El Distrito Federal (DF) y el Valle de México viven la peor crisis de abasto de agua potable; para esta región, de acuerdo a las autoridades del Gobierno de Distrito Federal (GDF) 2009 está representado el año mas seco en las últimas cuatro décadas. Esta situación ha sacado a relieve lo que ya para nadie es nuevo: el DF y su área conurbada se secan. Lo anterior es un grave problema de alcance nacional pues dicha región no sólo es la más poblada del país, sino que además alberga la mayor concentración industrial del país y genera la proporción mal alta del PIB nacional.

Esta problemática se agrava si se toma en cuenta que de los 60 mil litros de agua que se consumen por segundo en el DF y el área metropolitana, 40% se desperdicia en fugas. Esto último según informes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua)

Solucionar y dar marcha atrás a toda la problemática del agua potable en el DF y el resto del Valle de México exige, de acuerdo a la Conagua, una inversión de 40 mil millones de pesos. Esa misma dependencia destaca que traer mil litros de agua potable al DF y Valle de México tiene un costo de 10 pesos, pagando el usurario en promedios 2 pesos por la misma cantidad del líquido. Los restantes 8 pesos son subsidiados.

Ante el reconocimiento de toda esta realidad, el titular del DGF, Marcelo Ebrard, declaró en su participación en el Invest Mexico Forum desarrollado el pasado 20 de agosto que la alternativa a tomar para atender este problema es privatizar la red secundaria de agua potable del DF. Es decir, de acuerdo a El Universal (http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/97071.html, poner bajo el control de empresas privadas , a las cuales el GDF les vendería el agua por bloques, la distribución del vital liquido, su medición, su cobro, así como la reparación de fugas y el desarrollo de infraestructura para otorgar el servicio.  Este proyecto, del cual se tiene la intención de presentarse en la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) para su aprobación a más tardar en octubre siguiente, tiene como objetivo arrancar en 2010 en 11 de las 16 delegaciones políticas de la Ciudad de México.

Paralelo a las declaraciones del titular de Ebrard, el responsable del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) del GDF, Ramón Aguirre, señaló que los subsidios al agua tienen que ser eliminados, particularmente en el caso de los grandes consumidores. De acuerdo a dicho funcionario, con la política de subsidios, en sus propias palabras, “estamos fomentando del desperdicio”. Exactamente el mismo argumento del panista Luege Camargo, titular de la Conagua, el cual, refiriéndose a los subsidios, señala que “lo que no cuesta, no lo cuidamos”.

La propuesta de Marcelo Ebrard implica llevar más lejos, pero mucho más lejos, la participación de los empresarios en el negocio del agua potable. Bajo el esquema actual, solamente participan cuatro empresas privadas únicamente en lo relacionado a la medición, facturación y cobranza del servicio. Esta media ya de por sí misma es incorrecta pues implicó que esas tareas que antes desarrollaba el GDF, al quedar en manso de particulares fueran destruidos una parte de empleos de la administración pública capitalina. Sin embargo con la nueva iniciativa, de ser aprobada en la ALDF, el agua potable quedará prácticamente bajo el control de los empresarios, los cuales ya se están frotando las manos pues ante ellos está la posibilidad de hacer negocios multimillonarios con la sed y la necesidades vitales de una de las ciudades más grande del planeta.

El agua potable es un negocio redondo, como lo destaca Gabriel Quadri de la Torre, director de la trasnacional EcoSecurities México, señalando que “el negocio del agua es altamente rentable, ya que por cada dólar invertido, el sector privado puede obtener un rendimiento de entre cuatro y 12 dólares”.  Los empresarios han celebrado el anuncio del GDF y ahora lo apresuran para ya dar ese paso; el Consejo Nacional de Industriales Ecologistas sintetiza las aspiraciones de la burguesía a este respecto: tras el anuncio del jefe del GDF, el presidente de dicho consejo, Carlos Sandoval, declararía que  “mientras el agua nos era muy barata y no había problemas de abastecimiento, no nos preocupábamos por cuidarla (…) pero ahora hay una gran cantidad de alternativas que son verdaderas oportunidades de negocio.”  Pero  lo industriales van más allá aun y, por medio de Carlos Sandoval destacan que “un pendiente que también se debe atender en México es el consumo de agua por parte del sector rural, que no realiza pago alguno por el recurso, sobre todo para evitar su desperdicio”.

No obstante la problemática del agua en el DF, esa no es la única razón para privatizarla y ni para eliminar los subsidios e incrementar las tarifas por consumo. Lo es también el deterioro de las finanzas públicas del gobierno del DF dad la crisis económica y a consecuencia de los recortes de presupuesto que el gobierno federal le  ha impuesto a los diferentes gobiernos estatales y al del DF. Esto quedo claro un día antes de que Ebrard anunciara sus intenciones de privatizar el servicio de agua potable, pues el 19 de agosto Mario Delgado, secretario de finanzas del GDF, reconoció que dicho gobierno, dado el deterioro de sus finanzas,  tomara medidas tales como la de elevar el costo del pasaje del Metro e incrementar las tarifas del agua potable, entre otras acciones.

Es cierto, que el sistema de agua potable del DF necesita una inversión multimillonaria para asegúrale viabilidad por  varios años mas, es verdad que solo bajo la condición de una voluminosa inversión se asegurará el abasto de agua potable en cientos de colonias del DF que ahora no cuentan con ese servicio, es cierto que las finanzas públicas del DF están sufriendo los efectos de la crisis y los recortes al presupuesto por parte de Calderón, pero lo que no es cierto es que la única salida sea la privatización del agua y la eliminación de los subsidios. Esa medida lo único que dará como resultado será jugosos negocios para los empresarios, pero los pobres verán afectados aun mas sus niveles de vida, pues con el agua privatizada los burgueses no dudarán en suspender el servicio en menos de medio minuto en cuanto una familia no pueda pagar su precio. La medida que está proponiendo el GDF no es otra cosa más que el pronostico seguro de mas insalubridad, de mas enfermedad e incluso de mas muertes por enfermedades curables lugares como la Sierra de Santa Catarina en Iztapalapa y en cientos de colonias y asentamientos irregulares lacerados por la pobreza extrema.

Ebrard y el PRD fueron electos en el DF para aplicar una política diferente a la del PAN y a la del PRI y no para privatizar los servicios del DF. Otro camino distinto al propuesto es, si se necesita inversión, tomar medidas para que las colonias burguesas del DF, aquellas que gastan todos los días millones de litros de agua en sus formidables jardines y piscinas, y las industriales paguen bien y muy bien por cada litro que consumen. La otra acción tiene que ser la convocatoria del PRD y su gobierno en el DF a movilizaciones contra los recortes al gasto público impuesto por el gobierno federal y luchar a la vez por la cancelación de la deuda pública del gobierno federal (incluso también la del GDF) la cual tan sólo este año está significando egresos por 289 mil millones de pesos, cifra significativamente mayor a los 40 mil millones de pesos que se necesitaría para rehabilitar el la red de agua potable del DF y todo el Valle de México. El dinero está ahí, en las arcas del Estado, pero Calderón prefiere dárselo a los banqueros. En todo caso, si Marcelo Ebrard quiere solucionar el problema del agua potable sin que ello signifique afectar a las familias trabajadoras, tiene la responsabilidad de tomar medidas para que su gobierno actúe apoyado por las masas en las calles para arrebatarle los recursos necesarios al gobierno federal del PAN. La lucha organizada y no la privatización es el camino que tiene que adoptar el gobierno del PRD en el DF para solucionar la problemática del agua potable. Si opta por una vía distinta,  es decir por la privatización, entonces las familias obreras capitalinas no tendremos otro remedio mas que el de movilizarnos contra esa política para obligar a Marcelo Ebrard a corregir y dar marcha atrás.


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