En las últimas semanas hemos visto el repunte del movimiento antirracista en Estados Unidos en contra de la brutalidad policial y el racismo sistémico, una ola que se ha expandido por el mundo con movilizaciones masivas también en Francia, Alemania, Bélgica, el Estado Español, etc. La solidaridad es una de las causas de las protestas pero también es latente la demanda por erradicar la ilegalidad y la marginación en que viven los migrantes provenientes de África y Oriente Medio, así como el acceso a derechos básicos como la seguridad, salud, educación, vivienda y trabajo digno para todos.

La lucha antirracista es la lucha por la abolición de las clases sociales

La discriminación contra los hombres y mujeres de piel obscura, es un problema a raíz de la conformación de clases sociales y se remonta al cuarto milenio a.c., en donde surgen las sociedades esclavistas antiguas en Mesopotamia y Egipto, con la creación de la propiedad privada (a partir del dominio de la agricultura y la ganadería), y el Estado, con sus leyes para avalar su existencia. Los imperios conquistaban tierras ajenas y sometían a sus enemigos de guerra en esclavos, quienes eran vendidos entre las familias ricas para trabajar sus tierras sin ninguna paga, más que el alimento escaso y la vivienda austera. Este modelo lo podemos encontrar por todo el mundo, incluso en los imperios aztecas e incas en América. El racismo es una de las herramientas ideológicas de la clase dominante, para afianzar la estructura económica basada en la explotación para generar riqueza, generando indiferencia, apatía y división social entre las personas. La diferencia del color de la piel y la etnia, era y todavía es, sinónimo de pobreza o riqueza.

"Ellos me dicen

Lo que ellos quieren decirme

Vendándome el ojo con mi propia historia

Cegándome de mi propia identidad…

Pero ahora yo estoy viendo mi propia historia

Estoy tallando mi identidad."

John Agard

El acero con pólvora en una mano y la cruz en la otra

Los colonizadores europeos en su mayoría mercenarios de sus respectivas coronas, con la ayuda de la Iglesia, saquearon a sangre y fuego las tierras en América, rica en metales, convirtiendo en esclavos a indios y negros.

Los indígenas y nativos americanos y africanos, enfrentaron y resistieron al sometimiento de potencias militares que los. superaban en armas y anticuerpos (recordaremos que con la llegada de los españoles cientos de miles de indios murieron a causa de enfermedades como la viruela). Los sobrevivientes pobres fueron esclavizados y evangelizados obligadamente para subsistir.

Las guerras y rebeliones por la independencia del yugo colonizador y esclavista, se mantienen hasta hoy día, la clase trabajadora exigimos nuestro derecho a la libre determinación y organización social y económica de los pueblos, como pasa en Palestina, Wallmapu, Kosovo, Burkina Faso y Catalunya.

Estados Unidos

Después del asesinato de George Floyd y Breonna Taylor a manos de policías, 53% de los votantes en Estados Unidos apoyan el movimiento de Black Lives Matter, porcentaje que ha aumentado en 13% desde hace dos años. El movimiento ha empujado a la burguesía a decir que “ya contratará más gente negra” para puestos en empresas, a prohibir la bandera confederada de eventos masivos como Nascar, puros paliativos que recuerdan a las medidas hipócritas para terminar con la desigualdad de género. Sin embargo, el movimiento ha desafiado al gobierno y sus instituciones, con movilizaciones masivas e historícas, la destrucción de estatuas de esclavistas y conquistadores europeos, el voto por la desintegración del cuerpo policial en Minneapolis.

A casi un siglo de la masacre de Tulsa, donde cientos de personas negras murieron a manos de supremacistas blancos, Donald Trump organizó un mitin, alardeando que más de un millón de seguidores habían solicitado entradas, cuando en realidad sólo asistieron 6 000 personas, en contraste con los miles de manifestantes que han salido por varios días a las calles. Esto es prueba de la debilidad del régimen reaccionario y racista estadounidense, donde el discurso fascista y nacionalista cada vez tiene menos eco.

¡Exigimos contenidos críticos, científicos, antirracistas, antipatriarcales y anticlasistas en la educación pública!

La creación de la propiedad privada, significó la división del trabajo de dos maneras, el trabajo manual, para los esclavos, y el intelectual, para los dueños de los esclavos. Es por eso, que la educación pública y la socialización del conocimiento es un logro brutal de la clase trabajadora, tanto para las hijas e hijos, como para nuestra liberación misma. Por completo se borra la lucha de clases dentro las aulas, jamás se mencionan a Tupac Amaru, Jacinto Canek o Harriet Tubman, revolucionarios negros e indígenas. La academia burguesa y progresista se llena la boca de discursos falsos sobre los movimientos negros e indígenas, con sus políticas de identidad, distorsionan la realidad combativa de la lucha antirracista, disfrazando las demandas anticapitalistas con exigencias de reconocimiento institucional.

No puede haber capitalismo sin racismo. Brasil es un claro ejemplo de esto. En Sierra Pelada, las minas de oro aglomeran a más de 80,000 mineros negros e indígenas en condiciones semiesclavas, quienes generan riquezas millonarias que nunca llegan a ver porque son para otros pocos.

Los pueblos indígenas y negros en México han resistido el explotación por más de 500 años, han sido despojados y secuestrados de sus territorios para el saqueo de materia prima y rutas comerciales. La continuación de megaproyectos como el Tren Maya y el Tren Transístmico, el repliegue de la guardia nacional y los grupos de sicarios que trabajan para las mismas trasnacionales, significan una amenaza mortal, tanto social como ambiental, a pueblos como los ikoots y mayas. Recientemente fueron asesinadas más de 15 personas en San Mateo del Mar a manos de grupos armados. La milicia y la policía no nos cuidan, cuidan al capital, en México, en Estados Unidos y en todo el mundo capitalista.

Repudiamos el asesinato e impunidad racista e institucional y exigimos, ¡castigo ejemplar para los asesinos!

No queda duda, el motor de la historia es la lucha de clases, la meta es la abolición de las clases sociales, necesitamos una transformación socialista pero esta dependerá de la lucha colectiva y unificada que construyamos mujeres, hombres, viejos, jóvenes, homosexuales, lesbianas, trans, indígenas, negras y blancos pobres y proletarizados. Es una tarea urgente y constante, que ésta generación ha tomado, cada vez con mayor claridad, asumiendo con seriedad la conquista más grande de la humanidad: nuestra liberación.

¡Las vidas negras e indígenas importan!

¡Socialismo o barbarie!

 


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