El pasado mes de agosto la UNAM firmó un convenio académico con la Secretaria de Defensa Nacional (SEDENA). En dicho convenio se compromete la Universidad a “contribuir al desarrollo conjunto de proyectos, programas, acuerdos y otras acciones en los campos de la docencia, la investigación y la difusión de la cultura”* y a “establecer las bases y mecanismos de trabajo conjunto, así como contribuir al desarrollo de proyectos, programas, acuerdos” conjuntamente con la institución castrense. El día de la firma del convenio además se entregó diplomas a algunos generales por haber impartido un curso en la Facultad de Derecho sobre “Derechos Humanos”.

Más allá de la cuestionable autoridad moral de la SEDENA para impartir cursos sobre derechos humanos, y la irrupción a la vida universitaria de una institución cuyo mando está a cargo de Salvador Cienfuegos Zepeda, entrenado en USA en la Escuela de las Américas, y cuya carrera corre a la par que la guerra sucia en México en las décadas de los 60, 70 y 80. La firma del convenio anterior se adscribe a una serie de iniciativas promovidas por la administración actual universitaria en donde se han abierto cursos con otras instituciones y empresas que antes no figuraban en el ámbito académico. El curso abierto éste semestre conjuntamente con televisa, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, es un caso sintomático ya que por ejemplo, éste último además de no ser gratuito permite la entrada con las puertas abiertas a una empresa que entre otras cosas ha promovido dos fraudes electorales en México y la privatización de la educación pública en todos sus niveles, incluida la Universidad.

No es casualidad que la Universidad estreche contacto con instituciones como las antes mencionada, y que en última instancia ponen en cuestión cada vez más tanto la gratuidad de la institución como su autonomía, que la SEDENA tenga un pie dentro de la UNAM no es más que una prueba que se quiere redoblar el asedio que se tiene sobre la Universidad actualmente. Sin duda la Universidad es un punto clave de la educación, pero no sólo eso, sino que también al ser un centro de referente político claro (como ha quedado demostrado muchas veces en los últimos 45 años) y en donde la juventud ha demostrado continuamente su descontento ante la situación actual en donde las conquistas históricas de la clase trabajadora y la juventud han sido mermadas de una manera sorprendente (Reforma Laboral, educativa, energética, etc.) por parte del gobierno de EPN la pregunta abierta para ellos es ¿Qué hará la juventud y cómo poder frenarla? Los movimientos que se hacen como la firma del convenio apuntan a esa cuestión, al próximo cambio de rector y que en última instancia repercutirá tarde o temprano en la gratuidad de la UNAM.

Rechacemos cualquier trato o convenio con toda clase de asociaciones, empresas o dependencias públicas que pongan en peligro la gratuidad de la UNAM y su autonomía. Compañero, organízate en el CEDEP y lucha en defensa de los derechos académicos y políticos de los estudiante.

Ver http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2014_463.html


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