En días recientes se han dado a conocer los resultados para cursar las carreras profesionales y como se ha venido repitiendo desde hace años el nivel de rechazados de las universidades públicas del país es por mucho mayor al de los estudiantes que han podido ingresar; resultado que a todas luces da muestras de la indiferencia del gobierno federal para con la problemática de la juventud. Tan solo de la UNAM, en la UAM y el IPN han sido rechazados cerca de ciento cincuenta mil jóvenes, a los cuales hay que sumar los de las universidades y tecnológicas de los diferentes estados del país.

El cinismo e hipocresía de la burguesía y Calderón parece no tener empacho cuando las alternativas para los miles de rechazados consiste en lanzar un número telefónico para la consulta de ofertas educativas en la zona metropolitana[1]. Esa supuesta alternativa es una bofetada para los miles de jóvenes que han sido rechazados de las universidades públicas del país; todo ellos hijos de trabajadores, campesinos, migrantes y en general de los oprimidos. La educación pública es una conquista de la clase trabajadora y de la juventud que junto a ella ha luchado por mejorar sus condiciones de vida.

En medio de la peor crisis del capitalismo a nivel mundial vemos los rabiosos ataques de la burguesía y sus gobiernos a nivel mundial, arrebatando con saña las conquistas de años de los trabajadores. Conquistas que no han sido un regalo sino el resultado de históricas luchas de los explotados. La educación pública es junto con las pensiones y la seguridad social uno de los aspectos que han sido atacados en el último periodo para supuestamente paliar la crisis económica, una crisis de la que los únicos responsables son los banqueros y los capitalistas que pretenden que sean los trabajadores y los jóvenes quienes paguen los platos rotos. En el caso de la educación, entre 2000 y 20009 el gasto del Estado se redujo de 46 mil a 45 mil millones de pesos.

La lucha que hoy en día desarrolla la juventud en México, principalmente a partir del movimiento #YoSoy132, es una oportunidad de oro para dar pasos adelante en la defensa de los derechos de la juventud. Si los jóvenes repudiamos a Peña Nieto es por que éste representa a los mismos sectores que han menospreciado a la juventud, cerrándole oportunidades y atacando sus derechos. No olvidamos que fue desde las cúpulas del PRI desde donde se han organizado los peores ataques a la juventud: 1968 y 1971. Incluso desde donde se han organizado los ataques a la educación pública sea mediante planeas de privatización o por la falta de asignación de presupuesto suficiente para satisfacer la demanda de educación superior, el mejor ejemplo de lo anterior es la contrarreforma al Artículo 3° Constitucional durante el gobierno de Salinas en la cual se exime al Estado de sus obligaciones sobre la enseñanza universitaria.

La juventud a nivel mundial esta siendo protagonista de luchas importantes en defensa de la educación, siendo los ejemplos más significativos el de Quebec, Canadá,  ciudad en la que los estudiantes mantiene una huelga desde mediados de febrero a la fecha y el del Estado Español donde el Sindicato de Estudiantes ha convocado a 76 horas de paro en toda la educación el país a partir del 2 de octubre. Ello debe ser un ejemplo e incentivo para los miles de jóvenes que han sido rechazados de la educación superior en México.

La lucha que comenzara el 11 de mayo pasado en el llamado viernes negro contra la asistencia de EPN a la Ibero, es en realidad la lucha de los jóvenes contra sus enemigos: el PRI, el PAN y la burguesía. Por ello la batalla del movimiento #YoSoy132 es la de ganar a más sectores de la juventud, aquellos que aun no se están movilizando, reivindicando sus demandas concretas. La lucha contra la imposición es en el fondo la lucha por mejores condiciones de vida para los millones de jóvenes y trabajadores del país. Es indispensable exponer claramente estas demandas, que no son ajenas a la juventud sino su herida más sentida, y de igual forma con las demandas de otros sectores que han sido presa de los ataques.

Durante años la lucha de la juventud se ha limitándose a defender lo que le era arrebatado. Pero hoy existen condiciones para dar pasos adelante y conquistar un terreno mucho más favorable para la organización y la lucha. Si la burguesía le ha apostado a la imposición es sobre todo por el miedo a que un candidato de izquierda fuera el estimulo para ello. Si ahora no se dan pasos adelante para conquistar mejoras sustanciales para las condiciones de vida de la juventud y los trabajadores, de consolidarse la imposición esta vendrá repleta de más ataques como de los que ya hemos sido testigos contra el SME o Ayotzinapa. Junto a ello se vuelve cada día más necesaria la formación de una organización a partir de la cual la batalla pueda desarrollarse de una mejor forma: una organización nacional de estudiantes, estable y con programa de clase. Solo con ello podremos defender la educación pública para los hijos de los trabajadores y aniquilar la exclusión de la educación superior.

¡Contra la exclusión, la organización¡

¡Tenemos la fuerza, pasemos a la ofensiva!

¡Unidos y organizados venceremos!



[1] Ver Gómez, Natalia, SEP lanza línea para rechazados de UNAM y Poli en http://www.eluniversal.com.mx/notas/860276.html

 


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