Por primera vez en su historia del PRD en Puebla, este aceptó una alianza electoral con el partido de la ultraderecha. Esto, luego de que el pasado 18 de febrero la mayoría de los integrantes del Consejo Estatal votaron a favor de la alianza “Compromiso por Puebla” con el PAN y los partidos Convergencia (PC) y Nueva Alianza (Panal) para contender como frente opositor a la alianza “Puebla Avanza”, formada por el PRI y el PVEM, en las próximas elecciones estatales del 4 de julio, donde se elegirá gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

Con el discurso demagógico de que “es tiempo de la transición en Puebla”, “de poner fin a la corrupción con la expulsión del tricolor de la gubernatura”; “por la democracia”, “la transparencia” y el “recate del estado de derecho”, la fracción de derecha que controla la dirección del PRD, justificó y aceptó la coalición con el PAN a cambio de encabezar 43 candidaturas para presidencias municipales, cinco distritos de mayoría relativa y dos posiciones en la lista de plurinominales. Además, se le concedería a un miembro del PRD la titularidad de la Secretaría de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública, es decir, se les entregaría la facultad de “fiscalizar al Poder Ejecutivo”, en el hipotético escenario de que la alianza “Compromiso por Puebla” ganara la gubernatura del estado.

Una vez más observamos el oportunismo sin escrúpulos de los dirigentes del PRD, a quienes lo único que guía es su ambición por acceder a un “hueso”, a posiciones de poder a toda costa, sin importar las consecuencias para los trabajadores de un gobierno de la ultraderecha. ¿Qué cambio se puede esperar de una alianza con el PAN? Sin duda, más ataques a los trabajadores. Pues, la ultraderecha, representada por Calderón ahora, como hemos visto, tiene como metas seguir socavando el Estado laico; reducir las libertades democráticas, criminalizar la lucha social; defender los intereses de la burguesía nacional e internacional, propiciando más la concentración de la riqueza en sus manos y el incremento de la pobreza y el desempleo; quiere reformar la Ley Federal del Trabajo para desaparecer por completo los derechos laborales conquistados en el pasado por la lucha de los trabajadores; quiere seguir privatizando la educación pública y los servicios de salud, así como negar el derecho a las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, penalizando el aborto, entre muchas otras cosas.

La alianza con el PAN (partido de la burguesía junto con el PRI) sólo beneficia al débil régimen de Calderón que, tras haber sido impuesto mediante un fraude electoral en el gobierno, se mantiene mediante el uso de la fuerza pública para seguir administrando los negocios de los capitalistas, precarizando cada vez más los niveles de vida de los trabajadores, como lo ha hecho también el PRI estando en el gobierno. Basta considerar, por ejemplo, que según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), con el salario mínimo de 2009 los trabajadores compran una cuarta parte de los artículos que adquirían con ese mismo salario en 1976, es decir, el poder adquisitivo de los salarios se ha derrumbado en un 75% (La Jornada de Oriente, 10/02/2010).

Lo anterior significa que los precios de los artículos de consumo han crecido mucho más que los incrementos en el salario mínimo nominal. Es decir, la caída del salario real en México se inició a partir de 1976 y estuvo aparejada con una elevación de las ganancias empresariales, aunque asociadas, durante el periodo 76-81, con una mayor inversión productiva y el consiguiente crecimiento del PIB. Sin embargo, la historia a partir de 1982, con los llamados gobiernos neoliberales (del PRI-PAN), ha sido muy diferente, pues la caída del salario real se ha asociado con el uso improductivo de las ganancias empresariales, lo que demuestra el carácter parasitario de la burguesía, su gobierno y su sistema capitalista que no pueden seguir desarrollando las fuerzas productivas, al contrario, necesitan destruirlas (despidiendo a trabajadores también) para tratar de restablecer el relativo equilibrio económico roto con la actual crisis del sistema capitalista mundial.

El PAN utiliza a la fracción de derecha del PRD para desprestigiarlo ante los trabajadores como la alternativa de izquierda de masas que, a pesar de su actual dirección, lo siguen considerando como su organización tradicional e intentan utilizarlo como herramienta de lucha para defender sus derechos y cambiar su realidad social. La alternativa para acabar con la corrupción, autoritarismo, represión, etc., no es aliarse con quien representa intereses contrarios a los de la clase trabajadora (el PAN) y limitarse a desalojar al PRI del gobierno, sino dar un giro real a la izquierda por parte del PRD, formar un frente único de lucha con todas las organizaciones tradicionales de los trabajadores y movilizarlos contra la política antiobrera de Calderón para derrocarlo. Porque el problema no es sólo el PRI o su mala administración, sino el modo como está organizada la sociedad para producir los principales medios de vida, esto es, una forma social de producir y un modo privado de apropiación (por parte de los capitalistas, dueños de los medios de producción) de la riqueza generada por los trabajadores y que debe ser transformado.

Únete a la Tendencia Marxista Militante y luchemos juntos para expulsar a los “chuchos” del PRD, para luchar contra las alianzas con los partidos de derecha, el PAN y el PRI, por un partido combativo, democrático y con un programa de clase que se plante la transformación socialista de la sociedad.


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