Porque así lo hemos decidido
Visiten cualquier centro de la industria minera: cientos de millones de dólares, extraídos por el capital extranjero de la tierra, no le han dado nada, nada en absoluto a la cultura del país; ni autopistas, ni edificios, ni un buen desarrollo de las ciudades. Aun las instalaciones de las mismas compañías a menudo parecen barracas. Ciertamente, ¿por qué hay que gastar el petróleo mejicano, el oro mejicano, la plata mejicana en las necesidades de un México lejano y extraño cuando, con los beneficios obtenidos, es posible construir palacios, museos, teatros en Londres o en Mónaco? ¡Así son los civilizadores! En lugar de las riquezas históricas, dejan agujeros en la tierra mexicana y enfermedades en sus trabajadores.
L. Trotsky, carta al director de Daily Herald, 1938
Este 24 de agosto concluirá la tercera y última etapa de la consulta ciudadana acerca de la privatización de PEMEX. El resultado, como en las otras dos ocasiones, se antoja para ser avasalladoramente por el no a la privatización de PEMEX. Con esta clara directiva por parte del pueblo oprimido, las tareas de los sindicatos, del PRD y de la CND se plantea de manera clara: defender la voluntad de los trabajadores contra el gobierno del espurio.
Conócete a ti mismo
Decía Sun Tzu en El Arte de la Guerra: “…Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla.”
Conocemos de lo que son capaces nuestros rivales, es decir, los capitalistas nacionales e internacionales: para salvaguardar sus intereses, poco les importa hacer cargar sus decisiones y sus errores a nuestras espaldas, tal es el caso del FOBAPROA, de las contrarreformas a la ley del ISSSTE y del IMSS, de ser necesario, imponen autoridades a costa de escandalosos fraudes e incluso, con la mano en la cintura, pueden echar mano de la policía y el ejército para sofocar justas demandas de los oprimidos. Si bien, este enemigo parece indestructible, se muestra su tremenda flaqueza al enfrentar la organización del pueblo trabajador como fue el caso de la huelga minera en SICARTSA o el periodo en el que la APPO se mantuvo como un órgano de decisión popular, ejecutando temporalmente la función de un gobierno obrero.
En cuanto a nosotros, hasta ahora el movimiento efectivamente ha sido pacífico y éste se ha anotado algunos triunfos, contando entre ellos el haber aplazado la decisión del PRIAN de privatizar PEMEX. Tan fácil como que sin nuestra intervención en la sociedad, en este país no se movería una rueda ni se encendería un solo de foco: ese es nuestro poder. No obstante, en batallas pasadas hemos experimentado una serie de derrotas por falta de una movilización más contundente, como por ejemplo, la consumación del fraude, así como la contrarreforma a la ley del ISSSTE. Si somos tan fuertes como hemos dicho, ¿qué nos ha faltado?
¡A extender el plan de acción!
Además de las movilizaciones y toda la imaginería que los participantes del movimiento desplegaremos en esta próxima época en la que intentaremos hacer valer nuestra voluntad, tendremos que dar un paso más adelante y extender la organización en cuanto a extensión y también a objetivos, la privatización del petróleo tiene su origen en la imposición del espurio; en la consulta vimos a muchos trabajadores del gobierno del Distrito Federal encargados de las casillas, eso está muy bien y así tiene que actuar un gobierno de izquierdas, sin embargo, el aparato estatal no puede ser sustituto de la movilización de masas: es fundamental impulsar una vida militante cotidiana con todos los participantes en esta lucha. Se tienen que impulsar comités de base en todas las colonias, sindicatos y escuelas donde haya compañeros de lucha. Un avance muy importante al respecto fueron las brigadas que se conformaron para bloquear las Cámaras. Estas brigadas pueden extender su organización más allá de conformarse como un cuerpo de respuesta rápida a los ataques del PRIAN.
Y finalmente, es necesario dar el paso que nos ha faltado: Andrés Manuel López Obrador tiene que hacer un llamado urgente a los sindicatos para hacer una huelga general. Sin la huelga general, en el terreno legislativo, mientras la mayoría siga estando en manos del PRIAN, no nos quedará otra que seguir amarrándonos más el cinturón. Con la huelga general, la debilidad del gobierno de FeliPillo quedará expuesta, al igual que nuestra capacidad para asumir el poder, que legítimamente nos corresponde.
¡Por un PEMEX para el pueblo trabajador!
¡Derroquemos ya al espurio con la huelga general!
¡Únete a Militante y lucha por el socialismo!
Pascual Betancourt
Agosto de 2008