El asesinato de tres estudiantes de la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y un operador de Uber, en el municipio de Huejotzingo, ha despertado la indignación de la población estudiantil y ha movilizado a más de 30 universidades públicas y privadas en manifestaciones masivas con la consigna #NiUnaBataMenos, llegando a más de 170 mil estudiantes en las calles, ¡la más grande en la historia de Puebla! A estas manifestaciones también se sumaron en solidaridad los estudiantes de medicina de la UNAM en la Ciudad de México.

Desde 1968 no se había gestado un movimiento de tal magnitud. Un “cese a la violencia” fue el grito de las y los compañeros y familiares de Ximena Quijano, Antonio Parada y Javier Tirado, parando las escuelas y tomando las calles para exigir justicia. En las últimas dos décadas han sido asesinados 54 estudiantes en Puebla y 14 alumnas de la BUAP han sido víctimas de feminicidio, denunciaron desde la Asamblea Autónoma del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades.

Las cifras en cuestión de inseguridad y la violencia se dispararon cuando se declaró la guerra contra el narco y el tráfico legal de armas hacia nuestro país, lo que fue la Iniciativa Mérida, que por el contrario a los supuestos objetivos, logró en cuatro años duplicar de 11 a más de 22 mil homicidios dolosos. El 2019 fue el año más violento que sufrió la clase trabajadora mexicana, con más de 60 mil casos de desaparecidos en completa impunidad, 9 casos de feminicidios al día. A lo que hoy, en 2020, no pinta mejor, en febrero se contabilizaron 2304 homicidios. 2304 personas que no regresaron a sus casas. 2304 que no volvieron a abrazar ni besar a sus familias y amig@s.

El horror y la barbarie la vivimos día con día, Puebla está entre los estados con mayor incidencia en delitos como secuestro, violación y feminicidio, se ha elevado la tasa de desempleo 2.5 % y exponencialmente mayor es la tasa de delitos relacionados con el narcomenudeo. Estragos que también dejó el “morenovallismo”, con políticas de privatización de recursos como el agua, expoliación de comunidades indígenas para imponer negocios millonarios (granjas Carroll, poliducto de TransCanada), y medidas represivas como las decenas de defensores indígenas asesinados en las Sierras y la Ley Bala que mató a un menor. Éste es el contexto en que se encuentran los miles de jóvenes poblanos que enfrentan en el trayecto hacia sus escuelas que los asalten hasta 4 veces por semana, como lo denunciaron estudiantes del Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE). Las manifestaciones masivas de febrero y marzo demuestran el hartazgo de la juventud y el compromiso para cambiar las condiciones de la sociedad.

“Nos preguntamos si la respuesta está en pedir más seguridad, patrullaje o cámaras de vigilancia o si es momento de reencontrarnos y reflexionar otros caminos”, cuestionaron en un pronunciamiento la Asamblea Universitaria 25/02, que congrega a representantes de la mayoría de facultades de la BUAP.

Ha sido indignante la respuesta del gobernador Miguel Barbosa, prometiendo implementar patrullajes y vigilancia en ciudad universitaria que a la fecha no se ha cumplido y lo más grave es con respecto a los presuntos responsables de los asesinatos de los jóvenes estudiantes, Pablo Jesús, Ángel y Lisset “N”, estos dos últimos fueron puestos en libertad hace días luego de que en la audiencia inicial el juez calificó como ilegal su captura, porque los chalecos que llevaban puestos los oficiales no tenían ninguna leyenda policial , Pablo de Jesús “N” fue imputado por el delito de usurpación de funciones públicas y uso indebido de uniformes. ¡Una completa burla! como lo hemos demostrado con la campaña de #NoEstásSola de Libres y Combativas, las autoridades solapan a los culpables hasta que presionamos políticamente para obligarlos a actuar.

  • ¡Queremos entregar nuestras familias un título, no un acta de defunción!
  • Depuración del Estado de funcionarios corruptos e incompetentes, ¡ya!
  • Condiciones dignas para el estudio, casas de estudiantes, comedores subsidiados, lavanderías públicas, becas para estudiantes migrantes y de bajos recursos, estatización del transporte público para que sea accesible y seguro.
  • Educación sexual y emocional obligatoria. Fuera la religión de nuestros planes de estudio, ¡Queremos ciencia no creencias!

Desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas repudiamos la ineptitud de las autoridades, la única forma de conseguir una vida digna y libre de violencia es mediante la lucha organizada. Hacemos un llamado a l@s compañer@s estudiantes de Puebla a no dejar de ejercer presión, a conformar comités de lucha permanentes en cada una de las escuelas.

Si te interesó nuestra postura, te invitamos a que visites la página www.izquierdarevolucionariamx.net y conozcas nuestro programa de lucha.

¡Junt@s construyamos el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas en todo el país!


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