A un año del primero de julio, la verdadera transformación sólo se podrá lograr con la movilización, y la lucha organizada de las y los trabajadores, jóvenes y campesinos, tomando el destino de nuestras vidas en nuestras propias manos y no depositando esa tarea en un solo individuo, por muy buenas intenciones que tenga.

El primero de julio de 2018, significó un paso adelante en la lucha de los pobres de nuestro país, utilizando el proceso electoral, demostramos que no queríamos más a la derecha en el poder, con sus políticas que empeoraron nuestras vidas. Amplios sectores de las masas depositaron sus esperanzas de cambio en López Obrador, dadas todas sus promesas de campaña junto años de lucha en los que miles de personas se involucraron en tareas de organización de Morena.

Actualmente MORENA ha sido copada por toda clase de elementos oportunistas en busca de posiciones y tratando de huir de la crisis de sus partidos, peor aún es que no hay un principio de transformar las bases de la sociedad actual, ni participación democrática interna.

Las buenas intenciones no bastan, cualquier buen intento de beneficiar a la población más vulnerable ha sido totalmente repelido por la burocracia y los empresarios. Ha sido el caso del tope salarial a los altos funcionarios, la lucha contra el huachicoleo, al aumento al salario mínimo, etc. Primero necesitamos acabar con los privilegios y las posiciones de poder de todos estos individuos que en conjunto son una clase social con intereses totalmente contrarios a los de la mayoría del pueblo.

No necesitamos la diplomacia de la negociación en lo oscurito, necesitamos una actitud transparente y de combate decidido contra estos elementos, ¡Cárcel para Peña Nieto y todos los estafadores de Odebrech y PEMEX! Nada de perdón y diplomacia con estos enemigos del pueblo.

El apoyo debe ir al movimiento obrero y campesino. Las huelgas en Matamoros son el mejor ejemplo de que la fuerza organizada de la clase trabajadora es imparable. No queremos silencio cómplice ante la embestida que los obreros sufren por parte de las empresas, o frente a los innumerables asesinatos a luchadores sociales.

A este país lo movemos los trabajadores y campesinos, no los empresarios, sin nosotros ellos no pueden producir nada, sin ellos, los trabajadores sí podemos echar a andar la economía, mejor aún sin el entorpecimiento y la fuga de capital que implica la patronal transnacional.

De fondo este gobierno tiene una política económica que no acaba con el neoliberalismo, lo combina con una política asistencialista mediante becas, pensiones, etc. Desdibujando la necesidad de luchar. Pero esta posibilidad es totalmente irrealizable, más aún en una situación de crisis económica a nivel mundial, con una expectativa de crecimiento del PIB de 0.8% para este año.

Este gobierno ha dejado la justicia en manos de los ricos privilegiados de siempre, fiscales que ganan hasta más de medio millón de pesos mensuales y que no sabe de pobreza. Este gobierno también ha sacado a la calle a la Guardia Nacional, dirigida por las Fuerzas Armadas que están detrás de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa y la represión en Nochixtlán.

Necesitamos tomar el control de la economía en nuestras manos, el control de nuestra seguridad y de la justicia, esto ha demostrado ser la única garantía de darle el rumbo que el pueblo necesita. Lo demuestra Cherán, las autodefensas y el movimiento 20/32.

Necesitamos una verdadera transformación y solo puede venir de las manos de la juventud, el campesino y el obrero.


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