Por los derechos sexuales y reproductivos para todas las personas

Antes de 2021 el aborto sólo estaba despenalizado formalmente en México en casos de violación o riesgo de vida de la madre -en algunos lugares-. Desde 2007 conseguimos que en la Ciudad de México se atendiera con infraestructura, personal, presupuesto y métodos anticonceptivos para mujeres que decidan interrumpir su embarazo por sus propios motivos, sin embargo, aún no es suficiente. 

Gracias al movimiento social y feminista hemos conseguido la despenalización del aborto en nueve estados más. Sin embargo, con la pandemia ha quedado claro que los servicios de salud están en crisis tras décadas de desmantelamiento. Necesitamos luchar por un presupuesto digno para la salud y así acceder realmente a servicios de salud sexual y reproductiva para todas las personas y que estos dejen de ser un privilegio para quienes pueden pagarlos.

Ahora que hemos arrebatado la despenalización alzamos la voz para decir: ¡No basta con declarar la penalización del aborto anticonstitucional! Necesitamos que el Estado nos asegure: educación sexual digna, inclusiva, libre de prejuicios moralistas y religiosos ¡Fuera el PIN parental! Acceso a métodos anticonceptivos con prescripción que tenga el menor efecto perjudicial en la salud, que se promueva el uso y acceso de métodos anticonceptivos para todas las personas desde la educación y los servicios de salud publicos, acceso al aborto seguro para evitar muertes en clínicas clandestinas o por métodos mal practicados.

¡No es suficiente lo conseguido hasta ahora! Porque después del 2021 se enlistaron 37 clínicas que ofrecen aborto seguro y gratuito en todo el país, mientras que la Ciudad de México ya cuenta con 15 de estas. Demandamos el retiro en la legislación la “objeción de conciencia” que no es más que una trampa para ejercer nuestro derecho al aborto y que han hecho que cada avance legislativo se convierta en meras palabras. 

De igual forma exigimos la liberación inmediata de todas las presas por abortar, quienes viven condiciones de podredumbre y explotación.

Queremos ser realmente libres para decidir sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y maternidad, basta de mercantilizar y sexualizar nuestros cuerpos, basta de industria pornografica y anuncios que estigmatizan nuestros cuerpos y deforman los conceptos de amor y sexo saludable para convertirlo en beneficios económicos. 

Nuestra emancipación como trabajadoras, campesinas, indígenas y sexodisidencias no se puede desvincular de la lucha contra el orden capitalista y sus leyes. Para decidir sobre nuestra maternidad o paternidad necesitamos empleos y salarios dignos, con prestaciones que nos permitan mantener a las infancias en condiciones adecuadas; guarderías, lavanderías y servicios de comedores comunitarios que nos permitan convivir con las y los niños más que sentirnos aplastadxs por las dificultades.

La única garantía de que este y todos los derechos que hemos conquistado se materialicen es luchar en las calles y dirigir nuestra fuerza contra quienes se benefician de nuestra opresión: el aparato judicial y las instituciones; acabar con el negocio privado de la salud, la educación y todos los servicios públicos; enfrentarse a la Iglesia católica, a su moral podrida y a sus privilegios; enfrentarse a la derecha y a quienes hacen negocio de nuestra explotación. Es luchar por acabar con un sistema donde todos estos elementos ejercen su dictadura y están en guerra con los derechos de las y los oprimidos. Mientras esto no se haga, cualquier ley será insuficiente.

Como nos ha demostrado la experiencia cualquier avance no será regalado desde ninguna legislatura si no ganado en las calles ¡Sólo luchando es como lograremos hacer estas conquistas reales y efectivas! Exigimos:

  • Derecho al aborto libre, seguro y gratuito. Derecho a tratamientos de fertilidad públicos y gratuitos.
  • Derecho a una atención ginecológica digna y de calidad, con seguimientos periódicos de nuestra salud y tratamientos para detectar, prevenir y atender con la mayor rapidez el cáncer de mama, ovarios o útero, o cualquier otra enfermedad, especialmente las de transmisión sexual.
  • Servicios de planificación familiar públicos y de calidad en todas las clínicas. Gratuidad y acceso a métodos anticonceptivos en todos los centros de salud y farmacias.

Hasta que sea una realidad para todxs, ¡Seguiremos luchando!


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