La gravedad de los acontecimientos en Ayotzinapa ha sacudido la conciencia de miles de jóvenes y trabajadores en todo el país. Los prejuicios de que los estudiantes de la BUAP son apáticos e indiferentes a lo que ocurre fuera de la universidad han sido desmentidos con las recientes manifestaciones en solidaridad con Ayotzinapa. Y es que su indignación no es sólo por lo ocurrido con los estudiantes normalistas, también se debe a las condiciones que ellos enfrentan dentro de la universidad y en el estado.

 

Es cierto que el temor a la represión, la pérdida de tradiciones de lucha, la falta organización y la despolitización que promueven las autoridades entre los estudiantes de la BUAP, han venido influyendo para mantenerlos al margen de las luchas sociales en los últimos años. Sin embargo, la precarización de sus condiciones de vida y de estudio, así como la destrucción de sus derechos democráticos dentro y fuera de la universidad, así como la falta de un futuro digno, golpea la conciencia de los estudiantes y los obligan a salir a luchar.

 

Por lo anterior, quienes nos organizamos en torno al Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y que hemos estado participando en las manifestaciones, consideramos que los estudiantes que ya hemos salido a movilizarnos debemos recoger cada una de las demandas de toda la comunidad universitaria (alumnos, profesores y trabajadores no académicos) y vincularnos con los sindicatos y organizaciones sociales de izquierda que también han salido a protestar contra la política represiva de Moreno Valle en Puebla.

 

En el pasado los estudiantes universitarios, vinculados con los trabajadores en nuestro estado, lograron derrocar a gobiernos priístas represores como el de Antonio Nava Castillo (en 1964) y el de Gonzalo Bautista O’Farrill (en 1973). Ese es el poder que los estudiantes tenemos luchando al lado de los trabajadores. Por eso es necesario establecer vínculos reales con las organizaciones sociales de izquierda de los trabajadores (SUNTUAP, SITIAVW, Telefonistas, Morena, etc.). Formar un Frente Único de Lucha que abandere todas las demandas de estudiantes, campesinos, obreros y trabajadores en general. Sólo de esa manera podremos integrar a más compañeros a la lucha.

 

Las movilizaciones han ido de menos a más, pero aún podemos lograr que se integre un mayor número de estudiantes y trabajadores, y además mantenernos organizados. No sólo en solidaridad con nuestros compañeros normalistas, también por nuestras demandas más sentidas. Debemos exigir también, mayor financiamiento para la universidad pública, uso transparente de los recursos y democracia real para elegir a las autoridades universitarias ¡No al voto ponderado! ¡Sí al voto universal, directo y secreto!); alto a la privatización de servicios y espacios públicos (agua, salud, educación); libertad de los presos políticos; abajo la Ley bala y Fuera Moreno Valle del gobierno, entre otras demandas.

 

La única manera de poder defender nuestros derechos como estudiantes y de echar abajo las contrarreformas sociales, es dotarnos de una organización nacional permanente, democrática y combativa, vinculada a las organizaciones tradicionales de los trabajadores. La construcción de dicha organización es la tarea que hemos asumido en el CEDEP desde hace quince años en nuestro país. Te invitamos a que re sumes a este esfuerzo. ¡Búscanos en las movilizaciones! ¡Únete al CEDEP y luchemos juntos por una educación pública, gratuita, científica, democrática y de calidad!


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