El reconocimiento de las orientaciones, preferencias, identidades y expresiones de la comunidad LGBT+ se ha convertido en una lucha constante, de resistencia y revolucionaria durante mucho tiempo, pues la moral capitalista y conservadora de diversas religiones nos adoctrina desde infantes: con juegos, colores e incluso la forma de comportarnos y recibir educación, pues nos inculcan que cuando seamos mayores seremos exitosos arquitectos o buenas amas de casa. Además de que se nos impone un amor heterosexual, pues según la moral religiosa y el orden establecido eso es una familia tradicional, vendiéndonos un amor exclusivamente heteropatriarcal, misógino, machista, opresor y violento.

Cuando decidimos romper la heteronorma y desafiar a este sistema se nos es visto con otros ojos. Somos echados de nuestros hogares, discriminados en la calle y no se diga en nuestros centros de estudio o centros de trabajo.

Todos los derechos para todas las personas

Actualmente una parte de nuestra lucha tiene los ojos puestos sobre los Estados del país que aún no tienen reconocidas a las identidades trans, negándose hacer los cambios legales de nuestros nombres en documentos oficiales, es así como diversas compañeras y compañeros tienen que viajar a la CDMX para poder acceder a ese derecho. Lucharemos para que de norte a sur podamos cambiar nuestros documentos sin violencia transfóbica y machista.

Luchamos porque no se apruebe el PIN Parental y se retire de los Estados donde fue aprobado por partidos políticos de la extrema derecha, no queremos una educación adoctrinada con la moral del sistema y la religión, exigimos una educación laica, popular, gratuita, científica e inclusiva.  

¡ECOSIG, nunca más! Nuestras identidades o preferencias sexuales no son una enfermedad, tampoco una estación del año que va cambiando. No necesitamos de las mal llamadas terapias de conversión que son una violación a nuestros derechos y nuestra libertad para ser lo que somos. ¿Necesitamos terapias? Sí, pero para superar toda la violencia y abuso que vivimos, con profesionales verdaderamente capacitados y sensibilizados en estos temas que nos auxilien en defender nuestros derechos, entendiendo que el ser humano es diverso al igual que la naturaleza, que todas y todos somos válidos.  

Exigimos que a los pseudo psicólogos charlatanes que se dedican a promover estas agresiones y todo aquel que atente contra las identidades y orientaciones sean castigados con sentencias ejemplares ¡Basta de justicia machista y LGBT-fóbica!

Luchamos también por empleos dignos. ¿Dónde están aquellas empresas que se visten con nuestro arcoiris en el mes del orgullo cuando necesitamos trabajo digno? ¿A cuántas personas trans o travestis tienen trabajando en sus empresas? Nuestra precarización y opresión tiene responsables directos y son los que no nos contratan por nuestra identidad o preferencia sexual, pero si aumentan sus ganancias haciendo negocio con nuestras identidades o preferencias.

¡Llenemos las calles de orgullo de clase!

Defendemos un movimiento LGTBI anticapitalista y de clase que señale directamente a todos los responsables de nuestra opresión. No se pueden defender nuestros derechos y al mismo tiempo justificar a las mismas instituciones machistas y lgbtiq+ fobas que nos golpean. Personajes de la derecha que de manera oportunista levantaron nuestra bandera en las pasadas elecciones, no son bienvenidos en nuestro movimiento.

Nuestros aliados y aliadas son aquellas que forman parte de nuestra clase. Porque no se nos persigue y margina por ser homosexuales, transexuales o lesbianas únicamente. Nuestro crimen es ser LGTB+, y a la vez, ser pobres. En nuestra trinchera están nuestras compañeras y compañeros migrantes, los trabajadores y las trabajadoras en lucha contra la precariedad laboral, las y los compañeros de las comunidades que dan la batalla contra los megaproyectos de muerte, el personal sanitario en defensa de una salud pública y universal, y todos y todas las que luchamos contra cualquier tipo de opresión y contra la explotación capitalista. Bajo este sistema nunca podremos ser lo que somos.

La lucha organizada es el único camino y no pararemos hasta conseguir todos nuestros derechos, necesitamos levantar un movimiento LGTBI revolucionario y anticapitalista para conseguir todas nuestras reivindicaciones y construir una nueva sociedad, libre de cualquier tipo de opresión: una sociedad socialista al servicio de la mayoría, organizada democráticamente por los y las trabajadoras, en la que todos y todas podamos vivir una vida en condiciones dignas, el poder tener acceso a un hogar, un sistema de salud publicó, un trabajo, un salario y una pensión digna.

¡Queremos ser lo que somos!

¡Los crímenes de odio, son crímenes de Estado!

¡Aquí está la resistencia trans!

 


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