La UdG

Eliminar el presupuesto estatal es clave en toda la educación pública, la Universidad de Guadalajara demuestra las artimañas, tan burdas, que se usan para reducir el presupuesto. Para este año primero le aprobaron un pírrico incremento presupuestal de 175 millones de pesos (mdp), luego le recortaron de 130 mdp que vino desde el gobierno federal. El incremento final, 0.5%, queda anulado por la inflación. Además de la reducción hay que soportar casos como el hecho de que desde el año 2013, el gobierno federal adeuda cerca de 400 mdp a la Universidad, mientras que el gobierno de Jalisco mantiene una deuda de 700 mdp.

Por supuesto que estas deficiencias se reflejan. La matrícula no está al nivel de la demanda y producto de ello el nivel de rechazados es muy grande: en bachillerato es aceptado el 75%, mientras que a nivel superior solo el 42%. Pero como en todas las universidades, los aspirantes también aquí son un negocio, el costo del examen de ingreso supera los 600 pesos, para los poco más de 51 mil jóvenes que lo presentan. Los estudiantes que ya ingresaron también son un negocio, porque a pesar de que la inscripción al semestre cuesta 62 pesos existen otra serie de cobros de trámites para los estudiantes a lo largo de su vida académica.

El salario del 80% de los trabajadores sindicalizados, apenas rebasa los 5 mil pesos mensuales; por su parte, los salarios del rector general, rectores de centro, coordinadores y secretarios de la universidad van de los 32 mil hasta los 50 mil pesos. Estos privilegios de la alta burocracia son una marca en todas las universidades del país y demuestran que una de las prioridades no es la calidad educativa sino el privilegio de estos sectores.

A esto se suma el control que la burocracia tiene del presupuesto y decisiones más importantes de la Universidad, a través de las corrientes políticas dentro de la UdG y de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), con las que influyen también en la política estatal en beneficio de sus intereses.

UAEM

Otro de los casos donde se demuestra la destrucción del presupuesto público con el fin de asfixiar a las universidades es el de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). En 2015 la Universidad gastó 124 mdp más que el presupuesto que tenía aprobado, tendencia que se ha mantenido desde 2009. Gran parte de los recursos, lejos de ser destinados al crecimiento de la infraestructura o la matrícula universitaria, se han destinado al pago de salarios de la alta burocracia, incluidos los trabajadores de confianza, que han aumentado en 84% su presencia en la UAEM, en detrimento de los trabajadores sindicalizados y académicos. Sin recursos económicos la matrícula no crece, ello obliga a que miles queden excluidos y así van a parar a los salones de las “escuelas patito”. Para el ciclo escolar 2016-2017, la UAEM aceptó solamente al 35% de los aspirantes a licenciatura. Así se privatiza la educación.

El pasado 4 de febrero, cerca de 20 mil estudiantes, trabajadores y académicos se movilizaron en la ciudad de Cuernavaca para reclamar al gobierno estatal el pago de los recursos a la UAEM, además del contexto de violencia que se vive en la entidad. Son 391 mdp los que el gobierno estatal no ha entregado a la UAEM por concepto de obras e infraestructura desde octubre de 2015, además del adeudo de 100 mdp por concepto de aguinaldo de los trabajadores. El presupuesto también debe cargar con los altos salarios para coordinadores, secretarios y rector van de los 36 mil a los 50 mil pesos mensuales.

UAEMex

Finalmente, un caso que vale la pena destacar es el de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). La máxima casa de estudios mexiquense logró un aumento presupuestal para este 2016 de 6.5%, situándose en 3 mil 293 mdp. Sin embargo, la mayoría del presupuesto es destinado al pago de la burocracia universitaria, cuyos salarios para coordinadores, directores y secretarios, oscilan en 75 mil pesos mensuales, con un incremento anual del 8%. Destaca el salario del rector, de más de 114 mil pesos mensuales, con un aumento de la misma proporción anual.

El presupuesto tan bajo de las universidades es atacado por todos lados: corrupción, recortes, privilegios para al alta burocracia. Esto ocurre en todo el aparato público de educación y es uno de los pasos en que se consuma la privatización de la educación. ¡Esto lo debemos parar ya!

Desde el CEDEP hacemos un llamado a todos los estudiantes, profesores y trabajadores a denunciar la situación que viven nuestras universidades, y a combatir con organización estudiantil los abusos y el robo de recursos de la burocracia, a través del cual ejercen su poder y control en detrimento de la educación pública.


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