Ante el intento de recuperar sus posiciones cómo huelguistas custodiando la mina de Cananea, Sonora, e impidiendo que dentro de ella laboren “esquiroles” protegidos por la policía, los miembros de la sección 65 del sindicato minero han vuelto a ser agredidos tanto por la policía cómo por grupos de golpeadores con el fin de evitar un nuevo repunte en la heroica lucha que han mantenido durante ya más de tres años.

Después de que un operativo policial desalojara a los huelguistas de la mina de Cananea el pasado 6 de junio, la resistencia y determinación de las bases del sindicato impidió que éste ataque se consolidara. A pesar de que la dirección del sindicato no organizó movilizaciones importantes para revertir éste golpe y por el contrario se mostraron dispuestos a “negociar” con el Grupo México, dueño de la mina, el cual una vez en posesión de la ésta no tenía ningún interés para negociar nada. La actitud de los huelguistas ha sido una vez más de resistencia y de voluntad para seguir en la lucha a pesar del golpe que dieron la patronal y la empresa.

Para intentar consolidar el levantamiento (por cierto, ilegal) de la huelga la empresa anunció el mismo esquema que se le ofreció a los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas: liquidaciones por “encima” de la ley para quién se liquidara inmediatamente  y la promesa de recontratación pero ya sin posibilidad de formar parte del sindicato minero. Tratando de crear un ambiente favorable al levantamiento de la huelga, la empresa y el gobierno anunciaron inversiones por tres mil millones de dólares en la mina, tratando de generar aversión entre la población hacia los mineros. Estas maniobras de la patronal no surtieron efecto sobre los mineros los cuáles se mantuvieron firmes en su lucha.

Esa firmeza también la demostraron los mineros huelguistas de Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero, quienes en lugar de amedrentarse tras el golpe a Cananea, tomaron previsiones ante un eventual levantamiento de las huelgas que sostienen. El ambiente entre las bases del sindicato ponía de manifiesto que la posibilidad de recuperar la mina atreves de la movilización era factible por lo que el Juzgado Noveno de Distrito otorgó una suspensión provisional para que los mineros no fueran desalojados de su fuente de trabajo, lo que en la práctica ya había ocurrido, por lo tanto esta resolución dejaba abierta la posibilidad de que la mina se retomara legalmente, dejando en manos de la dirección del sindicato la posibilidad de retomar o no, así como también se dejaba abierta la posibilidad de que la policía impidiera o no la retoma de las instalaciones. En síntesis la “suspensión provisional” sólo ratificaba legalmente lo que en los hechos ocurría: la fuerza de los mineros les permitía retomar la mina pero para que ello ocurriera  era necesario que la dirección del sindicato la organizara contundentemente; si el gobierno percibía organización y firmeza del sindicato y por ende su posible derrota diría “fue una acción legal que teníamos prevista”, pero si esto no ocurría no tendría problemas en seguir ocupando la mina a pesar de la famosa “suspensión provisional”.

La fuerza de la base del sindicato

Cómo en otras ocasiones el ímpetu y la fuerza de la base sindicato fueron el motor de las acciones más consecuentes. El martes 7 los mineros de la sección 65 intentaron recuperar la puerta número 2 de la mina, sin embargo la policía y los “esquiroles” se lo impidieron: no sólo eso, horas después estos últimos organizaron un ataque a las instalaciones del sindicato de forma cobarde mientras los mineros velaban a un compañero recién fallecido (por motivos naturales) se perpetró el ataque.

Al día siguiente los mineros retornaron con mayor convicción a recuperar la puerta número 2, pero en esta ocasión el gobierno y la policía ya tenían previsto el montaje. Nuevamente utilizaron a golpeadores para confrontar a los mineros, los cuáles no obstante repelieron la agresión, sin embargo en ésta ocasión hubo disparos dirigidos por los mismos esquiroles y policías sin uniforme en contra de los mismos golpeadores que ellos habían contratado, para incriminar a los huelguistas y justificar la represión en contra de ellos. En ese momento fueron detenidas veintiséis personas, de las cuales veinte han sido identificados cómo sindicalistas de la sección 65, del resto no se sabe si es que alguien los está buscando. Seguramente estos últimos fueron golpeadores que también fueron detenidos y que saldrán sin ningún problema.

Hasta ahora no se sabe más información ni sobre los detenidos ni sobre si la sección 65 logró retomar o no las instalaciones. Lo único que ha sido claro es la intención del gobierno por “dar una lección” a los huelguistas detenidos, que sin mayor investigación han sido acusados de disparar y causar la muerte  a un individuo de los que contrató la empresa para atacar a los huelguistas. La detención de los veinte compañeros mineros es una muestra más de que la lucha debe de continuar, esta es una razón más para que la dirección del sindicato convoque a movilizaciones a todo el sindicato y a otros gremios, sobre todo a los que actualmente se encuentran en lucha cómo el SME.

La dirección del sindicato  debe de respaldar la lucha de la sección 65

Si bien el intento de los huelguistas de Cananea por  retomar las posiciones ha sido  totalmente correcta, esta debió de haber sido una acción respaldada por un plan de lucha general de al menos todo el sindicato minero y de hecho una acción de fuerza de todas las organizaciones que se encuentran en lucha contra el gobierno de Calderón. La retoma de Cananea no era ninguna nimiedad, representa para Calderón un golpe concreto contra el sector más combativo de los trabajadores, por ello  dar la lucha por revertirlo es un acontecimiento de relevancia para toda  la clase trabajadora, de lograr retomar Cananea ¿Acaso no sería esto un ejemplo para los electricistas del SME? ¿Acaso revertir el ataque a Cananea no impulsaría la lucha de los trabajadores de Aeroméxico? Por ello esta acción debió de contar con todo el respaldo práctico de la dirección del sindicato minero, llamando a movilizarse mediante huelgas, paros, manifestaciones simultáneas a la recuperación de las instalaciones de Cananea. Debieron de haberse enviado brigadas de apoyo, de autodefensa e informativas a Cananea. En otros artículos de Militante hemos informado de los paros de policías que se han desarrollado en diferentes estados del país, también entre  estos sectores se debió de haber hecho agitación política, llamándoles cuando menos a la neutralidad, a sabotear los operativos para reprimir la lucha, llamando al “tortuguismo” y en caso de ser posible a la insubordinación cómo ha ocurrido entre distintos elementos de la tropa que se han rebelado radicalmente en contra de sus superiores.

Pero esto no ha ocurrido, incluso después de la detención de 20 compañeros apenas algunas secciones importantes cómo la 271 y 274 de Lázaro Cárdenas Michoacán se han declarado en “alerta” lo cual es un primer paso adelante pero no deja de ser insuficiente ante la trascendencia de éste nuevo intento de los trabajadores por retomar las posiciones de lucha  y ante la detención de los compañeros mineros.

La actitud de la dirección del sindicato no debe ser defensiva si no ofensiva, las bases del sindicato ha dado sobradas muestras de querer ir más allá, exponiéndolo todo por defender sus derechos, pero el heroísmo de la base, desafortunadamente, no puede sustituir el papel que debe de jugar la dirección; organizando la lucha a nivel nacional, vinculándola con otras luchas, vinculando las demandas y conquistas económicas de las otras secciones a la necesidad de defender la huelga de Cananea, no sólo para que ésta pueda continuar sino sobre todo para que pueda triunfar de una vez por todas. Las condiciones para el triunfo de la lucha siguen estando presentes, la energía de la base aunque no es infinita sigue teniendo importantes reservas, las cuales no deben de dilapidarse en acciones dispersas y desorganizadas sino en acciones conjuntas con un objetivo claro: derrotar a  Calderón y a los empresarios en el terreno económico y político cómo la única manera en que los derechos de la clase trabajadora pueden preservarse y desarrollarse.

¡El sindicato minero debe de movilizarse en defensa de Cananea organizando inmediatamente un paro de todo el sector minero!

 

¡Libertad inmediata y retiro de los cargos a los 20 mineros injustamente encarcelados!

 

¡El SME, UNT y  PRD-CND, el Gobierno Legitimo, deben promover  paros, manifestaciones y acciones organizadas a nivel nacional  en defensa de Cananea!


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