El movimiento encabezado por la CNTE ha desafiado contundentemente los planes de la burguesía en nuestro país, poniendo sobre la mesa la enorme fuerza de la clase trabajadora y la debilidad del régimen. La CNTE ha demostrado que la lucha y la organización es la única arma que los trabajadores del campo y la ciudad tenemos para defender nuestros derechos en un contexto de crisis mundial del capitalismo.

El hecho de que la Reforma Educativa haya sido aprobada en el parlamento y no pueda aplicarse en los ritmos y profundidad que pretendía el gobierno es un primer triunfo del movimiento. Sin embargo, la lucha no está ganada, el gobierno apuesta a que nuestra fuerza se consuma en acciones aisladas. Los profesores, así como los padres de familia más conscientes, tenemos la responsabilidad de dotar a nuestro movimiento de una táctica y una estrategia bien definidas, que nos permitan consolidar y profundizar los avances, evitando que éstos sean únicamente momentáneos y producto de la espontaneidad. Es pues, nuestro deber, debatir las formas de extender la lucha de forma consciente y organizada, con una visión de largo plazo y en vinculación con otras demandas del pueblo trabajador. Por todo lo anterior planteamos cinco ejes de acción.

1. Propaganda: Tenemos que hacer frente al aparato ideológico del Estado que trabaja permanentemente para aislarnos de nuestros aliados naturales que son los millones de trabajadores que mandan a sus hijos a las escuelas públicas en búsqueda de un mejor futuro. Para ello necesitamos consolidar un aparato centralizado de propaganda que trabaje profesionalmente, dotado de recursos técnicos y económicos suficientes para realizar una labor de propaganda permanente a nivel nacional, donde se expongan los motivos, avances y resultados de nuestra lucha. No podemos seguir esperando a que los medios burgueses de comunicación, incluso los más críticos, desempeñen una tarea que nos corresponde exclusivamente a nosotros; difundir nuestro movimiento. Proponemos la edición de un periódico quincenal que sea difundido a nivel nacional.

2. Formación Política: La fuerza de nuestra propaganda debe residir en su contenido, no aspiramos a ganar la batalla a los medios de comunicación burgueses por nuestros recursos materiales sino por la firmeza de nuestras ideas. Es apremiante conformar una escuela quincenal de formación política, donde podamos ampliar nuestra visión de la lucha, formando con ello a compañeros capaces de explicar las razones más inmediatas de nuestro movimiento, pero también con la capacidad de explicar y responder a las calumnias más rebuscadas de los intelectuales burgueses. Tenemos que evitar a toda costa que los mejores activistas de nuestro movimiento se vean ideológicamente desarmados ante las ideas reaccionarias de la derecha. Nuestra lucha será prolongada y tenemos que darle su importancia a la formación ideológica.

3. Brigadas informativas: Es una tarea apremiante organizar un comité estatal que planifique un calendario de brigadeo masivo. En el caso del DF tenemos que valernos de los compañeros instalados en el plantón del Monumento a la Revolución para organizar brigadas bien establecidas, dotadas de periódicos, volantes, mantas y megáfonos para repartir propaganda de forma coordinada colonia por colonia y delegación por delegación hasta que estén cubiertas el conjunto de las escuelas desde nivel básico hasta las universidades del DF y área metropolitana. Tiene un valor político mucho más importante una brigada de 100 o 1000 compañeros abarcando toda una colonia, una delegación o una universidad entera que agrupados en una marcha simbólica que además se vuelve propensa a las agresiones de la policía. Tenemos que romper la lógica de aislamiento y dispersión de nuestras acciones ¡Por un plan de brigadeo único y centralizado para todo el DF, apoyándonos en las fuerzas del plantón!

4. Por una Frente único de Lucha contra los ataques de la derecha: Los trabajadores aunque nos agrupemos en diferentes organizaciones, tenemos sin embargo, un enemigo en común; los ataques de los empresarios y su gobierno. La forma más efectiva de hacerles frente es unificando nuestras acciones, formando un plan único de lucha para derrotarles. Cada vez que los sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantiles o de carácter político como Morena combaten aisladamente a la derecha, en realidad les damos un margen para que sus ataques prosperen. Es apremiante formar un Frente Único de Lucha que responda de forma unificada a aquellos ataques que también son generalizados para la clase trabajadora, como la Reforma Educativa y la Reforma Energética o contra el aumento en el costo del boleto del metro de la Ciudad de México.

El frente único implica que las diferentes organizaciones tengan la capacidad no sólo de reconocer sus diferencias programáticas, sino sobre todo de reconocer que en determinados momentos no hay otro aspecto más importante que actuar de forma unificada contra los ataques de la derecha. Por otro lado, derrotar de forma definitiva a la Reforma Educativa o la privatización de Pemex no podrá ser obra de un gremio o de una sola organización, una derrota contundente de los planes más trascendentales para la burguesía únicamente será producto de la fuerza unificada de la clase trabajadora actuando bajo un plan de acción único y decidido.

En resumen, compañeros, estamos ante una batalla histórica que exige de nuestro movimiento continuidad, profesionalismo y una política revolucionaria que únicamente puede provenir del estudio serio de la historia de la lucha de clases y de nuestra actividad concreta.

Reiteramos, necesitamos un periódico quincenal que difunda los avances y tareas de nuestro movimiento; requerimos conformar una escuela de formación política, también quincenal, donde podamos enriquecer nuestras herramientas ideológicas; es apremiante la conformación de un comité que organice, impulse y revise el cumplimiento de un ambicioso plan de brigadeo para todo el DF y la zona metropolitana, basándonos en las fuerzas, experiencia y autoridad política de los compañeros acampados en el Monumento a la Revolución; para concluir, tenemos que impulsar, fundamentalmente en la base de los sindicatos y Morena la conformación de un Frente Único de Lucha, donde la resistencia de los dirigentes deshonestos, aletargados o inconsecuentes, sea rota por una base informada, animada y convencida de luchar por sus derechos más básico; educación, vivienda, salud y trabajo.

¡Derrota definitiva a la Reforma Educativa!

¡No a la privatización de Pemex!

¡Viva la lucha heroica de la CNTE!


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