Ningún acuerdo con la derecha
Tras vislumbrarse que serían anuladas las pasadas elecciones, tanto Jesús Ortega como Alejandro Encinas había estado buscando un acuerdo para llegar a una dirección colegiada de cara al proceso electoral del 2009. Incluso se vislumbraba el tener a Lázaro Cárdenas Batel como candidato de unidad a la presidencia perredista. Pero tras el desarrollo del Consejo Nacional del PRD del pasado 16 de agosto, este virtual acuerdo se rompió por parte de Nueva Izquierda (NI), lo que obligó a Alejandro Encinas a movilizar a seguidores para bloquear la sede en que se reuniría ese día dicha instancia para tratar de evitar que NI impusiera sus decisiones en dicho Consejo, donde son mayoría.
Jesús Ortega y los dirigentes de NI tuvieron que huir prácticamente a un lugar seguro para ellos. Ya de antemano tenían preparado el plan: el Senador Héctor Bautista preparó logística: camiones de la RTP y policías municipales de Ciudad Netzahualcóyotl para garantizar una sede donde IU pudiera imponer sus decisiones. Y finalmente lo que han avalado es posponer las elecciones internas hasta febrero del 2010, para asegurarse el tiempo suficiente e intentar hacerse del control total del partido.
Hoy nuevamente se habla de un acuerdo para llegar a una “dirigencia colegiada”. Pero esta “dirigencia colegiada” parte de la base de que Jesús Ortega tenga el control de la misma (como ya lo está haciendo en los hechos). Humberto Zazueta, de la corriente de los cívicos ya ha expresado que NI “quiere que el pacto sea sobre la base de que ellos encabecen la dirigencia” (La Jornada 19-08-2008).
El mismo Alejandro Encinas planeta que es posible lograr con NI un acuerdo porque “hasta en las guerras los hay”, pero con la base de que Guadalupe Acosta Naranjo no quede al frente del partido hasta 2010. “La solución es por esa ruta, por esa vía. Alguien que ayude a transitar a la normalización de la vida interna del PRD” (La Jornada 18-08-2008).
Pero ninguna “dirigencia colegiada” será la alternativa. Tarde o temprano este acuerdo se romperá, como ya se ha venido dando en los hechos. Escribíamos en Militante 172: “La lucha por reconstruir al PRD pasa por la salida de Ortega y toda la especie de elementos como él, en este proceso está faltando la disposición de Encinas y AMLO de ir hasta el final, tiene a las masas de su lado y es su deber rescatar al partido. En caso contrario se puede convivir con un acuerdo pero éste más temprano que tarde se romperá y la batalla se reanudará.”
La lucha contra la privatización de PEMEX
La lucha por el control del PRD es también para los dirigentes de NI la lucha por aplastar las movilizaciones dirigidas por López Obrador contra la Reforma de PEMEX que propone Calderón, con quien Jesús Ortega finalmente busca negociar dicha reforma. Al respecto de nuevas movilizaciones, para tratar de frenar esta lucha, Ruth Zavaleta declaró: “Yo creo que es por diálogo y buscar la manera de consensuar; y por el otro lado, tampoco amenazar con tomar la tribuna antes de escuchar las propuestas y debatirlas” (La Jornada 30-07-2008) .
Desde un inicio los integrantes de NI se opusieron a las movilizaciones y en la toma de la tribuna del Congreso no sólo no estuvieron a favor, sino que lo denunciaron como una imposición por parte de López Obrador. Incluso le restan importancia a las recientes consultas organizadas sobre la reforma petrolera. La misma Ruth Zavaleta declara que: “en una consulta que organizó el PRD, pues tiene su peso, obviamente, por supuesto que lo toman en cuenta los legisladores. Sin embargo, insisto en que el debate de contenido jurídico se da aquí, en las cámaras, y aun cuando pudieran tomarse en cuenta las opiniones de esta consulta pues tenemos que discutir más a fondo, no se acota tanto la discusión ni el debate”. (La Jornada 30-07-2008)
Lo que representa Jesús Ortega y su Nueva Izquierda es la derecha dentro del partido, la que no busca la movilización de jóvenes y trabajadores por la lucha de sus derechos, sino buscar acuerdos parlamentarios con el PRI y PAN para que todo siga igual: que los ricos sigan haciéndose más ricos y los pobres cada vez más pobres. NI no representa ninguna alternativa para las aspiraciones de los trabajadores del campo y la ciudad.
La única alternativa para frenar la reforma para privatizar PEMEX es la de la movilización y la lucha. Ningún acuerdo parlamentario la frenará. Esto lo sabemos los jóvenes y trabajadores de todo el país que desde un inicio nos hemos estado movilizando y organizando porque en las calles nos hemos dado cuenta de que tenemos la fuerza para cambiar la situación adversa. Por eso es necesario que dentro del PRD se dé la batalla contra la derecha.
Encinas debe convocar a la movilización y la organización de las bases del PRD, no para acordar con “los Chuchos” una “dirigencia colegiada” ni cosa que se le parezca, sino para buscar convertir al Partido en un instrumento real de lucha para transformar la sociedad. Cualquier clase de acuerdo con “los Chucos” terminará por transformarse en una nueva traición de estos contra el partido y los trabajadores del campo y la ciudad.
Rescatar al Partido
Desde Militante siempre hemos dicho que no sólo es el llamado a la movilización lo que necesita el Partido, sino a una organización de las bases y a la lucha por un programa socialista. Durante la lucha contra el desafuero contra López Obrador millones de jóvenes y trabajadores del campo y la ciudad nos hemos movilizado. Igual ha sucedido en la lucha contra el fraude electoral y recientemente seguimos en pie de lucha contra la privatización de PEMEX. Y nos hemos organizado en torno al PRD y recientemente la CND porque buscamos un instrumento de lucha.
Millones de jóvenes y trabajadores dimos vida desde un inicio al PRD tras la lucha contra el fraude electoral en el 1988, pero tras estos años se ha ido acabando con la vida interna para las bases dentro del PRD. Esto no es casual: la derecha representada hoy por NI, por Jesús Ortega, Ruth Zavaleta y demás quieren un partido dócil, un membrete que les permita negociar con Calderón o con quien esté al frente. Ellos no quieren un partido vivo, con militantes discutiendo la línea política, el programa de lucha. La derecha del partido no quiere comités de base discutiendo y organizando la lucha contra la Privatización de PEMEX, no quieren a jóvenes y trabajadores decidiendo el rumbo del partido. Pero para desgracia de ellos nosotros sí. Por eso estamos aquí.
Por una corriente de izquierda socialista
Un condición para resctar al PRD y frenar a la derecha representada por Jesús Ortega y NI es la de de impulsar y organizar los comités de base del partido por medio de los cuales se asegure la participación regular de los trabajadores, los campesinos y los jóvenes para transformar a estos y a sus demandas en en el factor de mayor peso político en el partido. La otra medida a tomar consiste en dotar a la base militante del PRD de mecanismos que le aseguren el control sobre la capa de dirigentes, tales como la destitución de estos en caso de ser necesario, evitando con ello que se intente empujar al partido a llegar a acuerdos con los enemigos de la clase trabajadora, ya sean banqueros, empresarios o sus representantes del PAN y el PRI.
Todo ello tiene que ir acompañado de una política que luche conscientemente por un programa socialista para el PRD, es decir, un programa que nos convoque a luchar por la eliminación de la propiedad privada de los bancos, la industria y la tierra para ponerlos bajo el control democrático de los trabajadores. La miseria, el desempleo, en síntesis, la falta de cualquier alternativa para una vida digna a la que nos condena el capitalismo no nos deja otra alternativa mas que luchar por tomar el control de la sociedad para poner toda sus riquezas al servicio de los trabajadores. Para tal objetivo, es decir, para eliminar el monopolio de la burguesía sobre los principales medios de vida, también es necesario un gobierno organizado y dirigido por los trabajadores, una democracia obrera. Sólo bajo la condicción de que los trabajadores derroquen al gobierno de los burgueses, en este caso representado por el presidente espurio Calderón, e instauren un Estado obrero, los explotados de hoy podrán imponer sus intereses sobre los de la clase explotadora. El derrocamiento de Calderón y la instauración de un gobierno obrero deber ser otra demenanda por la que debemos luchar para el programa del PRD.
Siendo así, para dar una lucha consciente y organizada por una política de esa naturaleza para el PRD es encesaria una expresión que aglutine a lo mejor del partido en una corriente que tenga como principal objetivo las demandas y las aspiraciones de los trabajadores y que luche abiertamente por un programa socialista. Invitamos a todo aquel trabajador, a los jóvenes, amas de casa, campesinos y a todo aquel que esté de acuerdo en que es necesario poner un “!hasta aquí¡” a Jesús Ortega y todo aquel dirigente que defienda un política de derechas a unirse a Militante y luchar por un PRD combativo, democrático y con un programa socialista.
¡Ningún acuerdo con la derecha!
¡Transformemos al PRD en un instrumento de lucha de los trabajadores del campo y la ciudad!
¡Luchemos por un PRD democrático, combativo y con un programa socialista!
Comité de Redacción
Agosto 2008