La violencia sexual y el más vomitivo machismo protagonizados por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, durante la final del mundial de fútbol femenino han dado la vuelta al mundo despertando la indignación de millones de personas. Pero el asombro y la perplejidad continúan ante el hecho de que el Gobierno del PSOE no lo haya destituido fulminantemente. ¿Cómo puede Pedro Sánchez consentir que este comportamiento quede impune y luego alardear de feminismo?