La movilización de este 2 de Octubre demostró que entre la juventud existe una profunda rabia contra la imposición de Peña Nieto y la aprobación de la reforma laboral. Poco más de una veintena de escuelas se fueron a paro y con ello se demuestra que existen oportunidades  para que el movimiento juvenil entre en una nueva fase de lucha. Sin embargo para que el movimiento pueda triunfar es necesario mirar la reciente experiencia de lo que ha sido el #YoSoy132 de manera que podamos sacar las conclusiones necesarias y con ellas fortalecer la lucha actual.

Ni apáticos, ni apolíticos

Podemos decir que el #YoSoy132 tuvo una primera fase que va desde aquel viernes negro en el que los jóvenes de la ibero se manifiestan contra peña nieto hasta el 24 de julio que fue la última movilización masiva posterior a las lecciones.  El hecho de que haya iniciado dentro de una escuela privada como la IBERO demuestra que la crisis económica no solo ha golpeado a la clase trabajadora sino también a los pequeños y medianos empresarios. Sin embargo este elemento no es suficiente para caracterizar al 132 como un movimiento de la pequeña burguesía, en realidad las movilizaciones se convirtieron en masivas porque a ellas se fueron integrando las escuelas públicas como la UNAM, el IPN y la UAM. La movimiento alcanzó tal grado de participación que incluso hubo manifestaciones, mítines, reuniones y asambleas en ciudades de la republica mexicana en donde difícilmente antes habíamos visto algo similar, tal es el caso de Campeche o Los Cabos en Baja California. El hecho de ser un movimiento con reflejos a nivel nacional y que protagonizó movilizaciones masivas, a pesar de la escasa propaganda, demuestra que los jóvenes mexicanos, como los de otros países, están cansados de la política de la derecha y para el caso particular la de Felipe Calderón. La realidad demuestra que los intelectuales se equivocan al calificar a la juventud como apolítica o apática. Los jóvenes están dispuestos a dar la lucha y ese uno de las grandes lecciones que deja el #YoSoy132.

Programa y definiciones incipientes

La democratización de los medios de comunicación y el apartidismo marcaron, por un buen tiempo, el programa y la táctica del movimiento en su primer etapa. En los dos casos se trata de formas inacabadas, incipientes de expresar un problema que tiene un fondo mucho mayor. Cierto es que los medios de comunicación son muy dañinos, pero ellos sólo son un reflejo de un modelo económico, es decir del capitalismo, por tanto mientras exista grandes banqueros y empresarios que explotan a los trabajadores, seguirán existiendo medios de comunicación como ahora televisa y tv azteca. La única forma real de democratizar los medios de comunicación es destruyendo al capitalismo.

La auto calificación de ser un movimiento “apartidista” expresa el rechazo que miles de jóvenes tienen hacia las prácticas que algunos dirigentes de los partidos de izquierda han realizado. Con esta palabra una parte de los jóvenes estaban diciendo “no a la represión del movimiento juvenil por parte del PRD” como en el caso de Guerrero hacia la normal Ayotzinapa; también estaban rechazando la complicidad entre los chuchos en el PRD y Calderón; estaba diciendo “basta de alianzas entre el PRD y el PAN”. Sin embargo el apartidismo es un término muy general y  ambiguo que no hace una distinción entre las bases de los partidos de izquierda (trabajadores, campesinos y jóvenes) y los errores de la dirección. Aprovechando esta situación, otra parte del movimiento y la dirección uso el mismo término para difundir sus prejuicios sobre las organizaciones tradicionales de la clase trabajadora. El llamado “apartidismo” fue incuestionable y solucionaba de facto todos los debates en torno a la unidad con otras organizaciones de izquierda. Esto jugó un papel muy pernicioso pues a pesar de que la inmensa mayoría de jóvenes del #YoSoy132 sentían simpatías por AMLO e iban a votar por el, nadie lo podía expresar claramente y mucho menos proponer una movilización conjunta. Cuando una propuesta así surgía no faltaba quien respondiera “ya se dijo en la declaración que el movimiento es apartidista” y así la cosa tenía punto final sin apenas debatirse.  Los marxistas no proponemos que el #YoSoy132 o cualquier otro movimiento se funda organizativamente con morena o las bases de izquierda del PRD, tampoco decimos que AMLO debe ser el dirigente del movimiento juvenil y que lo que él diga se debe acatar sin rechistar, lo que decimos es que es totalmente posible y necesario actuar conjuntamente contra el enemigo común, en este caso contra el PRIAN en temas concretos como el fraude electoral y actualmente la reforma laboral.  

Dentro del movimiento juvenil debemos aceptar el debate amplio y camaraderil, con ello y la experiencia concreta de lucha podíamos más rápidamente dotar al movimiento de un programa y una táctica a la altura de las necesidades.

En la lucha se conoce a los compañeros

Una quincena antes y una después de las elecciones se dieron las movilizaciones más importantes, en ellas el #yosoy132 empezó a convertirse en un movimiento que atraía la simpatía y la participación de la base sindical, de las bases de morena y de otros movimientos, iniciaba una trasformación importante de un movimiento marcadamente juvenil a un movimiento social con expresiones en la clase trabajadora y sectores oprimidos. Por la vía de los hechos las masas había impulsado la táctica correcta de unidad en la acción, pero para que esta unidad se lograra consolidar, las direcciones de los partidos de izquierda, los sindicatos y del movimiento juvenil debieron llamar firmemente a ella y actuar inconsecuencia. Pero no fue así, después de la movilización del  22 de julio vino el cerco a televisa (que tomo fuerzas sólo por las ganas de lucha de las bases, no por la organización y convocatoria de la dirección) y después ya no hubo convocatorias centrales a la lucha contra el fraude, el conjunto de direcciones políticas cayeron en la desmovilización. La dirección del  #YoSoy132 aprobó en sus reuniones un conjunto de acciones que ponían el énfasis en la acción individual o de muy pequeños grupos con ello una parte importante de la fuerza se dispersó. Todo ello provocó que se cortara ese proceso de unidad que comentamos y se dispersaron las fuerzas juveniles.

El regreso a clases

Después del cerco a televisa (26 de julio) el #YoSoy132 se ha venido diluyendo gracias a las políticas incorrectas que se le han impuesto desde un sector de la dirección. Esto se fortaleció con el regreso a clases a mediados de agosto pues, salvo en algunas escuelas, el #YoSoy132 no convocó a asambleas ni a acciones contundentes contra el fraude electoral. Con el regreso a clases se ofrecía la oportunidad de darle un nuevo impulso a las actividades, de fortalecer la organización y de lanzarse a las calles, en particular los marxistas de este periódico militante y los compañeros del CEDEP planteamos la necesidad de llamar a paros en todas las escuelas, pero desde el #YoSoy132 sólo se publicaron algunos volantes haciendo algunos comentarios muy vagos, sin tareas concretas. En la AGI (asamblea general interuniversitaria) se discutía pero las acciones más importantes como la convocatoria a paros en las escuelas se resolvía con una frase “estamos de acuerdo, pero que cada escuela lo resuelva  a nivel local” con esta política finalmente se perdía toda oportunidad de actuar conjuntamente, dispersaba las acciones.

En este mes y medio que va desde el regreso a clases hasta el 2 de Octubre no ha habido convocatorias a movilizaciones y en realidad el movimiento se ha dispersado mucho. En este mismo periodo el Tribunal electoral validó la elección y luego el PAN lanzó la contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo (con todos los graves ataques que analizamos en este mismo número de militante). Ni en uno ni en otro caso hubo convocatorias centrales, la dirección del #YoSoy132 no pasó de declaraciones. De hecho de frente a la movilización y los paros de actividades del 2 de Octubre tampoco hicieron convocatoria alguna, las masas juveniles salieron a las calles en una actitud muy combativa pero lo hicieron con organizaciones locales, ni Morenaje ni #YoSoy132 jugaron un papel protagonista. Podríamos decir que aquí se cerró una segunda etapa del movimiento juvenil actual en donde la característica fundamental es que los jóvenes están buscando una alternativa de lucha muy superior a la anterior.

Sigue existiendo ganas de luchar

El movimiento juvenil está lejos de acabarse o de estar derrotado, la movilización de este 2 de Octubre estuvo marcada por una serie de paros en distintas escuelas: UNAM, IPN, UAM, la universidad veracruzana, etc, además la lucha y la huelga de los jóvenes de la UACM en el DF está en un momento muy importante que se sumó al ambiente de la jornada. Pero no es lo único, posterior al 2 de Octubre hubo paros y asambleas en el IPN, en concreto algunas escuelas del Casco de Santo Tomás como biológicas, ESEO, ESE y el CICS hay un ambiente muy importante de lucha que incluso en algunos caso como biológicas los llevaron a mantener un paro hasta el 5 de Octubre. En el IPN se ha levantado la demanda de “no al recorte del presupuesto” de 156 millones de pesos que pretenden aprobar en estas fechas, no a la reforma laboral y otras como democracia en la institución.  Estas acciones son observadas por los estudiantes de otras escuelas y universidades que han venido participando en la lucha contra el fraude electoral, por lo cual se abre la posibilidad de extender la lucha a un nivel superior al del periodo pasado.

Sin embargo se necesita actuar rápidamente, en todas las escuelas debe informarse lo que ocurre en el IPN y llamar a asambleas en donde se proponga un nuevo paro de 24 de todas las escuelas para frenar los ataques del PRIAN a la educación, la contrarreforma laboral y la imposición de Peña Nieto. La tarea exige muchos esfuerzos pero sobre todo exige sacar las conclusiones del periodo en donde el movimiento juvenil estuvo marcado por el nombre de #YoSoy132, de ello se deriva que el movimiento juvenil no debe tener ningún signo se sectarismo y debe llamar a la acción conjunta de todos los sindicatos, morena y otras organizaciones sociales de izquierda. Se debe tomar a la movilización en las calles como el arma fundamental y se debe llamar a una coordinación central en donde se permita la libertad máxima en la discusión y la unidad en la acción de todos los que lo integren. Es totalmente posible darle un nuevo impulso a la lucha, pero otro de las necesidades más importantes es que los jóvenes activistas deben ponerse en contacto con las ideas, métodos y táctica del marxismo. Solo así, adquiriendo las lecciones de las luchas históricas de la clase trabajadora y la juventud será posible lograr los objetivos de la lucha. Compañero intégrate al CEDEP, lucha por una educación, gratuita, laica y de calidad.  


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