El Estado de México, que tiene elecciones el año que viene, ha sido gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde la creación de este partido. Del grupo Atlacomulco (un municipio mexiquense) han salido presidentes, dirigentes y autoridades definitorias dentro del partido y casi todos los gobernadores del estado.

La derecha en el Edomex

Unos sinnúmeros de figuras relevante del priismo no sólo han salido del mismo grupo, sino de la misma familia, como es el caso del expresidente Peña Nieto, que gobernó ese estado y de su primo el gobernador actual Alfredo del Mazo, a su vez hijo y nieto de gobernadores del estado. En la historia reciente sólo ha habido un gobernador que no proviniera del Grupo Atlacomulco, Eruviel Ávila, quien se apoyó en la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, y el grupo de Los Chuchos del PRD, para chantajear al PRI con postularse por este partido y llevarse todos sus votos con él, lo que hubiera puesto en riesgo la gubernatura para el PRI.

Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN) tiene núcleos de preferencia electoral localizados en zonas ricas y de la llamada clase media. No obstante, han ganado municipios que también tienen población en pobreza y centros industriales importantes, como es el caso de Naucalpan o Tlalnepantla. Sin embargo, en el caso de las elecciones a gobernador, regularmente ha optado por personajes foráneos; esto, aunado a su falta de presencia en muchos municipios, lo ha dejado sin posibilidades reales de ganar la gubernatura.

El PRD, si bien tiene un bastión importante en Nezahualcóyotl y llegó a ganar el municipio más grande del estado, Ecatepec, no pudo tener suficiente presencia en el estado como para lograr la gubernatura o una presencia relevante en el congreso local. Aunque ha manifestado su intención de ir solo en la próxima elección estatal, los resultados en las elecciones de este año y el hecho de que muchas de sus figuras relevantes han migrado a otros partidos, muy probablemente lo orienten a participar en la alianza con el PRI y el PAN.

Balance de Morena

Por lo que toca a Morena, no tuvo la fortaleza suficiente para evitar el fraude electoral de 2017, pero no por parte de su base militante sino por la falta de una dirección consecuentemente de izquierda. Adicionalmente al acarreo y la compra de votos por parte del priismo, hay indicios de que hubo fraude cibernético, pues la gráfica de registro de votos de esta elección tuvo un comportamiento muy similar a las elecciones presidenciales de 1988 y de 2006: el candidato opositor empieza con una ventaja, hay una pausa en el registro de actas y, cuando se restablece la captura de datos, el candidato oficial repunta y termina por vencer al opositor[1].

Hoy, este partido tiene posibilidades reales de vencer y de defender el triunfo; aunque más por la fuerza del presidente de la República, que por la fortaleza de Morena; pues en este estado AMLO tiene una de las tazas de aceptación más bajas - 60.4% - frente a un promedio nacional del 69.7%, según Demoscopia.

Además, el año pasado perdió más de la mitad de los municipios que gobernaba y la mayoría calificada en el congreso local. Entre las razones están la división interna, la falta de una estructura partidaria realmente existente y que se vincule con las comunidades y sus luchas, la falta de formación política, la persistencia de prácticas clientelares, cacicazgos y de una tendencia a negociar con el PRI, pero ante todo la ausencia de una política realmente de ruptura con el viejo régimen y que se gobernase auténticamente para las y los oprimidos, desgraciadamente lo vimos, más allá de algunas mejoras cosméticas, vivimos una política de continuidad que para nada hizo mejorar de fondo nuestras condiciones de vida.   

Una corriente de peso en el estado es el Grupo de Acción Política (GAP), que arropa a tres de los aspirantes morenistas. En este grupo se da la tendencia caciquil de su líder, Higinio Martínez, con clara inclinación a negociar con el PRI, a tal grado que algunos morenistas mexiquenses le acuñaron la palabra PRIMOR. Por ejemplo, a petición del gobernador priista, Del Mazo, el senador Higinio propuso la división de Ecatepec, con argumentos que contradicen la posición de Claudia en la Ciudad de México de no crear más alcaldías, la incapacidad administrativa.

Esta propuesta, que contempla separar la zona de Ciudad Azteca del resto del municipio, la condenaría a convertirse en una ciudad dormitorio, sin posibilidad alguna de desarrollo económico.   La razón pudo ser facilitarle la gobernabilidad a Del Mazo, quizás el último gobernador de su partido, que llegó con minoría en el congreso local y con varios de los municipios más importantes en manos de otros partidos.  

Es justo mencionar que esta alianza pudo haber empezado con Del Mazo, que no sólo recibió amable a López Obrador en su gira de agradecimiento, sino que decidió acompañarlo a riesgo de agresiones de los seguidores morenistas; encargando su seguridad precisamente a los diputados locales de Morena.

La disputa interna en Morena

El GAP propone a Delfina Gómez, que fue candidata en el pasado proceso electoral y secretaria de educación pública; a Horacio Duarte, encargado de Aduanas; y al jefe de este grupo político, Higinio Martínez. También barajan otros nombres, quizás para aparentar competencia, como el del edil ecatepense, Vilchis, con un desempeño mediocre y que sólo pudo reelegirse gracias al apoyo de Higinio y porque AMLO sabe de la importancia electoral de este municipio.

Como todo grupo de este tipo, el GAP exige disciplina y obediencia al dirigente, Higinio. Hemos visto a sus diputados locales seguir puntualmente sus instrucciones, sin importar cuán descabelladas sean o cuan le faciliten la vida a Del Mazo. Existe la expectativa optimista de que, si le candidate fuera Delfina u Horacio, ellos tendrían margen de acción para sacudirse a este cacique, por su cercanía con López Obrador. Habría que ver.

En el caso, muy probable, de que el candidato fuera Higinio, vale la pena cambiar la pregunta de ¿por qué? a ¿para qué? Su cercanía con el priismo y su estilo autoritario no traerían grandes cambios al estado, como su elegido para la reelección en Ecatepec no ha traído ningún cambio significativo para ese municipio. Lanzar a este personaje como candidato a la gubernatura significaría un duro golpe a la base de Morena, así como al pueblo que aún tiene confianza en un cambio si llega Morena a la gubernatura. 

El agonizante PRI puede estar avizorando en Higinio un aliado claro para mantener sus posiciones, negocios y beneficios, pero otra ala del PRI no está del todo segura de perder su bastión, aunque Higinio les avizore continuidad, el hecho de hacerlo vestido de guinda, les puede conllevar contrariedades y complicaciones, que ante su situación dramática que viven quieren ahorrase.    

El papel del ala de izquierda de Morena

Otras opciones de Morena se van alineando alrededor de Alejandro Encinas, que también ya fue candidato a gobernador y perdió contra el monstruoso aparato del PRI. Sin gran arraigo “a ras de tierra” en la entidad, tiene mejores credenciales que Higinio y proyección nacional, así como cercanía con AMLO. Mariela, edil de Tecámac, Cureño, expresidente de Ecatepec, entre diversos aspirantes, han dejado entrever que podrían bajarse de la contienda para apoyarle.

La verdadera izquierda que contribuyó a la existencia de Morena, no puede permitir que su candidato sea del PRIMOR, pero tampoco puede permitir que el PRI conserve su principal bastión. No olvidemos que es la entidad donde ha podido probar muchas de sus tácticas electorales y de control político. En sus mejores tiempos tenía operadores políticos en cada colonia, en cada asentamiento. Algunos continúan en el PRI, otros migraron al PRD y de ahí, lamentablemente, a Morena. Y cuando la izquierda comenzó a ganar los municipios que circundan la Ciudad de México, el PRI se apoyó en las zonas más rurales, particularmente al sur del estado. No perderá este bastión tan fácilmente.

se requiere la movilización, la lucha y trabajar al interior de Morena de manera firme desde la base, dar la batalla a brazo partido para orientar tanto la candidatura como el plan de gobierno hacia una transformación real del estado hacia la izquierda. También desde el exterior debe presionarse a este partido para presentar propuestas que realmente sirvan a la clase trabajadora, a las mujeres, a las y los indígenas y a la población LGBT+. Aprovechando la coyuntura, también debemos insertar cuadros de izquierda en las candidaturas al congreso local, para no repetir el papel tan tibio que Morena ha jugado en estas dos legislaturas.

Las y los oprimidos no tenemos otro camino. Damos la batalla por que nuestros intereses prevalezcan, o la oligarquía ganará nuevamente, ya sea mediante sus partidos o infiltración a través de la derecha dentro de Morena. 

Referencias

Gómez, J. L. (18 de agosto de 2017). Elecciones y Tecnologías de Información en México. Obtenido de León. Blogger.: https://joseluisleongomez.blogspot.com/2017/08/elecciones-y-tecnologias-de-informacion.html

 

[1] (Gómez, 2017)


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