En estas últimas semanas ha brotado a la superficie el germen de una idea nueva en la actual lucha electricista, fruto de un proceso que acumuló, bajo la superficie, lecciones y conclusiones sobre la estrategia y táctica que, muy a pesar de algunos, no iba todo lo bien que se pretendía. La necia realidad del desempleo y la ruina económica ha derrotado todos los discursos y métodos de respuesta hasta ahora empleados. De una parte la liquidación, la constitución de proveedoras para CFE o empresas de cualquier tipo; de otra, el rechazo a la extinción, la resistencia moralista y la vía legal para el regreso al trabajo. Ambas con la misma debilidad y el mismo defecto: la una explícitamente, la segunda de manera tácita, aceptan al sistema capitalista y la legalidad burguesa que de él emana, como única solución y posibilidad para la existencia de la sociedad, los obreros incluidos.

Esta consideración, razonada o no, supedita toda forma de lucha y al mismo tiempo jerarquiza de modo diferente las tácticas, pues en el caso de lo no liquidados, todas las acciones llevadas a cabo y todos los discursos, por más radicales siempre concluían en la necesidad de acudir o presionar a tal o cual institución o personaje para obtener una respuesta favorable. SCJN, SG, CU, JFCyA, Presidencia, etc. son instituciones creadas para controlar no a la sociedad en su conjunto, sino para asegurar el control que la oligarquía tiene sobre el resto de la sociedad. Confiar por entero la solución de nuestros problemas, como clase trabajadora, a estas instituciones es pedirle al tigre que coma lechuga en vez de carne. En el caso de los que optaron por creer que aceptar el golpe, portarse bien, traería solución más pronto el desengaño ha sido aun más violento, pues a pesar de todas las concesiones no ha habido respuesta, retroceder ante el enemigo nunca ha sido buen plan para la salvación.

Ahora sendas declaraciones de las cabezas visibles, de lo que podríamos reducir en dos grupos, no homogéneos en sí mismos, han declarado que lo hasta ahora hecho no ha dado resultados1. Por un lado Alejandro Muñoz anunció movilizaciones, cierres y plantones por no haberse cumplido lo prometido, por el otro Martín Esparza diciendo que no hay nada más que hacer con la SG. Estás conclusiones que podrían ser un paso adelante, son en manos de estos personajes declaraciones hueras desde el momento en que no hay para ellos ninguna alternativa. El primero ahora alcanza al segundo sacudiéndose de su fraseología derrotista y de derechas para aceptar, a fuerza de hechos, que sin presión no hay ninguna solución y el segundo a pesar de la afirmación desvía nuevamente hacia el Congreso como solución. Preguntamos ¿Qué bloqueo, plantón o marcha podrán hacer los unos que no hayan hecho ya los otros, que opción darán los otros para no retornar nuevamente al pantano legaloide, controlado por el gobierno y la burguesía? La urgencia de un cambió de rumbo se adivina en los estómagos de las familias electricistas.

Para avanzar en la tarea de vencer el ataque dado por la burguesía al SME se requiere ampliar y extender la conciencia de que éste golpe afecta a toda la clase obrera en su conjunto y al pueblo pobre. Algunos ya lo saben, pero aun no son suficientes, sobre esta idea hay que rehacer la táctica de lucha del SME. A partir de la conclusión a la que han llegado unos y otros grupos reconstituir la unidad sindical sobre un programa de lucha democrática, clasista y combativa, en base a la negativa del gobierno a dar marcha atrás se puede marchar en un frente único para el regreso al trabajo en las condiciones que cada uno decida. En qué condiciones queden unos y otros a partir de su situación legal no es algo que importe a las cortes sino a la política de la clase que gobierna, para la cual, como hemos visto, somos todos la misma masa despreciable. Optar por una u otra forma de solución no fue un acto moral, individual e interior de cada trabajador, fue provocado en las más de las ocasiones por la inminencia de la catástrofe y sobre todo por la falta de comprensión política y de una dirección clara y real. Hemos de resolver esto con un plan conjunto de lucha que sepa demostrarse como alternativa colectiva, superior y verdadera en el camino de la victoria de nuestra lucha.

Y es está unidad obrera y sindical que se tiene que construir no solo entre electricistas, sino entre toda la clase trabajadora del país. Hemos de romper la resistencia y la necedad de la política económica de los industriales y banqueros a través de nuestra posición en el proceso productivo, del hecho de que sin nosotros la riqueza no se produce, no trabajan las fábricas, ni las oficinas, los transportes. Pregonar esta inmensa fortaleza nuestra que es debilidad del enemigo frente a la falsa omnipotencia del Estado. Organizar nuevamente este poder a través de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular para accionar la única forma de lucha que puede lograr conducirnos a la victoria, la Huelga General nacional.

¡Por una nueva ANRP para organizar la Huelga General!

¡Ninguna confianza en la burguesía, ni su estado ni sus partidos!

1 Nada más que hacer en SG, señala el SME. La Jornada, 7 de abril de 2011, pág. 21; Disidentes del SME iniciarán movilizaciones para demandar empleo, Milenio, http://www.milenio.com/node/675307.

 


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