El final de 2010 y el inicio de 2011 han estado marcados por el desastre  de las lluvias torrenciales de noviembre, que han dejado sin vivienda a  más 150.000 familias; la aprobación de una nueva Ley Habilitante -que  permite a Chávez legislar rápidamente para afrontar ésta y otras  situaciones de emergencia-; y el inicio de una nueva y virulenta campaña  de la oposición contrarrevolucionaria.
 Tras las lluvias, el déficit habitacional (casi dos millones de personas  sin vivienda o con vivienda en malas condiciones), que ya era una  asignatura pendiente del gobierno, se convierte en clave para el futuro  inmediato de la revolución. La movilización de Chávez apoyando a los  damnificados, yendo a cada barrio afectado a conocer su situación y  ordenando utilizar edificios públicos, hoteles de lujo e incluso  instalaciones del propio Palacio de Miraflores para darles acogida ha  demostrado, una vez más, el profundo vínculo que le une al pueblo. Al  mismo tiempo, el hecho de que los damnificados tengan que acudir a  Chávez cada vez que carecen de asistencia, o son incumplidas promesas  realizadas por funcionarios del Estado, muestra el papel de freno y  sabotaje que desempeña la burocracia. 
 
 La revolución a medio camino
 
 El único modo de resolver éste y otros problemas es nacionalizando bajo  control obrero la banca y las grandes empresas, creando una empresa  pública de construcción que funcione bajo control de los trabajadores y  usuarios, y poniendo en marcha un plan para construir viviendas para los  damnificados y para todas las personas con viviendas en malas  condiciones o sin ellas. Esto implica tomar medidas decisivas contra los  capitalistas y la burocracia. Es lo que millones de personas esperan de  la nueva Ley Habilitante. Si a lo largo de este año o año y medio no se  producen avances significativos en éste y otros terrenos, las  expectativas existentes podrían transformarse en frustración y  desencanto.
 Tras doce años de revolución -aunque ha habido avances importantes en la  lucha contra la pobreza o la extensión de la salud y la educación, se  han frenado las privatizaciones e incrementado los gastos sociales y  varias empresas han sido nacionalizadas- la revolución permanece a medio  camino. El 70% del PIB venezolano según el Banco Central de Venezuela  (BCV) sigue en manos privadas. La propiedad capitalista de los medios de  producción y el mantenimiento de la estructura burguesa del estado  actúan como una camisa de fuerza que impide resolver los problemas  sociales y hace que entre sectores de las bases aumente la frustración.
 
 Crisis económica y sabotaje empresarial
 
 Los responsables de la política económica del gobierno apostaron a que  la recuperación de los precios del petróleo, unida a la devaluación del  bolívar, aumentaría los ingresos del Estado y esto produciría un doble  efecto: por un lado, posibilitaría mantener el gasto social y seguir  aplicando reformas sin tocar la propiedad privada de los medios de  producción; por otro, mediante una combinación de ayudas a los  empresarios privados (Fondo Bicentenario y otros), medidas de control y  amenazas (multas, intervenciones e incluso expropiaciones de algunas  empresas) disciplinaría al sector privado y estimularía a los  empresarios a mover sus capitales de la especulación a la inversión  productiva.
 Como pronosticamos los marxistas de la CMR en varios artículos a  principios de 2010, un año después la diferencia entre el dólar paralelo  y el oficial lejos de reducirse significativamente (uno de los  objetivos de la devaluación) vuelve a moverse en niveles similares y los  empresarios privados siguen dedicándose a especular y renunciando a  invertir. Según el periódico financiero El Mundo, nada sospechoso de ser  anticapitalista,  los empresarios sólo utilizan un 52% de la capacidad  productiva instalada. Según el BCV, la Formación Bruta de Capital Fijo,  que mide la inversión a futuro de los empresarios (nueva maquinaria,  nuevas instalaciones...), en 2009 fue de 8,8% (cuando hace algunos años  estaba en cifras de dos dígitos) y en 2010 batió un récord negativo:  4,8%.
 Junto al sabotaje capitalista, la economía venezolana está siendo  duramente golpeada por la crisis mundial. En 2009 el PIB cayó 3,3% y en  2010, el 1,9%. Esto es más grave si tenemos en cuenta que los precios  petroleros se han recuperado y finalizaron el año por encima de 80  dólares. Otro aspecto preocupante es que, pese a la contracción de la  actividad económica, la inflación sigue alta: en torno al 25% (31% en  los alimentos básicos). Durante los tres últimos años la inflación  acumulada en los alimentos y otros productos básicos supera el 100%.  Esto golpea especialmente a los sectores más humildes, la base social de  la revolución.
 El propio Chávez, reconociendo implícitamente que las políticas de  intentar convencer a los empresarios para que invirtieran no estaban  funcionando, denunció en abril y mayo de 2010 que la burguesía le había  declarado la guerra y acometió nuevas medidas de expropiación, como la  de Aceites Diana y otras empresas alimentarias. Incluso amenazó al  principal monopolio alimentario: el Grupo Polar. Posteriormente a esas  expropiaciones, o las de los supermercados Cada y Éxito, se han  decretado nuevas nacionalizaciones:Agroisleña, Owens Illinois, SIDETUR y  Sanitarios Maracay, las dos últimas con el objetivo de acelerar la  construcción de viviendas.
 Los marxistas apoyamos estas nacionalizaciones pero el problema, tal  como demuestra la experiencia de los últimos años, es que si no abarcan  al conjunto de la economía y no van acompañadas de la gestión de cada  una de estas empresas y de las palancas decisivas de la economía  nacional (todos los bancos y empresas importantes) por los trabajadores y  el pueblo, no servirán para conquistar la soberanía productiva y  alimentaria y construir el socialismo. El sabotaje de los capitalistas y  los burócratas está creando problemas en todas las empresas expropiadas  y es utilizado sistemáticamente para desprestigiar la idea de las  nacionalizaciones.
 
 Sólo la clase obrera puede derrotar la nueva ofensiva contrarrevolucionaria
 
 Aprovechando el avance que han tenido en la Asamblea Nacional y en  distintas alcaldías y gobernaciones en las últimas elecciones, los  contrarrevolucionarios están lanzando una nueva ofensiva en la calle y  los medios de comunicación. La campaña mediática internacional también  se ha agudizado. La nueva Ley Habilitante es utilizada por los medios de  comunicación burgueses para repetir sus calumnias habituales sobre la  supuesta existencia de una "dictadura" y demás. Aunque, por el momento,  estas movilizaciones han sido un fracaso, seguirán utilizando el  malestar ante todos los problemas comentados para intentar minar el  apoyo social a la revolución y sacar a las calles a su base social, como  hicieron en 2002. A medida que se acerquen las elecciones  presidenciales de 2012 esta cínica y agresiva campaña arreciará con el  objetivo de impedir la reelección de Chávez. Pero esto está  incrementando la inquietud entre las bases del PSUV, del sindicato UNETE  y del conjunto del movimiento revolucionario y las movilizará. La lucha  entre revolución y contrarrevolución se agudizará y con ella también la  lucha de la clase obrera por completar la revolución.
 Los trabajadores ya están respondiendo a los ataques de los capitalistas  y la burocracia. La magnífica lucha de Mitsubishi o la histórica marcha  de trabajadores a Caracas el 9 de noviembre, convocada por la UNETE en  apoyo a la revolución y por el control obrero, demandando una ley del  trabajo socialista y la radicalización de la revolución, muestran el  enorme potencial revolucionario existente y que la correlación de  fuerzas todavía sigue siendo favorable.






 


  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                
  
                


