Las marchas en México por el día internacional del trabajo se reanudaron, miles de trabajadores salieron a las calles en todo el país para poner sobre la mesa las demandas más sentidas y los compromisos no cumplidos por parte del gobierno de AMLO.

La movilización en la CDMX del llamado sindicalismo independiente salió a las 10am del Hemiciclo a Juárez, Eje central y del Monumento a la Revolución. Al frente y destacando en la movilización se colocó el sindicato de telefonistas que está en discusión por su Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), varios sectores de cultura también se movilizaron, uno de los contingentes mayoritarios fue el de los trabajadores por aplicación encabezados por la UNTA, la mayoría jóvenes; también se movilizó la sección de Cananea del sindicato minero, además de trabajadores de la educación como la CNTE y el SNTEA.

La marcha, aunque pequeña expresó un avance cualitativo en la participación de trabajadores de aplicaciones que estuvieron en lucha durante la pandemia y consiguieron crear su sindicato, otro sector importante fue el de los periodistas que, aunque se trató de un contingente pequeño, la exigencia de detener la represión y asesinatos contra ellos impregnaba un ambiente muy combativo. También fue importante la diversidad de sectores que participaron en la movilización: un contingente feminista y algunas compañeras en solitario nos recordaban y remarcan que las demandas y la lucha feminista y laboral es una sola por condiciones dignas de trabajo y sin discriminación.

La crisis del charrismo

Este año también saltó a la vista la renuncia descarada de parte del CT, la CTM, la CROC y la CROM para convocar al tradicional mitin oficial bajo el pretexto de no contar aún con condiciones sanitarias. Este argumento es absurdo viniendo de quienes por dos años han obligado a las y los trabajadores junto con la patronal a presentarse a los centros de trabajo bajo ninguna o deficientes medidas sanitarias.

Una razón que puede estar detrás de esta desmovilización es la crisis que están viviendo estas centrales sindicales, las palizas que han recibido en Panasonic, Tridonex y GM no pasan desapercibidas, son un parteaguas y reflejan del ambiente que se vive en los centros de trabajo. La pérdida de control de su base corporativizada en medio de una lucha por independencia sindical podría convertir una convocatoria tradicional y controlada como la del 1ro de mayo en una manifestación contra la propia dirección, permitiría el conocer las lecciones y triunfos de esos centros de trabajo, abonaría a que un sector de trabajadores que están buscando alternativas organizativas, y que la lucha se amplié. Sus temores al no convocar dicen mucho del ambiente que se está gestando.

El papel de una política de desmovilización

Sin embargo, la baja asistencia a las diversas movilizaciones también es producto de la falta de labor por una convocatoria militante, que explique y sea capaz de convencer y unificar al movimiento con base en objetivos claros de lucha. La falta de este programa que incluya: luchar y respetar una jornada de ocho horas, por una escala móvil de salarios conforme a la inflación, por eliminar las UMAs, contra los despidos y los paros técnicos, etcétera, y la usencia de convocatorias y explicación paciente en asambleas de base han sido la principal razón de la baja asistencia. No es ni el día, ni mucho menos la “apatía”.

Tenemos mucho por que luchar en un contexto de precarización e inflación elevada, lo que hace falta es el llamado serio y organizado por parte de las direcciones sindicales. Las movilizaciones que llevaron a cabo las y los compañeros jornaleros en San Quintín, las y los maquiladores en Tamaulipas, las y los obreros de la industria automotriz en el Bajío reflejan que la clase trabajadora quiere y puede luchar.   

En cambio, lo que se pudo notar a ojos de todos los asistentes, y por supuesto incentivado por los dirigentes, fue el ambiente de carnaval, el alcohol y la despolitización del acto, que al final dispersó el mitin. Esto contrasta con la necesidad de generar un ambiente de lucha en las movilizaciones, recordemos que este elemento jugó un papel muy importante de dispersión, desconcientización y generar un ambiente de desorganización en el Sindicato Mexicano de Electricistas justo antes del gran golpe de la extinción de LyFC. No se trata de una cuestión moralista sino de que animar el ambiente en una manifestación política solo puede ser a través de la explicación política de la necesidad de nuestra lucha, organización y fuerzas, como reza la consigna: ¡este día no es de fiesta, es de lucha y de protesta!

La crisis del sistema obliga a los patrones y a los capitalistas a pasar a la ofensiva contra nosotros, desean que nosotros sigamos pagando la crisis por ello necesitamos traer al presente las lecciones de nuestras luchas pasadas y rescatar o formar nuestras organizaciones como verdaderos instrumentos de combate y de batalla, por eso necesitamos salir a las calles no cada 1ro de mayo sino las veces que sea necesario para defender nuestras vidas, empleos y derechos.

¡Viva la lucha de la clase trabajadora!    


banner libres y combativas

banner

banner

banner libres y combativas

banner revolutionary left

banner sindicato de estudiantes

banner revolucion rusa