El pasado 20 de marzo en el Auditorio Nacional Andrés Manuel López Obrador presentó ante los comités municipales, territoriales y seccionales, así como a un sector de los protagonistas del cambio verdadero el Nuevo Proyecto de Nación, en el cual participaron una seria de intelectuales de izquierda para su elaboración. Este nuevo Proyecto de Nación está basado en los 10 puntos del Proyecto Alternativo de Nación presentado hace más de un año y que se ha venido discutiendo en distintos foros por las bases del movimiento, por cierto y es necesario decirlo, ha sido una discusión en la que han faltado los mecanismos necesarios que aseguren un debate democrático.

Con un auditorio lleno a su totalidad (10 mil personas) y después un desfiles de cuatro intervenciones del grupo de intelectuales y la presentación de un video musical, planteado como el himno del movimiento, AMLO tomó la palabra para dar lectura a lo que son los 50 puntos fundamentales del Nuevo Proyecto de Nación. Estos 50 puntos, que son una serie de reformas sociales que sin lugar a dudas encierran algunas de las demandas más sentidas de la clase trabajadora como lo son mejoras laborales, aumento salarial en relación a las tasas inflacionarias, mejoras en salud, vivienda, educación para todos los jóvenes, eliminar la corrupción, reducir el gasto del estado, etc.

Cada una de estas iniciativas conectaba de manera muy clara con los asistentes al auditorio, y eran aplaudidas con gran ahínco. Sin embargo, y como hemos mencionado anteriormente en las páginas de Militante, AMLO plantea una serie de medidas totalmente correctas y necesarias en la lucha, pero sin tocar la propiedad privada de las fuerzas productivas, es decir, impulsa una serie de reformas pero sin romper la forma capitalista de organizar a la sociedad. Esta idea del capitalismo con rostro humano o de que existen empresarios buenos es más utópica que nada. Un empresario se mueve bajo la lógica de la acumulación de capital sea bueno o malo, y esta acumulación de capital es a través de la explotación cada vez más cruda de los trabajadores, y por lo tanto es lo que provoca el desempleo y los salarios de miseria.

Comentamos lo anterior, porque cuando AMLO plantea la democratización de los medios de comunicación, y anuncia que si Carlos Slim quiere una televisora la podrá tener, el ambiente dentro del Auditorio expreso cierta duda y sinsabor. Las bases nos preguntamos ¿Por qué darles concesiones a nuestros enemigos de clase, a los causantes de la miseria en la que se encuentra el pueblo y el país? No compañeros, a estos individuos hay que expropiarles lo que nos pertenece como son los medios de comunicación, la telefonía, la industria eléctrica y en fin las palancas básicas de la economía y ponerlas bajo control de los trabajadores.

Como siempre y en cada llamado de Obrador las bases demostramos que estamos dispuestos a dar la batalla hasta el final. En general el ambiente era muy bueno a pesar de las limitaciones de la propia convocatoria. Una convocatoria cerrada, dentro del Auditorio Nacional, limitando la participación a sólo 10 mil personas y con boleto en mano, cuando el movimiento es capaz de convocar a mucho más gente y así dar una mayor demostración de fuerzas. Esto es un factor que si causo cierto malestar en algunos sectores del movimiento al quedar fuera de esta convocatoria cuando muchos de ellos han invertido gran parte de su tiempo en impulsar y realizar las tareas del movimiento. Por ejemplo, el responsable de este artículo es miembro de Comité territorial en Benito Juárez y dentro de mi colonia contamos con alrededor de 60 protagonistas del cambio verdadero y solo se tenían 10 boletos destinados para este sector.

Un elemento muy importante a destacar es el hecho de que mientras en el Auditorio Nacional AMLO presentaba el Nuevo Proyecto de Nación, el Consejo Nacional del PRD sesionaba para elegir la nueva dirección del dicho partido. No podemos soslayar la manera en que esto se expresó en la sala del Auditorio, ya que en reiteradas ocasiones era envuelta por la consigna de “fuera chuchos del PRD”, cuantimás en el arribo de Alejandro Encinas. Tanto a la llegada como a la partida de Encinas, los sonidos que ensordecían sus oídos eran los de expulsar a los chuchos del partido y las bases le exigían que fuera más firme en ese sentido, y sin lugar a dudas esta también es un mensaje para el propio Andrés Manuel.

Este hecho refleja como las masas comprenden que el PRD es una herramienta de lucha que debe estar al servicio de la clase trabajadora y cómo aunque Obrador ha renunciado a la batalla por poner al partido al servicio del movimiento, éste sigue siendo un referente de izquierda para miles de trabajadores a nivel nacional. Inclusive un hecho a destacar es que a la salida del auditorio, de manera independiente algunas personas planteaban ir en masa al Consejo Nacional del PRD y presionar para que la derecha traidora del partido (chuchos, sambranos, amalios y demás) fuera expulsada definitivamente.

Una vez más esta convocatoria de AMLO del pasado 20 de marzo fue tomada con las dos manos por parte de las bases de Morena, y sin lugar a dudas tener un programa cada vez más definido por parte del movimiento significa pasos adelante. En este momento el Movimiento de Regeneración Nacional representa a la lucha de masas más grande en este país y es el que levanta el programa que más claramente se contrapone a las políticas encabezadas por los gobiernos de derecha, sin embargo estas demandas expresadas en los 50 puntos, solo podrán llevarse a cabo de manera real en la medida en que el movimiento sea capaz de ligar este Programa expresado por AMLO a la lucha por el socialismo.


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