La toma de los ayuntamientos ha significado un gran paso en la lucha de clases en el estado de Guerrero, en la medida en que ha desafiado al narco, a la burguesía y al Estado que les es afín. Ello ha sido acompañado de la creación de los consejos municipales populares donde se discuten las acciones a realizar en cada municipio, significando el germen de un doble poder. Incluso la ANP ha hecho un llamado al boicot de las elecciones en el estado en este 2015, desafiando la democracia burguesa de nuestro país.

El llamado al boicot de las elecciones en el estado es correcto, en la medida en que evidencia claramente el estrecho vinculo entre el Estado y el narcotráfico. El caso del presidente municipal electo de Iguala, José Luis Abarca, es claro ejemplo de ese vínculo. Pero como ha señalado Marco Antonio Adame Bello, representante del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) en Acapulco y secretario general del sindicato del Colegio de Bachilleres, “existe presencia variada en muchos más municipios, la respuesta no se ha dado de forma homogénea” (La Jornada, p.5, 29 de diciembre de 2014).

El estado de Guerrero es no sólo uno de los estados más pobres del país, sino también uno de los que mayores tradiciones de lucha tiene entre el campesinado pobre. El caso de la lucha obrera a mediados de los sesenta o la lucha agraria en la revolución mexicana, por no hablar de las luchas recientes como La Parota, son ejemplos vivos de ello. De ahí la enorme tenacidad y arrojo en la lucha contra la barbarie que representa el narco-Estado. Pero como señala Adame Bello, ello no ha sido del todo secundado en las ciudades del estado siendo una de las piedras de toque de la lucha pues de no extenderse la lucha ello podría significar el aislamiento que precedería a la represión. Por ello se vuelve indispensable la extensión y ampliación de la lucha no sólo a las ciudades del estado sino del país entero, mediante el llamado claro a los jóvenes y trabajadores a partir del convencimiento político de las actividades a desarrollar. Para lo cual es necesario el llamado a la construcción de una organización nacional, que transmita la experiencia acumulada de la lucha en el estado y sea base para su extensión.

El ejemplo de la revolución rusa de 1905, cuando en noviembre de ese año el soviet de Moscú, el consejo popular de la ciudad, decide el levantamiento en armas sin considerar la situación de Rusia en conjunto, en particular, de San Petersburgo, la ciudad más importante del imperio zarista, por lo que el levantamiento fue aplastado abriendo paso a la reacción. Esa experiencia, acumulada y sintetizada por los bolcheviques, sería la base para el triunfo doce años después, en la revolución de octubre. La tarea en ese sentido es sobre todo fortalecer la construcción de una organización revolucionaria, bolchevique, que unifique la lucha en el campo y la ciudad asegurando con ello su avance.

¡Extender la lucha del campo a la ciudad con explicación y convencimiento!