecho plantones como el de 2014 a la entrada de la Secretaría de Trabajo, que fue levantado ese mismo año luego de que tuvieran una reunión con los funcionarios de esta dependencia así como con algunos representantes del gobierno.

 

Los trabajadores no han recibido ninguna propuesta seria por parte de las autoridades y lo único que han obtenido son excusas para evadir sus peticiones.

 

Después del ataque del pasado martes los trabajadores lejos de desanimarse marcharon por calles aledañas dando a conocer el ataque que sufrieron y colocando de nuevo el plantón. Es claro que ante un ataque como este lo que hay que hacer es responder a la altura de las circunstancias y eso fue lo que hicieron los trabajadores.

 

El gobierno y las autoridades plantean que no hay dinero, sin embargo mientras el desalojo se llevó a cabo el AICM recibía al avión más grande del mundo, situación que exigió a la terminal aérea modificaciones para adecuar el espacio, estas modificaciones requirieron de 110 millones de pesos.

 

Ante la crisis económica del capitalismo los trabajadores decimos que no nos corresponde pagar la crisis que la burguesía ha provocado, no hay más opción que luchar; como decía Marx: “Los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas".

 

¡Viva la lucha de los trabajadores!

 


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