El caso de María Elena Ríos es uno de los muchos ejemplos que demuestran la terrible violencia de género que sufren muchas mujeres en México, en especial las que viven en situaciones vulnerables por condiciones de desigualdad, es un ejemplo más de que vivimos en un sistema de justicia patriarcal y en donde tenemos que alzar la voz para que esta violencia machista se detenga, pero es claro que en este sistema patriarcal y capitalista no se detendrá y la justicia no llegará sino arrebatando.
El 9 de septiembre de 2019, María Elena Ríos, una saxofonista y activista originaria de Santo Domingo Tonalá, Oaxaca sufrió en su casa un ataque con ácido sulfúrico por parte de tres hombres en Huajuapan de León. Esto provocó que Elena sufriera quemaduras de segundo y tercer grado afectando hasta el 80% de su cuerpo y tuvo que ser hospitalizada durante más de tres meses, requiriendo injerto de piel, cirugías y tratamientos dermatológicos. El principal autor intelectual habría sido Juan Antonio Carrizal, un empresario en el sector gasolinero y ex diputado por parte del PRI, pues él habría empezado una relación con Elena en el año 2017, pero según las declaraciones de Ríos ella recibió amenazas de muerte por parte de Carrizal después de terminar la relación y ese fue el motivo por el cual Carrizal y su hijo Juan Antonio Vera Hernández habrían contratado a tres hombres para realizar el ataque con ácido.
En diciembre del 2019, Ponciano ‘N’ y Rubicel Hernández dos de los tres responsables directos del intento de feminicidio de María Elena fueron detenidos, ellos declararon haber recibido $30,000 pesos por realizar el ataque. En 2020, fue detenido el tercer autor material Rubén Loaiza. Después del ataque, Carrizal se amparó para no ser detenido, y el 6 de enero del 2020, finalmente, fue detenido por ser el autor intelectual del intento de feminicidio en contra de María Elena; fue vinculado a proceso y quedó en prisión preventiva.
Este caso llegó a ser muy conocido en México porque grupos feministas alzaron la voz junto a María Elena para que se detuvieran a los responsables del intento de feminicidio y se hiciera justicia. Tristemente, las cosas no quedaron ahí y la justicia demostró de nuevo la impunidad y la posibilidad de que los agresores vuelvan a las calles, con lo que demostraron nuevamente que la justicia no es sino para quien puede pagarla.
“Ganó la corrupción”
“20 minutos le tomó a este juez corrupto la resolución. Esto es Oaxaca, esto es México, esta es la impunidad en que viven las mujeres que luchamos por justicia”, estas fueron las declaraciones que hizo María Elena Ríos luego de enterarse que Juan Antonio 'N', el autor intelectual de su agresión, y los autores materiales Rubicel 'N' y Rubén 'N' quedarían en libertad y siendo absueltos de todos los cargos por parte de la resolución del juez José Gabriel Ramírez el día 14 de agosto del 2024. Esto habría dejado a María Elena Ríos vulnerable y en peligro de que le pueda pasar algo, con este caso se demuestra que denunciar no ha sido suficiente si las autoridades deciden proteger a los agresores y dejarlos impunes a costa de poner en riesgo la vida de las víctimas. Incluso pese al avance en la ley Malena que reconoce los ataques de ácido como intentos de feminicidios con penas de 20 a 40 años, esto demuestra que las leyes no bastan, la lucha debe continuar en las calles para conseguir justicia para Malena.
Así se evidenció luego de ser revocada la resolución del juez José Gabriel Ramírez, que tras una movilización, en donde organizaciones feministas alzaron la voz para que no liberaran a los agresores de María Elena, la jueza del Tribunal de Enjuiciamiento del Circuito Judicial de la Mixteca, María Antonia Esteva detuvo la liberación de los agresores declarando que “Queda sin efecto lo celebrado en audiencia de juicio oral, en consecuencia, la boleta de libertad, por ende, se ordena que continúen con la medida cautelar originalmente impuesta” y mandó a investigar ya que la sentencia se dio sin perspectiva de género.
Esto fue un avance para que los agresores permanezcan en prisión que da un pequeño rayo de luz para que María Elena Ríos pueda conseguir justicia. Este logro se pudo obtener gracias a la movilización y no a las instituciones “justicia”. Parece que las autoridades solo se mueven si hay presión por parte de la sociedad, ya que lamentablemente seguimos manteniendo un sistema de justicia que no solo no hace justicia por las mujeres, sino para las personas que están en situaciones vulnerables, y muchos de estos casos están en total anonimato.
¡La lucha no para! ¡Vivas nos queremos!
Queda claro que el sistema de justicia que tenemos en México no está del lado de las víctimas y sigue perpetuando la violencia de género y la impunidad a los agresores, ya sea que las víctimas sean mujeres, personas de la comunidad sexodiversa, personas de pueblos originarios, personas en situación de pobreza y desigualdad, entre otros grupos vulnerables. Este sistema de justicia capitalista sólo velará por los intereses de los poderosos y no actuará a menos de que haya presión por parte de la sociedad.
Tan solo en México hay 11 feminicidios diarios y que más del 95% de los delitos en contra de las mujeres nunca se resuelven y que menos del 3% reciben una sentencia condenatoria a los agresores y somos ya el país con más trans feminicidios del mundo. Ya no podemos seguir soportando que las autoridades nos sigan dando la espalda y tengamos que vivir con el riesgo de que puedan ejercer violencia contra nosotras por el hecho de ser mujeres o por estar en una situación vulnerable.
Desde Libres y Combativas exigimos justicia para María Elena Ríos y para todas las mujeres que han sido víctimas de la violencia machista y ataques con ácido como Elisa Xolalpa que ha transitado días y procesos tortuosos para obtener justicia. Necesitamos la lucha organizada permanentemente y en las calles para combatir este sistema machista, luchemos junto con otros grupos oprimidos por el capitalismo, necesitamos un cambio de raíz y estructural para crear una sociedad mejor donde haya equidad, dignidad y libertad para todas las personas.
¡Luchemos por un feminismo revolucionario y socialista!