Durante los últimos años, ya con el gobierno de AMLO, lamentablemente la tendencia a la militarización se ha incrementado. Se le ha dado a las Fuerzas Armadas FFAA el manejo de la seguridad, inundando las calles de militares, mientras las cúpulas castrenses dirigen la construcción, administración y financiamiento de los proyectos de infraestructura más grandes del gobierno federal, además de dirigir la vacunación, las aduanas, aeropuertos, puertos, etc.

También se les ha asignado un presupuesto histórico, mientras la precariedad carcome a las instituciones de educación y la salud públicas. Las FFAA han sustituido a la burocracia, a empresas constructoras y a instituciones, concentrando un gran poder en sus manos y generando una gran dependencia hacia ellas.

Presupuesto histórico para las fuerzas armadas, precariedad para salud y educación

La acumulación de poder de las FFAA no se limita a la continuidad de la militarización de las calles, el gobierno de AMLO les ha cedido un presupuesto histórico: para 2022[1] se asignó 22% más presupuesto para la Defensa que el año anterior y 17% más para la Marina (El financiero, 12/11/2021), y próximamente 2023 nuevamente se batirá récord con 5.584,6 millones de dólares para la SEDENA, un 7.45% más que el destinado para este año, a lo que se añadirá el presupuesto para la Guardia Nacional de 1.720,3 millones de dólares, al final, gracias a la reforma recién aprobada para trasladar el manejo operativo y la administración de la GN por la SEDENA, esta institución manejaría un presupuesto de 7.304 millones de dólares.

Al mismo tiempo que se otorga este gigantesco e histórico presupuesto a la SEDENA, más de 30 escuelas de la UNAM y el IPN están en paro por las condiciones de precariedad en las que estudian, con salones de lámina, techos con goteras, falta de bancas, falta de agua potable, baños derruidos, y falta de servicios deportivos y de salud física y mental.

No sólo en la educación hace falta inversión, el sistema de salud sigue con desabasto de medicamentos y servicios que finalmente se cubren por fuera en laboratorios o clínicas privadas y los recursos humanos y económicos destinados a la vacunación han dejado un hueco en el padecimiento de otras enfermedades también mortales, como el cáncer, la diabetes e incluso las enfermedades mentales que se han convertido en una pandemia, no son atendidas con suficientes recursos.

El poder de la cúpula militar

El control de palancas claves de la economía como las aduanas, los puertos o los megaproyectos como el mal llamado Tren Maya y el transístmico, pone las riendas de buena parte del país en manos de las FFAA, especialmente de la cúpula militar, la misma que se ha visto involucrada en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, la misma que dirigió la guerra contra el narco de Calderón, los mismos generales, coroneles y altos mandos que han estado en activo mientras el Estado se convertía en un narcoestado, el gobierno pudo haber cambiado de color, pero los altos mandos de la Marina, la Guardia Nacional y la SEDENA siguen siendo los mismos.

Formalmente el jefe máximo de las FFAA es el presidente, pero en no pocas ocasiones esta formalidad queda rebasada por los intereses de clase que se imponen en forma de golpes militares, si AMLO, como afirma, no utiliza, ni utilizará a las fuerzas armadas para reprimir ni violar los derechos humanos, entonces la Guardia Nacional, el Ejército y la marina han actuado solos cuando el asesino de Alex en Guanajuato, o con la represión en Chiapas contra normalistas y maestros, entonces cabe preguntar quién manda a quien ¿AMLO a las fuerzas armadas o las FFAA a AMLO?

AMLO afirma que el Ejército es pueblo uniformado, y para el grueso del cuerpo castrense así es, muchos de los soldados rasos vienen de comunidades marginadas y pobres, a ellos hay que ganarlos para las causas del pueblo, pero el funcionamiento del Ejército en el sistema capitalista no es pensar y ser crítico, sino obedecer las órdenes de los de arriba, las órdenes de la misma cúpula que ya hemos mencionado antes. Cuando están corrompidos, coludidos con el narco y al mando de los intereses de la burguesía son enemigos del pueblo.

López Obrador también dice que este Ejército viene de la revolución mexicana, pero entre la revolución y el día de hoy, también se ha transitado por la guerra sucia, la masacre de Tlatelolco, el halconazo, la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, etc. De todos estos crímenes viene este Ejército.

Guardia Nacional estrategia fallida

Desde el gobierno federal se señala que la única alternativa para combatir la inseguridad y el narcotráfico es con la presencia de más militares en las calles, sin embargo, los resultados hasta ahora según una comparativa con 2018 de El Economista[2] (24 de mayo de 2022), los delitos totales se han incrementado 6.1%, los delitos contra la vida y la integridad personal 7.8%, los delitos contra la familia subieron 38.6%, los delitos contra la libertad y la seguridad sexual 94.7%, delitos contra la sociedad 65%, el crimen no se ha detenido con el aumento de la presencia militar en las calles, ha crecido junto con ella.

Es un gran error y un peligro intentar lavar la cara de las instituciones y cúpulas que conforma a las FFAA con un historial criminal tan aterrador, y al mismo tiempo darle la espalda a la experiencia de autodefensa de las comunidades campesinas e indígenas que nos han demostrado que hay otra vía, y que si bien ha resultado indeseable y costosa, la situación sería diferente si realmente hubiera apoyo desde el gobierno y una estrategia para ampliar y fortalecer los grupos armados y organizados desde los pueblos.

Necesitamos un cuerpo de autodefensas nacional, que como ya lo han demostrado son los únicos capaces de erradicar la inseguridad y la violencia del crimen organizado en sus comunidades. La elección de los mandos de estas autodefensas debería ser a través de verdaderas estructuras democráticas asamblearias, en cada comunidad, pueblo y región, así como el control democrático de todas esas estructuras por parte de los trabajadores, los campesinos, los indígenas, las mujeres, la juventud. También es necesario generar verdaderas formas de reeducación y reinserción social ¡Sólo el pueblo armado y organizado, salva al pueblo!

¡Basta de cubrir y nublar los crímenes de las Fuerzas Armadas! Exigimos una depuración urgente, a todos los niveles, en donde se enjuicie y castigue a todos los elementos coludidos con el crimen organizado, responsables de asesinatos extrajudiciales, sicarios a sueldo de las grandes empresas transnacionales, a todos los vinculados con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y de todos los demás crímenes de Estado.

Demandamos la salida del ejército de las calles, así como de la administración de los megaproyectos. La forma de combatir la corrupción en instituciones estatales no es designar mandos o directivas militares sino darles el poder a los trabajadores de estas instituciones, su gestión, control y vigilancia. El ejército a lo largo de la historia no sólo ha demostrado su sanguinaria saña contra el pueblo organizado sino también ser una de las instituciones más corruptas y vinculadas a la mafia de poderosos y ricos del país y del mundo.  

¡Ni un peso más a las FFAA! Lo que necesitamos son empleos dignos para la juventud, 10% del PIB para educación pública y mayor presupuesto para salud.

 

[1] https://politica.expansion.mx/mexico/2022/07/18/mas-poder-y-mas-dinero-fuerzas-armadas-el-segundo-presupuesto-mas-alto

[2] https://www.eleconomista.com.mx/opinion/En-su-combate-contra-la-delincuencia-no-tiene-mucho-de-que-presumir-AMLO-20220524-0143.html


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