El pasado 27 de marzo fuimos testigos, una vez más, de cómo los engranajes del sistema capitalista operan de una manera criminal y cruel. El incendio en Ciudad Juárez dentro de una de las llamadas “Estaciones migratorias” del Instituto Nacional de Migración (INM) pero que en realidad son centros de retención, no es un hecho aislado ni causa de alguna negligencia particular, ni mucho menos es producto de un auto sabotaje por parte de los migrantes, como lo afirman los discursos del gobierno.

En palabras de personas migrantes que han sido retenidas dentro de estos espacios, describen las estancias como cárceles: al momento de la detención los agentes les roban todo lo que lleven cargando, desde dinero hasta productos de higiene; y ya adentro, se sobrevive en condiciones inhumanas, con hacinamiento, pues se alberga el doble de personas para las que están diseñadas estas construcciones, sin ventilación, sin agua ni comida suficiente, y si bien les va otorgan colchonetas como camas, sin respeto a su intimidad como baños con puertas, sin servicio médico, y con salidas encadenadas.

Nosotros no hacemos elucubraciones sobre las diversas versiones del porqué del incendio. Aquí el único hecho claro y no debatible es que los derechos más básicos de nuestrxs hermanxs están siendo violados cínicamente, con discursos eufemistas por parte de AMLO y otros funcionarios federales quienes afirman que se actúa para “salvaguardar a los migrantes” para “cuidarlos” y “velar por sus derechos” ¿Qué declararía la presidencia si los asesinados hubieran sido mexicanos y en una cárcel de Estados Unidos?

Migrar no es un delito, las mismas leyes burguesas lo califican como una falta administrativa, y aun así son tratados como infrahumanos; mientras que a los migrantes de poder adquisitivos altos se les abren las puertas de par en par, provocando gentrificación; los originarios de Haití, países latinoamericanos y africanos, y comunidades indígenas mexicanas son criminalizados y vejados. Pero esta violencia no es casualidad, está regida por intereses económicos y políticos de Estados Unidos y la gran burguesía de nuestro país, para someter y controlar a la mano de obra más barata del mundo: las personas inmersas en la migración forzada, por cierto, orilladas a desplazarse a causa de violencia y pobreza extrema causada por la intervención política, económica y militar por parte del imperialismo en estas zonas.

Es insultante e inaceptable la respuesta de los dos secretarios de la 4T involucrados directamente en el problema, Adan Augusto y Marcelo Ebrad, sobreponiendo su frívola carrera por la presidencia de México sobre el esclarecimiento del asesinato de los migrantes. Desde izquierda Revolucionarias señalamos a estos personajes como unos de los culpables de alto rango, así como al presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, por incitar el odio xenofóbico y racista, y a la detención de las personas migrantes, y a Francisco Garduño titular de INM, quien ha administrado la represión. Sobre todo, condenamos a las bases estructurales económicas, políticas e ideológicas que llevaron en 2019 a firmar un acuerdo con EU por decreto presidencial, el cual dio luz verde para que el gobierno mexicano continuará con la contención del flujo migratorio hacia EU, a cualquier costo. El ejército y la Guardia Nacional siguen estando al servicio de los intereses del imperialismo, siguen siendo un brazo represivo de violencia sistemática y descarnada, son los que están al mando de los 4 anillos de “seguridad” del flujo migratorio; tan sólo al 28 de febrero de este año se han contabilizado más de 1 millón 289 mil personas migrantes detenidas, el mayor cifra en la historia de nuestro país, y el 71% de ellas han sido llevadas a los centros de detención del INM, esto de humanista no tiene nada.

Condenamos también los discursos hipócritas de la derecha de nuestro país, y de los medios y gobierno estadounidenses; a los primeros nunca les ha importado nuestras vidas, la vida de la clase trabajadora, y los segundos son los criminales intelectuales detrás de esta masacre y los creadores de las condiciones de pobreza, marginación y violencia que llevan a millones de personas a migrar cada año.

Por todo lo anterior es que desde Izquierda Revolucionaria sentenciamos esta tragedia como un Crimen de Estado, del Estado capitalista que aún rige nuestro país. Mientras el gobierno siga una política reformista y de conciliación de clases y con el imperialismo, tragedias como estas seguirán ocurriendo, como el secuestro reciente de cerca de 100 migrantes en San Luis Potosí.  

Damos toda nuestra solidaridad a nuestrxs hermanxs y sus familias, y exigimos castigo a todos los culpables: por las 40 personas fallecidas (hasta ahora), por las 27 hospitalizadas, y por todas las personas migrantes que se encuentran en otros centros de detención y en condiciones vulnerables.

Llamamos a la clase trabajadora, a la juventud, al pueblo de nuestro territorio a combatir los discursos de revictimización, racistas y xenofóbicos que lo único que provocan es nuestra destrucción y división. Las personas ilegales no existen, las fronteras son artificiales y no pueden condicionar a una persona a valer más o menos. La movilidad humana es un derecho y un proceso milenario.

¡No fue el incendio, fue un Crimen de Estado!

¡Fuera los militares y la Guardia Nacional!

¡Justicia a las víctimas!

¡Migrar no es un delito, por fronteras abiertas!

¡Por la unión de toda la clase trabajadora!


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