Los métodos de lucha en esquemas posfordistas

El desarrollo del capitalismo desde sus orígenes ha sido un proceso contradictorio en el que una constante es la integración del desarrollo tecnológico en el proceso productivo. La primer revolución industrial, la integración de la máquina de vapor en el proceso textil industrial, es justamente el parte aguas en el desarrollo del capitalismo al potenciar el proceso de producción de mercancías y por tanto la explotación del trabajo asalariado. El capital para subsistir requiere constantemente estar desarrollando las fuerzas productivas para abaratar los costos de producción, entre ellos también el precio de la fuerza de trabajo, así como para generar constantemente nuevos mercados por medio de nuevas mercancías.

En ese sentido la transformación constante del proceso productivo como tal es una ley bajo el capitalismo. La fase imperialista del capitalismo es justamente un periodo en el cual éste modo de producción requirió un proceso particular, la exportación de capital bancario y capital industrial a países atrasados para mantener el proceso de acumulación capitalista. La estrategia de la clase trabajadora en la defensa de sus condiciones de vida y por tanto de sí misma como clase, y principalmente de las organizaciones revolucionarias que aspiran a ser la dirección de la clase trabajadora, germina en ese proceso material. Es decir la estrategia de la clase trabajadora es también un proceso histórico que tiene que ser explicado en términos materialistas para eludir los caminos fáciles o desfasados con el proceso concreto. Si la clase obrera sólo saca conclusiones de su propia experiencia, el movimiento revolucionario de la clase trabajadora solo puede desarrollarse justamente a partir del proceso material en el cual se desenvuelve rescatando por supuesto sus tradiciones y métodos probados como útiles en la lucha contra la explotación.

Si como Marx señala “la clase obrera se educa, se une y se organiza por el propio mecanismo del proceso de producción capitalista” entonces los cambios desarrollados en el proceso de producción capitalista van determinando esa organización, unión y educación de la clase obrera. Este es quizá el papel principal de las organizaciones de clase: resguardar la memoria y la experiencia de las luchas pasadas para que sirvan de herramientas para el presente y el futuro de movimiento revolucionario del proletariado. Con ello entramos al tema de las formas de organización del trabajo en la actualidad. Seguramente a muchos les llamara la atención el adjetivo posfordista de esta participación; ello es especialmente reconociendo que el ohnismo, nombre más adecuado del “modelo Toyota” de producción, es sólo una de las nuevas formas que ha adoptado el proceso de producción capitalista pero no la única. Un caso que nos parece importante exponer, por lo menos a grosso modo, es el de la desarticulación del capital, que podríamos llamar modelo FIAT, que resulta más cercano al proceso productivo en México hoy en día.

Fordismo

Antes de exponer estas dos formas de organización del trabajo posfordista, resulta necesario exponer un par de elementos del fordismo para visualizar sus diferencias. Este modelo de organización del trabajo desarrollado por el propietario de la Ford Motor Company en 1908 se basa principalmente en el proceso de producción en masa por medio de la instalación de la cadena de montaje. Las consecuencias del desarrollo de dicho modelo de organización del trabajo son variadas entre las que destacan justamente la producción en masa de automóviles que entonces eran un bien de lujo por sus altos costos y la especialización de los trabajadores en un área específica del trabajo. La consolidación de EUA como potencia capitalista posterior a la Primera Guerra Mundial (PGM) se debe en parte a la expansión del fordismo, junto al taylorismo, en la industria norteamericana y mundial. Aquí podemos rastrear un primer elemento común de las formas de organización del trabajo, pues la mayoría surgen ante la necesidad de repeler la crisis orgánica del capital mediante la modificación de ciertos elementos del propio proceso productivo y curiosamente hasta ahora todas han surgido principalmente en la industria automotriz. Aunque la cadena de ensamble data de 1908, como señalamos su proceso de auge se da posterior a la PGM ante las necesidades del mercado y particularmente de la producción masiva de mercancías tanto para la guerra como tal como en la reconstrucción de Europa.

El fordismo es el esquema de organización del trabajo que dominara tres cuartas partes del siglo XX, hasta mediados de setenta cuando entra en crisis producto de las debilidades propias de este esquema. Siendo principalmente la concentración de grandes masas de trabajadores en centros industriales, al igual que en el imperialismo, que al tomar las fábricas ponían en jaqué en un sólo movimiento al capital. El desarrollo del posfordismo es justamente una medida política contra la clase obrera y lo que Antonio Negri llamó su composición técnica de clase, es decir la formación y las habilidades productivas de la los trabajadores desarrolladas precisamente en los esquemas imperialista y fordista donde el proceso productivo es parcelado para incrementar la producción mediante el aumento de la tasa de explotación en términos absolutos. Aunque trataremos de abordar este punto al final, es importante señalarlo pues la Reforma laboral y la flexibilización del trabajo que tendrá como consecuencia se explican en términos productivos a partir de una modificación en el esquema de explotación o de organización del trabajo, que son bajo el capitalismo sinónimos.

Posfordismo

Podemos caracterizar al posfordismo principalmente como un nuevo enfoque de la organización del trabajo que se basa principalmente en una fragmentación del proceso productivo, deslocalización del capital o restructuración capitalista. Es una metamorfosis del capitalismo, que no desaparece sino que se recompone, a partir de la modificación del proceso fabril industrial. Con ello hay que ser cuidadosos pues ello no significa, como mucho concluyeron, que la clase obrera ha desaparecido sino todo lo contrario esta se ha diversificado aun más. Ahora como nunca antes en la historia podemos hablar de la presencia de la clase obrera en todos los rincones del mundo. La mayoría sabe por ejemplo la base material por la que Ted Grant migro de Sudáfrica a Inglaterra,  siendo principalmente el bajo desarrollo industrial de Sudáfrica y en consecuencia el incipiente movimiento obrero de aquel país. Ahora hemos visto una lucha minera de grandes magnitudes, y sinceramente heroica, que no solo habla del considerable desarrollo de la clase obrera sudafricana sino que además de todo ha triunfado pese a la masacre de cientos de mineros hace unos meses.

El toyotismo, que es como ahora se conocen los aportes de Taiichi Ohno al proceso productivo, es un esquema de organización del trabajo desarrollado desde mediados de los años cincuenta en Toyota Motor Company. En este caso, al igual que en el de la FIAT, es muy claro como estos nuevos esquemas de organización del trabajo son resultado de la necesidad del capital de incrementar su ganancia mediante nuevas formas de explotación del trabajo. El caso peculiar del toyotismo es que no basa ese incremento de la ganancia en el incremento de la tasa de explotación absoluta, es decir en el incremento del plusproducto como tal, sino mediante mecanismos que permiten una especie de diversificación de la explotación. Aquí es necesario exponer un poco los elementos materiales en los que surge el toyotismo pues lo anterior puede parece un absurdo en dentro de la explicación marxista, pero no es así.

El toyotismo surge a mediados de los años cincuenta en Japón a partir de una crisis de sobreproducción en Toyota entre 1948 y 1948. Esta crisis de sobreproducción es en términos de magnitud distinta a la de la industria norteamericana o europea, pues el excedente fue considerablemente menor a la producción de Ford en esos años, pero dadas las características propias de Japón y su mercado un incremento mínimo en el excedente de producción significa pérdidas considerables para el capital. Los métodos de lucha obrera japonesa se basan mucho en esa característica del mercado japonés, especialmente el método DEKANSCHO que consiste en el incremento de la producción y por tanto del plusproducto para reducir la plusvalía y la tasa de ganancia por sobre-existencia de mercancías. Este caso permite diferencia por ejemplo la plusvalía del plusproducto, que no son equivalentes.

Continuando con el toyotismo este incluso surge como una forma de acoplar la producción a la demanda, pues este rescata al Kan-Ban o producción por demanda. Esto no puede sino animar el pensamiento sobre el porvenir socialista pues es un adelanto ya de la planificación de la producción, aunque bajo modos de producción diferentes. Junto a ello apuntar la necesidad de un estudio minucioso de las formaciones sociales concretas pues justamente el toyotismo apunta en oposición a la sobreproducción, lo que replantea sin destruir muchos de los planteamientos respecto a la crisis orgánica de sobreproducción como tendencia exclusiva del capital. El Kan-Ban, recuperado por el toyotismo, consiste en la producción justa de mercancías y la autoactivación de la producción como medio para aumentar las ganancias mediante la reducción de las perdidas y los costos de producción. La implementación de los métodos de calidad se fundamenta principalmente en ese axioma, vender mercancías de mejor calidad a un precio por encima de su valor reduciendo las pérdidas desde la producción. Junto a ello el toyotismo ha diversificado sus mercancías en oposición a la estandarización que supuso el fordismo. Esto significa que en el toyotismo existen diversas mercancías que son ofertadas, mercancías que tienen pocas diferencias entre sí pero que diversifican y amplían el espectro del mercado. Por supuesto esto significa una particularidad en el proceso productivo y en la composición técnica del trabajo pues este ultimo requiere una capacidad mucho más amplia de realización de tareas en oposición a la especialización en el fordismo. La flexibilización del trabajo se basa justamente en este carácter diverso del trabajo a realizar, no es trabajo a destajo pues no es trabajo en términos de magnitud de trabajo concreto. Sigue siendo una forma de trabajo asalariado pero cualitativamente distinto pues aquí el obrero requiere tener una capa más amplia de capacidades para realizar diversas tareas con el mismo salario. En el toyotismo un trabajador realiza más funciones para diversificar esas mercancías, aquí se da el cambio en la composición técnica de la clase pues al igual que en la FIAT el obrero-masa deja de producir en masa una sola mercancía para realizar diversas tareas en la producción de mercancías diversificadas. Se transita del trabajo masa al trabajo social, que es el meollo del posfordismo.

El modelo de organización del trabajo de la FIAT es para el toyotismo lo que el taylorismo para el fordismo. Si el taylorismo supuso una híper-especialización del trabajo en aras de un incremento masivo de la producción y por tanto un incremento de la explotación absoluta, el modelo de la FIAT supone una diversificación de los mercados de la fuerza de trabajo que permite un incremento de la tasa de ganancia mediante la diversificación de las tasas de explotación en el mercado mundial. El toyotismo y la desarticulación del proceso productivo responden a esas necesidades y oportunidades que surgen al capital a mediados del siglo XX.

El modelo de la FIAT de organización del trabajo surge a mediados de los años setenta en Italia. El contexto en que surge es sumamente particular, conocido como los “Los Años de Plomo” donde el ultraizquierdismo y la Brigadas Rojas junto con el Obrerismo se volvieron un factor protaginico ante la política reformista del PCI. Los capitalistas consiguen una vez pasado ese periodo dar un golpe tremendo a la clase obrera italiana por medio de la desarticulación del capital y por tanto contra la composición misma de la clase trabajadora. Este proceso consiste fundamentalmente en fragmentar el proceso productivo, enviando parte de esté diversas regiones o países menos desarrollados y con capacidad técnica inferior para reducir los costos de producción.  Aunque en el imperialismo una serie de procesos productivos se desarrollaron fuera de Europa, en realidad la mayoría de ellos solo se referían a los bienes primarios siendo Alemania o Inglaterra los principales centros de transformación de dichas mercancías. Esto explica porque para el imperialismo era una necesidad poseer territorios coloniales, mientras en capitalismo contemporáneo o neoliberal la relación de dominación política no se da en términos de colonización.

Clase trabajadora

Las repercusiones de la desarticulación del capital en la clase trabajadora, y por supuesto en su lucha, son diversas. La más importante es la poca capacidad de presionar al capital desde una sola fábrica para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. En el capitalismo actual la lucha por el salario sale completamente de la lucha económica, para inscribirse en la lucha política del proletariado pues requiere una acción que supere la acción local que en el periodo anterior pudo tener cierta capacidad. Un ejemplo interesante de ello es la derrota de la lucha de los trabajadores de la fábrica de Ford en Cuatitlan Izcalli en 1987, en oposición al triunfo de trabajadores de la misma Ford de las fábricas de Chihuahua y Hermosillo o bien la fallida huelga general del pasado 20 de noviembre que pone sobre la mesa la incapacidad de resolver los problemas de los explotados en el ámbito nacional. Aunque lo anterior es evidente para los marxistas revolucionarios que insistimos en la necesidad de la revolución internacional, esto no queda claro para el conjunto de nuestra clase que por otra parte saca conclusiones ante la derrota orgánica de los sindicatos independientes y de los reformistas.

Lo anterior también derrumba el mito del fin de la clase trabajadora y del obrero industrial, que es igualmente una incomprensión del proceso en su conjunto. Si bien algunas ciudades como la de México aparentemente ha dejado de ser un centro fabril, ese capital se ha trasladado a diversas zonas del país desarrollando batallones considerables de trabajadores industriales como en Silao, Pachuca o Queretaro que son verdaderos bastiones industriales y que con excepción de la capital de Hidalgo, no tienen más de 30 años con estas características. Y por supuesto reconociendo que los trabajadores de cuello blanco o de servicios, siguen siendo parte de la clase que labora y percibe un salario para hacerse de sus medios de vida, es decir parte de la clase trabajadora.

En conclusión la forma en que se organiza el trabajo determina de forma considerable la estrategia y la táctica de la clase trabajadora en la mejora de sus condiciones de vida. La derrota de una serie de luchas se basan justamente en la incomprensión de la base material donde se está llevando a cabo las batallas y la construcción de estrategias que hieren al capital ni a sus propietarios. Pese al mito que en algunos sectores se ha gestado de la incapacidad de desarrolla una huelga general en México, justamente dado la forma en que se ha organizado el trabajo en el mundo entero desde los sesenta, éste método se vuelve en el arma principal de los trabajadores. La crisis de la CTM y otros sindicatos charros e incluso de los independientes se basa en los juicios generales, casi todos de ellos falsos, sobre la situación de la clase obrera mexicana a lo que por supuesto se agrega su conformismo.

La economía política marxista, al igual que la sociología o la filosofía marxista, son ciencias vivas que deben ser estudiadas meticulosamente por los jóvenes y los trabajadores. La explotación se ha convertido en una disciplina científica, y la emancipación de los explotados no será obra de la casualidad ni de buenas intenciones. El estudio científico de la realidad y por tanto de las disciplinas fundamentales para entenderla, pese a su apestado carácter burgués, se vuelve indispensable. Como dice Rosa Luxemburgo en ¿Qué es la economía política?:

“si es cierto que la economía política es una ciencia relativa a las leyes particulares del modo de producción capitalista, entonces su existencia y su función está evidentemente ligada a la presencia de aquél y pierde su base en cuanto ese modo de producción ha dejado de existir. En otros términos: el papel de la economía política, como ciencia, acabará no bien la economía anárquica del capitalismo deje su sitio a un ordenamiento económico planificado, organizado y guiado conscientemente por el conjunto de la sociedad trabajadora. La victoria de la clase obrera moderna y la realización del socialismo significan el fin de la economía política como ciencia… la teoría del origen del capitalismo se transforma lógicamente en la teoría del ocaso del capitalismo, la ciencia del modo de producción del capital en la exposición científica del socialismo, el medio teórico de dominación de la burguesía en un arma de la lucha revolucionaria de clase para la liberación del proletariado[1]”.

 



[1] Luxemburgo, Rosa, Introducción a la Economía Política, Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo Veintiuno Editores, Argentina, 1975, p.73.

 


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