La liberación de Damián Reyes, estudiante de la FFyL y de la Superior de Música, Ariel Flores de la Voca 9 y Oscar Espinosa del CCH Oriente ha sido otro revés para el régimen de Mancera y Peña Nieto. La irregularidad no solo se desarrolló en su detención, sino en todo el proceso legal. Primero acusados de delitos graves, que no pudieron ser comprobados igual que con los detenidos del 20 de noviembre, imponiéndoles delitos menos graves pero que aseguraran su detención por algún tiempo. Al mismo tiempo su traslado al Reclusorio Norte pasadas las 72 horas máximas en que podían estar en el MP de la GAM, se ha desarrollado en condiciones extrañas, pues no fueron notificados con tiempo y su traslado se efectuó de forma anómala.  Incluso en la fijación de la fianza, primero fijada en 20 mil pesos luego elevada a más de 100 mil, ha sido una más de las maniobras del régimen para intentar amedrentar al movimiento.

La detención de los compañeros y la debilidad de los elementos inculpatorios, al final reducidos a delitos no graves que de cualquier modo no han sido comprobados, son una muestra clara del temor y la desesperación del gobierno de la burguesía para finiquitar las movilizaciones. De octubre a la primer semana de diciembre se han desarrollado cerca de 110 marchas, que según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño, han generado cerca de 300 millones de pesos en pérdidas en voz de su presidente Gerardo López Becerra. Ello significa la pérdida del 80% de sus ventas. Son lágrimas de cocodrilo de la burguesía, que ha guardado silencio sino apoyado abiertamente al régimen en el fraude de 2006, en la Guerra al Narco, en la imposición de Peña Nieto y en general en toda la barbarie a la que  somete cotidianamente el sistema a miles de jóvenes y trabajadores en nuestro país. Ese es el fondo de la cuestión, las provocaciones y la represión son aplaudidas e incluso fomentadas por quienes no miran otra cosa que sus ganancias sin importarles la barbarie general a la que se enfrentan millones de mexicanos.

Las provocaciones del GDF, de las que no podemos dejar de ver involucrado a Peña Nieto, para justificar la represión han quedado evidenciadas con el desenmascaramiento de uno de ellos: Israel Rodríguez Montalbán. El funcionario del GDF, fue grabado cuando después de una trifulca era detenido por un grupo de granaderos que tuvieron que liberarlo cuando otro de ellos reconoció que era “compa”. El seudónimo prueba, por el que los detenidos del 20 de noviembre fueran procesados a cárceles de alta seguridad, se ha convertido en una nueva piedra en el zapato del régimen. Por supuesto este personaje, ha presentado una supuesta respuesta ante la denuncia de su infiltración. Una respuesta leída frente a cámaras, ante la incapacidad para por lo menos ser creativos a la hora de mentir son muestras de la enorme descomposición del régimen.

Ante las detenciones y la descomposición del régimen es necesario continuar con las movilizaciones y la lucha en las calles y escuelas para tirar al gobierno asesino de Peña Nieto. Desde el CEDEP seguimos llamando a la juventud a organizarse en nuestras filas para defender nuestros derechos y enfrentar de modo organizado los ataques en nuestra contra. Sólo organizados estaremos en condiciones para vencer.

¡Liberación inmediata de Bryan y Jaqueline, y de todos los presos políticos!

¡Cancelación de los procesos penales ante la evidencia de las provocaciones!

¡Unidos y organizados, Venceremos!

 


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