#FueraMachistasYMisoginosDeLaUAM #JusticiaParaSam

En virtud de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) prescribe que todas las autoridades están obligadas a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha diseñado, forzadamente, una normativa con nombres rimbombantes que sólo sirven para simular, ante la comunidad universitaria y organismos interesados, sensibilidad y atención especializada de los diferentes tipos de violencia hacia los grupos vulnerables que integran la comunidad universitaria, como lo son las mujeres y la comunidad sexo diversa, como ejemplo: “Políticas Transversales de Inclusión, Equidad, Accesibilidad y No Discriminación”, “Políticas Transversales para erradicar la violencia por razones de género”. Pero se ha constatado que dichas “Políticas” no se aplican como perspectiva, ni dirigen el actuar de la Universidad ante las crecientes quejas y/o denuncias de violencia por razones de género, por lo que, la Universidad es omisa en promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos y en aplicar su propio marco normativo, incluyendo el Reglamento Orgánico que desde junio de 2012 enmarca la necesidad de procurar la equidad de género y una postura de equidad ante los problemas sociales y de género.

Mismo Reglamento que fue recientemente reformado en mayo de 2022, destacando como condiciones de permanencia en los cargos, la solvencia moral y ética, así como el compromiso con los derechos humanos y la perspectiva de género.

Es interesante constatar, cómo desde su propio Reglamento Orgánico (R.O.), la UAM se contradice y protege a l@s agresor@s pues, bajo la excusa de “evitarles prohibiciones desproporcionadas y estigmatizaciones”, si éstos cumplen con su(s) condena(s), la Universidad les otorga el beneficio o posibilidad de integrar órganos colegiados, académicos, personales e instancias de apoyo, restándole trascendencia al delito denunciado y disfrazando de insignificantes la violencia por razones de género y las violaciones graves a derechos humanos. (R.O. UAM, página 19, párrafo 4. https://www.uam.mx/legislacion/index.html)

¿Acaso la UAM no deja de manifiesto su desprecio por prevenir y garantizar la no repetición o erradicación de la violencia por razones de género? 

Como estrato, empleada administrativa de la comunidad UAM, tuve la desgracia de comprobar, en carne propia, ese desprecio pues las autoridades universitarias nosancionaron la violencia por razones de género, ni la vulneración de mis derechos humanos, pues denuncié esas violencias que viví, incluidas amenazas de muerte, ante el Patronato de la Universidad y la Desamparaduría de los Derechos Universitarios (DDU), instancias que me obstruyeron el acceso a la justicia con tal de no perjudicar al funcionario agresor y con ello “dañar el prestigio de la UAM”, pues como víctima reconocida por la misma DDU, solo obtuve violencia institucional, psicológica, revictimización y la amenaza cumplida de un ilegal e injustificado despido, donde la Abogacía General, orquestó falsas imputaciones con las que hicieron pasar a los victimarios como víctimas. 

El agresor fue protegido por la Universidad. Aún en conocimiento de que dicho funcionario agresor tiene carpeta de investigación por delito sexual cometido en mi contra en las instalaciones de la UAM, sin ningún empacho lo mantuvieron en el puesto y sólo por la presión política, le invitaron a retirarse, “premiándolo” económicamente e impunemente, como parte del modus operandi de la Universidad.

Consecuentemente, me encuentro viviendo duros procesos, pues denuncié el delito sexual del que fui víctima ante Ministerio Público, también demandé recuperar mi derecho humano al trabajo ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y, finalmente, ingresé quejas por la transgresión de mis derechos humanos y discriminación, ya que, adicionalmente y con la finalidad de encuadrarme en una supuesta falta grave, fui inculpada por el Abogado General de falsas faltas de probidad, que en su leguleyo actuar, supone que devienen de su falsa imputación a mi persona de violentar a los violentadores que ya habian sido denunciados previamente, no solo por mí, sino por al menos una decena de mujeres. Al deliberar como juez y parte, el Abogado General orquestó despedirme injustificada e ilegalmente, pues aleccionó a l@s agresor@s para aplicar el procedimiento de despido sin responsabilidad para la UAM, previsto en la cláusula 6º del Contrato Colectivo de Trabajo y así, conseguir despedirme de la manera más violenta e indigna posible, evadiendo la responsabilidad económica de la UAM. 

En represalia por haber tenido la valentía de denunciar y de haberme negado a permitir y reproducir violencia machista hacia mis compañer@s.

Al arbitrariamente aplicarme la referida cláusula 6º, me fueron negados el pago de mis derechos laborales adquiridos, es decir, se me expulsó sin un sólo peso que me permitiera, al menos, contratar un abogado que pudiera defenderme ante tal atropello, dejándome en la total indefensión. Mientras tanto, ell@s disponen de sus altos salarios y de los medios institucionales que no han dudado en utilizar en su corrupto beneficio personal, intentando deslegitimar mi lucha y la de otras compañeras desprestigiándonos y tíldandonos de mentirosas.

Adicionalmente, en reciente fecha, al ser madre de un alumnx de la UAM, también se me ha amenazado con represalias en su contra de continuar con los procesos legales; por lo que los hago responsables de cualquier agresión en contra de mi hijx y alumnx de esta Universidad.

La impunidad y corruptela que impera en la UAM, deviene de la tergiversación de los conceptos de autonomía y autogobierno, por parte de sus funcionarios. Estos deben ser acotados por la autoridad competente, con la finalidad de que se respete el Estado de derecho al que también se encuentra sujeta la Universidad, pues está sometida, al menos, sin perjuicio de su autonomía, al cumplimiento de lo establecido en la CPEUM y de las Leyes que en materia de protección de derechos humanos de ella emanen, como lo es la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) y la Ley General de Víctimas (LGV).

Por lo anterior, como lo establece el art. 1 de la LGV, de conformidad con la magnitud del hecho victimizante cometido y de la gravedad de la violación a mis derechos laborales y humanos, exijo que la UAM los reconozca y los garantice, estableciendo y coordinando las acciones que le permitan cumplir su obligación de la reparación integral del daño causado a mi persona, misma que comprende las medidas de restitución de derechos y otorgarme garantías de no repetición, en sus dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica. 

Ante los casos de violencia por razones de género ocurridos en las instalaciones de la UAM, como lo son el abuso sexual y la violación, la Universidad debe actuar sin invadir u obstruir las competencias de las autoridades que legalmente deben conocer y resolver esos delitos del orden penal, pues ante la dilación y la falta de un real acompañamiento jurídico y psicológico, se provoca, dolosamente, que las víctimas de estos delitos no recaben con oportunidad las pruebas pertinentes, como pueden ser entre otros, el dictamen de afectación psicológica o el diagnóstico del médico legista; aplicando la Universidad una estrategia para mantener el control de los casos para que éstos no se lleguen a judicializar y con ello, evitar que se hagan del conocimiento de la opinión pública y de la comunidad universitaria ni las denuncias, ni las sanciones a esos delitos, que supuestamente, irían en detrimento del “prestigio” de la Universidad a costa de obstruir el acceso a la justicia y violentar los derechos de las víctimas.

Ningún protocolo, política o reglamento pro inclusión, equidad, accesibilidad, no discriminación y erradicar la violencia por razones de género, se podrá aplicar, si l@s responsables de hacerlo reproducen violencia machista y son, ell@s mism@s, agresor@s y misógin@s .

¡Fuera de la UAM l@s cómplices del Contralor General, el Abogado General y sus secuaces!

¡Basta de impunidad y de violencia institucional, la UAM también es culpable!

¡Sin Justicia, no hay "cultura de paz"!


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