México depende mucho de las ventas del petróleo, se calcula que por cada dólar que cae el precio del barril se recorta en aproximadamente 300 millones de dólares la recaudación de Hacienda, por lo tanto, al día de hoy se tendría un boquete de 12,450 millones de dólares respecto al año anterior. La salida que han planteado el Estado y la burguesía es cargarle aún más la crisis a los trabajadores a través de las reformas impulsadas en los últimos meses y a través de recortes al gasto público.

Entre los recortes más importantes está el recién ventilado recorte al presupuesto educativo de las instituciones universitarias más importantes del país. El IPN tendrá un recorte del 11.2 por ciento, La UAM de 6.7 por ciento y la UNAM tendrá un recorte de 4.8 por ciento, la UPN 18.3 por ciento. También el Centro de Estudios Avanzados del IPN y el Colegio de México tendrán recortes importantes, en total estas instituciones percibirán 1,025 millones de pesos menos que lo programado en el 2015. Tan sólo en la UNAM este recorte equivale a eliminar al 7 por ciento de la planilla laboral en el nivel bachillerato y técnico, o en el caso del IPN, que con tono de burla, se recortan casi 400 millones, los mismos que se acordaron incrementar al presupuesto de dicho instituto para becas e infraestructura, en el contexto de las movilizaciones y negociación con las autoridades, tras 76 días de huelga el año pasado.

Sin embargo, el “ajuste presupuestario” no se limita a este nivel de educación. Para la SEP se propone una reducción de plazas y programas que suma mil 178.9 millones de pesos, además se descartan nuevas contrataciones, se estima un recorte de 50 por ciento en puestos por honorarios y 25 por ciento en plazas eventuales. Incluso se plantean recortes en los nuevos programas, impulsados como caballo de Troya de la reforma educativa, en cuanto al programa de Mejora de la Infraestructura en 20 mil escuelas, se descontará 38.4 por ciento (4 mil 747 millones), en Escuelas de Tiempo Completo se restarán 2 mil 687 millones, el programa de Inclusión Digital se reducirá en 34 por ciento.

Estos recortes son por sí mismos escandalosos, pero la situación se recrudece si se toma en cuenta los abultados salarios de las autoridades y el gobierno, por ejemplo Armando Sepúlveda, Secretario de Educación de Michoacán gana más que el gobernador, obteniendo 123 mil 127 pesos mensuales, pero es tan sólo uno de los 16 secretarios de educación que ganan entre 28 y 218 mil pesos al mes; entre los que más ganan se encuentra el de Aguascalientes, Baja California Sur, Guerrero y Oaxaca, en contradicción con las condiciones laborales y de estudio que enfrentan los profesores y estudiantes, en especial en Guerrero y Oaxaca.

Estas disparidades igualmente las encontramos en el caso de instituciones como la UNAM, donde el rector percibe un sueldo de 159,357 pesos mensuales, o el sueldo bruto mensual del director del IPN que es de 130, 626 pesos, igualmente ocurre con el del rector de la UAM que gana entre 87, 820 y 113, 992 pesos al mes. Desde sus orígenes, estas universidades han tenido que mantener a esta costosa burocracia parásita, es momento de exigir la eliminación de los privilegios de esta capa de funcionarios, en lugar de reducir la inversión en mejoras laborales y de estudio.

Los nuevos cambios en el gabinete de Peña Nieto, en especial el cambio del Secretario de Educación deja ver como la burguesía y su Estado están preparándose para la batalla que implicará defender estos recortes y reformas que se avecinan, de igual manera es obligado para asegurarnos un futuro académico y laboral, prepararnos para luchar en contra de ellas. El agravante de toda esta situación es que las perspectivas económicas están lejos de ser optimistas, según Bloomberg los precios del petróleo tendrán una recuperación lenta que podría llegar a 69 dólares en 2023, aun por debajo de los precios del año pasado, sin considerar los factores políticos que pueden seguir desestabilizando este factor. Vinculado a ello está la crisis en China y con ella la posible profundización de la crisis mundial. El futuro augura ser de mayor confrontación de clases, la burguesía intentara seguir cargándonos la crisis a los jóvenes y trabajadores y nosotros defenderemos lo que nos corresponde.

Desde el CEDEP te invitamos a organizarte en torno a un programa de lucha y defensa de la educación ante la debacle del sistema económico que cada día se profundiza. Sabemos que el estudiantado de la mano de la clase obrera tenemos el poder de echar atrás estos ataques, pero la premisa es contar con una organización y una estrategia de lucha revolucionaria. La fuerza se ha demostrado en las manifestaciones de los últimos años: “yo soy 132”, Ayotzinapa, la huelga politécnica, etc.

¡Únete al CEDEP y lucha contra los recortes a la educación y por un futuro mejor!


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