Es un hecho innegable que entre la juventud que ha salido a movilizarse en los últimos días, una de las principales interrogantes es la cuestión del voto. Existen diferentes posturas al interior del movimiento juvenil, las dos más importantes son el voto por la izquierda, y por otro lado el abstencionismo. Al mismo tiempo, una idea que aglutina es el rechazo profundo a los partidos de la derecha; PRI y PAN.

Para los capitalistas las elecciones son un medio para justificar su sistema de explotación. A lo largo de tres meses, que es lo que dura aproximadamente una campaña electoral, se llenan la boca de términos como “democracia”, “legalidad” y “transparencia”, sin embargo, detrás de todas estas palabras existe un objetivo: colocar en el gobierno a un fiel representante de sus intereses. La burguesía tiene para ello a sus dos partidos tradicionales, el PRI y el PAN. Que utilicen a uno u otro depende de cuál de los dos sea más eficaz para llevar adelante el programa económico y político de la burguesía.

Los dirigentes de la izquierda, que no luchan por una transformación de fondo del actual sistema económico, pretenden ganar las elecciones y con ello la presidencia para llevar adelante una conciliación de intereses entre la burguesía y el proletariado. Pretenden gobernar para “ricos y pobres”, para dos clases sociales  que tienen intereses antagónicos por naturaleza; sin la pobreza de millones de trabajadores la burguesía no tendría sus enormes ganancias. Las elecciones son para los reformistas el único medio de lucha, fuera de ellas no hay nada.

Para la clase obrera y para los revolucionarios las elecciones no son un fin en sí mismo, representan una de las muchas batallas que como clase estamos dando en la búsqueda de una sociedad mejor. Nosotros sabemos que las elecciones no resuelven por sí mismas el problema de fondo: que es la explotación de una minoría sobre millones de trabajadores. Por ello planteamos que más allá de las elecciones es necesario que la juventud, los trabajadores y el campesinado pobre, luche por dotarse de organizaciones de lucha que a su vez defiendan un programa revolucionario y que levante las demandas históricas de las clases explotadas: la expropiación de los capitalistas, la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía bajo el control obrero de la producción, abolición del Estado burgués, sustituyéndolo por la organización de millones de trabajadores en un Estado obrero.

Las elecciones son sólo una herramienta de muchas que tenemos y debemos utilizar para organizar y movilizar a los trabajadores en contra de la burguesía. Si bien un triunfo electoral de la izquierda no significaría por sí mismo la abolición del régimen capitalista de explotación, si representaría un gran paso adelante para la clase trabajadora, dado que estaría en mejores condiciones para llevar adelante una transformación revolucionaria, no tanto por el hecho de que estaría ocupando un cargo en el aparato estatal –supongamos la presidencia-, el aspecto más importante sería que un triunfo electoral animaría la organización del proletariado y de la izquierda, infundiría confianza a los trabajadores para completar la batalla contra los empresarios y banqueros, contra la oligarquía que domina el país, éste es el aspecto más importante. La clase obrera ve en el triunfo electoral de la izquierda una vía para mejorar sus condiciones de vida. Así como una huelga por aumento salarial no implica la aniquilación del régimen burgués, es al mismo tiempo una gran escuela que organiza y moviliza a la clase obrera, dotándola de experiencia y conciencia para sus futuras luchas. Lo mismo ocurre con las elecciones.

Por el contrario, un triunfo de la derecha significaría que quién estaría en mejores condiciones para seguir defendiendo sus intereses sería la burguesía. Los capitalistas, dado que son conscientes de la importancia que tiene para ellos perpetuar su régimen, lejos de ser indiferentes ante las elecciones, invierten millonarias sumas para imponer a sus partidos. Al mismo tiempo lanza una campaña frenética para intentar desacreditar a la izquierda, basándose en sus errores e insuficiencias; por ejemplo, hablan de la corrupción de los gobiernos de izquierda,  pero ocultan que ellos no solo son los padres de la corrupción sino de la explotación más descarada sobre millones de jóvenes y trabajadores.

Por todo ello, la abstención electoral no es una forma de reflejar el hartazgo en el cual nos encontramos los trabajadores y la juventud. Mucho menos es una forma de protesta eficaz, todo lo contrario, el abstencionismo  dejar la puerta abierta para que la burguesía siga gobernando a sus anchas, sin el problema que les representaría que los trabajadores llevaran a uno de sus representantes a ocupar un cargo, como lo es la presidencia. El abstencionismo también permite que las formas fraudulentas que tiene la derecha  para  ganar las elecciones tengan un mayor peso.

Las recientes movilizaciones de la juventud han dejado en claro que los jóvenes estamos hartos de no encontrar una alternativa dentro del sistema en el que vivimos y es por eso que salimos a las calles a luchar. Sin embargo tenemos que romper con la campaña hipócrita de los analistas y comentaristas burgueses que tratan de llevar agua a su molino cuando dicen: la juventud está cansada de los políticos de siempre, por lo tanto tiene que abstenerse electoralmente y mantenerse al margen de los partidos. Nosotros decimos, estamos artos del régimen de la burguesía y por eso no nos alejamos de las organizaciones de izquierda, sino que las transformamos en auténticas herramientas revolucionarias de lucha. Los jóvenes agrupados en el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) creemos que los jóvenes debemos votar por la izquierda él próximo primero de julio e infligir  una  derrotar a la derecha también en el terreno electoral. Consideramos que nuestra labor no termina en el proceso electoral del 1° de julio, sino que debe de ir más allá, siguiendo con la lucha en las calles y contrayendo una alternativa revolucionaria de lucha para la juventud.

¡Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN!

La experiencia de la juventud con gobiernos del PRI y del PAN ha sido desastrosa. Ambos partidos son los causantes de que en estos momentos la juventud se encuentre en las peores condiciones de nuestra historia. Las cifras son muy claras: 7.5 millones de jóvenes sin estudio ni trabajo ante la falta de oportunidades; el 50% del desempleo en nuestro país recae entre jóvenes de 14 a 29 años de edad, además de que entre los 480 mil migrantes anuales a los EEUU, 33 mil 600 tienen estudios de preparatoria o de universidad. Aunado a ello, y con respecto a la llamada “guerra en contra del narcotráfico”, la Redim calcula que aproximadamente más de mil niños, niñas y adolescentes han perdido impunemente la vida en los últimos años en el llamado combate contra los cárteles. Afirma también que unos 30 mil niños y niñas cooperan con los grupos criminales en distintas formas, involucrados en la comisión de unos 22 delitos: desde tráfico de drogas hasta secuestro de personas, desde trata de seres humanos hasta extorsiones, contrabando, piratería, corrupción, etcétera. Todo ello sin contar a los que han quedado lisiados, huérfanos de uno o los dos padres, de sus familiares adultos y en el desamparo. Pero eso no es todo, según cifras del INEGI, el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes menores de 15 años y la quinta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 24 años.

¿Son causantes el PRI y el PAN de esta situación? Por supuesto que sí. La burguesía y sus partidos no tienen ningún problema con dejar a la juventud sumergida en la calamidad. No les interesa en lo más mínimo la decadencia de al cual son presas y mucho menos hacen nada para combatirlo.

No es casualidad que una parte muy importante de la juventud haya hecho eco del llamado de AMLO para conformar el Morenaje y que posteriormente hallan abarrotado el mitin que presidió en Tlatelolco. Durante su administración en el Distrito Federal se crearon preparatorias y universidades de la ciudad que han dado educación a miles de jóvenes que cada año son rechazados de las principales instituciones de educación pública en nuestro país; las becas para estudiantes de escuelas públicas ha ayudado a que muchos jóvenes puedan seguir estudiando; los apoyos de seguridad social para jóvenes han permitido que los jóvenes accedan a servicios médicos gratuitos; los apoyos para transporte público por medio de las credenciales del Instituto de la Juventud también han permitido que miles de jóvenes puedan ayudarse con sus gastos. El programa actual de gobierno que defiende López Obrador recoge demandas históricas de la juventud, tales como mayor presupuesto a la educación pública, ningún rechazado más de las escuelas públicas, becas para los estudiantes y apoyos para empleos dignos.

Los jóvenes buscamos que éste tipo de demandas y conquistas se mantengan y se profundicen. Somos consientes de que las promesas que nos lanzan desde la derecha no son más que falacias e hipocresía. Pero también tenemos claro que bajo el capitalismo los avances que se han conseguido desde la izquierda son limitados. Por ello la juventud tenemos que manifestarnos, salir a las calles no solo para repudiar al PRI y al PAN, sino también para demandar que desde la izquierda, AMLO en particular, vincule las demandas básicas de la juventud con un programa de transformación social profundo. Mientras la juventud no seamos otra cosa que mano de obra para la burguesía, estaremos condenadas a la marginación social.

Los jóvenes tenemos que salir nuevamente a las calles de manera organizada, debemos construir una organización permanente, combativa, democrática y con carácter de clase que permita la articulación de comités de lucha en cada escuela y universidad del país.

Los militantes del CEDEP hacemos un llamado a todos los jóvenes que integran al Morenaje, al movimiento #Yosoy132 y a todos aquellos jóvenes hijos de trabajadores a sumarse junto con nosotros y luchar por impulsar un programa revolucionario al interior del movimiento juvenil. Para ello estamos organizando el II Encuentro de Jóvenes de Izquierda, éste próximo sábado 9 de junio en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, sala Fernando Benítez Edificio F, a partir de las 10 am, donde discutiremos y acordaremos un plan de acción para hacer de la juventud un factor aun más decisivo en la lucha contra el PRI, el PAN y el capitalismo.

Únete al CEDEP y lucha por:

*Aumento al presupuesto educativo en un 10% del PIB.

*Más y mejores becas para los jóvenes hijos de trabajadores.

*Una educación pública, gratuita, científica y de calidad para los hijos de los trabajadores.

*Creación de comedores estudiantiles subsidiados y bajo control democrático de los trabajadores.

*Creación de casas-residencia para estudiantes que se encuentran fuera de su lugar de origen a cargo del presupuesto federal.

*Gratuidad en el transporte, material escolar y comedores para los hijos de los trabajadores.

*Un puesto de trabajo digno al terminar los estudios.

*Ni un rechazado más de las universidades públicas

*Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN, votar por la izquierda y luchar por un programa socialista.


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