Llegamos a la era de la democracia real, después de 7 décadas de dictadura priista y 12 años de alternancia, el pasado primero de julio volvimos a ganar en las urnas y por fin las instituciones reconocieron el triunfo, hecho histórico en un momento de desaprobación del gobierno que se tradujo en un voto contra las deprimentes condiciones sociales y económicas en el país: desempleo, empleo precario, aumento del costo de la vida, despojo de los derecho humanos básicos, violencia, saqueo, etc. 

Ha iniciado el periodo de transición y de acuerdo con AMLO tendremos el primer ejercicio de democracia participativa del 25 al 28 de octubre con el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Tendremos la oportunidad de decidir si se realiza en el antiguo Lago de Texcoco o se construyen dos pistas en la base militar de Santa Lucía. 

Para que esto sea justo y quien decida sea el pueblo informado, el pasado 17 de agosto se anunció que se encuentran todos los estudios relacionados con el megaproyecto publicados en la página https://lopezobrador.org.mx/, en los que se consideraron los siguientes temas: avance de las obras y nuevas contrataciones, costos y financiamiento, análisis costo beneficio, condiciones del suelo, incompatibilidad del espacio aéreo con el Lago Nabor Carrillo, aspectos hidrológicos, dentro y fuera del polígono del Aeropuerto, aspectos e impactos ambientales, impacto urbano, impacto social y litigios y conectividad terrestre al nuevo aeropuerto, suficiente información a primera vista, pero ¿qué porcentaje de la población tiene realmente acceso a ella? y ¿cómo usarán los empresarios y sus expertos esta desventaja?, es claro que ya han iniciado la defensa de sus intereses y promueven el discurso a través de sus medios masivos de que este es el megaproyecto que México necesita para salir del subdesarrollo.

El proyecto estaba anunciado para terminarse en 2020, pero aún no concluye la primera fase de 5, con un presupuesto inicial de 120 mil millones de pesos este se ha ajustado a 285 mil millones de pesos sólo para concluir la primera fase. Los pueblos afectados de la Zona Oriente de la Ciudad de México ya han manifestado, en 18 años de lucha en defensa de la tierra y de la vida, que no es cuestión de dinero, es cuestión de dignidad, por el derecho a no ser despojados de sus tierras y sus raíces. 

Llama la atención que se ha interpuesto un amparo en el que se tienen que desahogar 3 tipos periciales: en antropología, en topografía y ambiental; el primero permitirá determinar si los quejosos ostentan la calidad de indígenas o pueblo originario, esto demuestra la nula empatía con la lucha de los pueblos y la frivolidad de los negocios que resultan del NAIM, sin importar la vida y el futuro del pueblo afectado. 

Durante la campaña AMLO usó el tema del aeropuerto de Texcoco como una bandera política y ahora pretende deslindarse de la decisión de echar atrás un megaproyecto que sólo sirve a los intereses del sector empresarial al que tanto criticó. Es positivo el hecho de incluir mayor participación del pueblo con las consultas, pero este problema en particular debió haberse consultado primero, desde el planteamiento del proyecto, a los pueblos originarios afectados como lo indica la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de acuerdo con el artículo 21 de la Convención Americana que incluye el derecho de los pueblos indígenas para la protección de su propiedad comunal, nadie más tiene por qué decidir sobre su territorio.


Sí es cierto que necesitamos desarrollo de infraestructura para un bienestar económico, pero no debe ser acosta del despojo de los pueblos, debe ser con la participación y acuerdo de todos los sectores de la población con proyectos integrales de una economía planificada, no en una ciudad al borde del colapso en recursos.


En cambio necesitamos el rescate de áreas naturales contra la crisis del calentamiento global, necesitamos un plan real de rescate al campo. Paremos este y todos los mega proyectos de muerte que ponen en peligro a las comunidades, al medio ambiente y benefician sólo a una minoría.


En la próxima consulta vota No al Nuevo Aeropuerto en el Lago de Texcoco.


¡No al aeropuerto! #YoPrefieroElLago


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