¡La educación es un derecho, no un privilegio!

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Millones de estudiantes llevamos más de tres meses sin asistir a nuestras escuelas desde que se decretó el inicio del confinamiento ante la crisis sanitaria que padecemos en todo el mundo. Pero las decisiones que, el Secretario de Educación Pública, así como Rectores y Directores de las Universidades, han tomado para hacer frente a esta pandemia han demostrado ser caóticas, clasistas, muchas de ellas inoperantes, insuficientes y dan la espalda a los estudiantes de la clase trabajadora, a los campesinos e indígenas que somos mayoritariamente los que estamos inscritos en la educación pública.

Las clases en línea y el programa “Aprendiendo en Casa” han desnudado las graves carencias materiales que padecemos, tras años de recortar el presupuesto educativo: despidos de miles de profesores y personal de apoyo en áreas de trabajo social, psicología, servicios médicos, aseo, contingencias no resueltas causadas por los últimos dos grandes sismos que sacudieron buena parte del país, etcétera. Como ocurre en el sector salud, las políticas de la derecha, han sumido a la educación pública en una situación de emergencia, los efectos de años de abandono, desmantelamiento, desfinanciamiento, desactualización han emergido a la superficie nítidamente. Pero sobre todo ha hecho explícita la necesidad urgente de rescatarla, no sólo destinando una mayor partida presupuestal, sino haciendo una real reforma educativa que priorice la educación de los hijos de los trabajadores, campesinos e indígenas.

El desprecio y desconocimiento demostrado por Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública, por las necesidades educativas de millones de estudiantes y sus familias son características de diversos funcionarios al servicio de los empresarios y no del pueblo. No sólo se ha hecho más visible la brecha de clase sin que se propongan medidas efectivas para cerrarla, también se ha mantenido el curso escolar con criterios irresponsables, desconociendo la realidad de miles de estudiantes desde la básica hasta la superior.  

Estos funcionarios intentan pasar sus propuestas bajo el discurso de la preocupación que se tiene para que las y los niños y adolescentes no se rezaguen más. Pero esto es una hipocresía total. Si sinceramente les interesara que estudiáramos no reforzarían la idea de que aprender es memorizar, visualizar y transferir información a través de un monitor o televisión. Si esta preocupación fuera sincera, se entendería la educación como la adquisición de un conocimiento a través de la colectividad y la formación integral basada en el conocimiento científico, critico, histórico y amplio, dentro de nuestros espacios colectivos como los centros de estudio, comunidades o entornos. Se destinaría mayor presupuesto a la educación y se atenderían todas las problemáticas.

La educación a distancia vino a profundizar ese perfil de educación elitista y limitada, inservible para el porvenir y para el desarrollo de las comunidades. El sistema educativo, en lugar de preocuparse por ayudar a analizar, conllevar y procesar, a través del conocimiento, una de las experiencias más difíciles para la humanidad, está jugando un papel de presión y yugo sobre miles de familias trabajadoras, exacerbando diversas problemáticas de nuestra vida cotidiana.

Impulsan y mantienen un modelo educativo basado en la memorización de contenidos, programas inabarcables, horas escolares y horas dedicadas al estudio que superan cualquier jornada laboral. Exámenes y notas finales que no reflejan nuestros conocimientos, un sistema sin espacio para la reflexión, el debate, ni la experimentación, donde las habilidades, las aptitudes y la atención individualizada, que se deberían de impulsar, son necesidades que para muchos se muestran como un sueño guajiro.

Esto ha cargado sobre los estudiantes de todos los niveles —sometidos a un estrés insoportable— el peso de no garantizar la impregnación necesaria de conocimientos, de evaluaciones y los exámenes de selección, de una carga académica inaceptable, y la incertidumbre ante un futuro que condenará a decenas de miles a un fracaso escolar que en muchos casos significará abandonar los estudios y con ello la posibilidad de acceder a una vida mejor.

La educación es un derecho, no un privilegio

La educación se ha convertido en un terreno más de la lucha de clases: privarnos a las hijas e hijos de los trabajadores de la cultura y formación superior hoy, significará mañana más mano de obra barata y sin formación a la que poder explotar impunemente, más precarizada y con salarios miserables. Es una manera de reducir los costes laborales manteniendo la formación académica superior como un lugar privilegiado de las élites y de las capas medias más favorecidas económicamente.

Bajo el contexto actual de mucha presión e incertidumbre, las universidades siguen empecinadas en mantener los exámenes de selección y una supuesta normalidad claramente rota. Defender estos filtros es defender la universidad como un privilegio y no un derecho. Descaradamente las instituciones nos dicen: “no hay lugar para todos, hay que elegir los mejores”, sin embargo, esa no es la solución. Desde el Sindicato de Estudiantes defendemos la eliminación inmediata de los exámenes de selección, hay necesidades sociales que cubrir y dinero para ello. La terrible crisis actual que nos golpea nos da la razón ¿Acaso no hacen falta más médicos, enfermeras, investigadores de distintos campos, profesores, ingenieros, químicos? ¿Acaso no hay salones vacíos, espacios donde construir más planteles o edificios y maestros dispuestos a dar clases? ¡Claro que sí! Y por eso seguiremos levantando la consigna histórica de la lucha del movimiento estudiantil ¡Educación primero al hijo del obrero!

Rechazamos los argumentos de los sectores más reaccionarios y privilegiados de llamarnos flojos, mediocres y apáticos, sin nada que hacer, que queremos pasar los exámenes y las materias sin hacer el mínimo esfuerzo, sin aprender nada y que nos regalen la calificación; los hijos e hijas de la clase trabajadora –a quienes nunca nos han regalado nada– no pedimos más que nuestro derecho a una educación y a un futuro dignos. Rechazamos todos esos descalificativos que lo único que hacen es extender el clasismo, la discriminación y el racismo existente dentro de las escuelas y que desnudan que no tienen ningún interés real en garantizar el derecho a la educación de las familias humildes.

Nadie tiene mayor preocupación por aprender que nosotras y nosotros. No queremos que se nos regalen nada. Somos los primeros interesados en formarnos adecuadamente para desempeñar nuestras profesiones en el futuro. De hecho, por eso nos movilizamos para defender la educación pública, por eso exigimos la expulsión de los grupos porriles, desterrar el machismo de nuestras escuelas y la dimisión de todo funcionario represor, corrupto y deficiente. Para los hijos de los trabajadores la educación no es un pasa tiempo es una necesidad que tenemos para salir del fango que muchas veces el capitalismo nos condena en nuestras colonias y entornos.

Es necesario un plan de rescate urgente de la educación pública

Los sindicatos de la educación y el movimiento estudiantil debemos movilizarnos para habilitar el fin del ciclo escolar. Ante ello hacemos un llamado a los sindicatos de la educación para luchar por detener las clases y la evaluación a partir de las clases a distancia y televisivas. Es incomprensible que se guarde silencio y no planificar acciones que permitan frenar las medidas impositivas de la SEP. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) como la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de la Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC) tienen la fuerza, no sólo para frenar estos mecanismos que obligan a miles a abandonar los estudios, sino las tradiciones de lucha que pueden permitir llevar a cabo un plan de rescate de la educación.

Ahora es cuando debemos de luchar y no quedarnos en discursos panfletarios de defensa de la educación pública. Ahora mismo necesitamos accionar con medidas concretas que obliguen a respetar el derecho a la educación, así como también los derechos laborales de los docentes y trabajadores del sector. Un paro del profesorado es totalmente viable, sumando a los padres de familia a colaborar y un llamamiento serio al estudiantado a reusarnos a ser evaluados y estudiar en estas condiciones. La organización unificada que pueda pronunciarse y accionarse a pesar del aislamiento es la clave para frenar este empuje por parte de los empresarios a través del Secretario de la SEP.

Desde el Sindicato de Estudiantes exigimos al Gobierno un plan de rescate urgente a la educación pública, con una inversión del 10% del PIB para luchar contra la desigualdad social y garantizar nuestro derecho a la educación. Este es el programa que reivindicamos y necesitamos:

  1. Cierre del ciclo y semestre escolar ¡ya! Que ningún estudiante quede atrás. Cancelación de todas las clases en línea y por televisión, así como las evaluaciones y exámenes de selección. Que todos los estudiantes pasen de año, semestre y materia sin excepción. Reorganización de los planes de estudio para recuperar los contenidos esenciales que no hemos podido cursar presencialmente en el próximo ciclo académico.
  1. Por ello proponemos que nuestros padres, que no están en la industria esencial, gocen de permisos con salario para que puedan continuar en casa. Para aquellos que son comerciantes, trabajadores de oficios o por cuenta propia, proponemos un subsidio mensual igual al precio de la canasta básica, no menos. Para aquellos que siguen laborando o que están en los sectores esenciales, el Estado debe proporcionar alternativas estatizadas, dignas, gratuitas y con todas las medidas de seguridad e higiene, para no atribuir el cuidado de las y los niños y adolescentes a las familias. Estos servicios deben ser estatizados y sus trabajadores gozar de un salario digno, basificación, seguridad social y contar con todas las protecciones sanitarias necesarias. Nos rehusamos a cargar el cuidado de niños, ancianos y adolecentes a las mujeres de la clase trabajadora. Los cuidados debemos socializarlos e integrarlos dentro de los deberes del Estado.
  1. Para que la educación presencial llegue a todas y todos los estudiantes en condiciones dignas y de seguridad para nuestra salud: exigimos 15 alumnos por salón, que permita mantener las distancias de seguridad, una atención individualizada y recuperar en el menor tiempo posible los contenidos que no hemos podido cursar. Puesta en marcha inmediata de un plan de construcción de escuelas públicas, así como de habilitación de edificios y espacios para garantizar todas y cada una de las medidas sanitarias. Necesitamos rescatar muchas de nuestras escuelas que se encuentran en abandono o en mal estado, la construcción de más laboratorios, salas de cómputo y audiovisuales. Dotar todas nuestras escuelas de infraestructura y material sanitario como gel, cubre bocas, jabón, papel sanitario e insumos de limpieza para las aulas como detergente, cloro y demás enseres ¡Con nuestra salud no se juega! ¡Fin de la tercerización de los servicios de limpieza de nuestras escuelas y facultades!
  1. Mayor infraestructura escolar, desde planteles nuevos para evitar hacinamientos desde salones hasta espacios amplios para cada actividad.
  1. Profesores suficientes para cubrir todas las necesidades: contratación inmediata de decenas de miles de docentes con base, salario digno, sindicalización y prestaciones. Basificación de todos los puestos interinos, temporales y/o por contrato. Recontratación de todos los profesores despedidos y/o cesados. Ampliación de toda la plantilla de apoyo a la docencia (médicos, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales) así como de personal especializado en la educación dirigida hacía personas en situación de discapacidad (intérpretes de lengua de signos, señas, etc.) con todos sus derechos laborales.
  2. Establecer por ley la inmediata integración de las guarderías y estancias infantiles de 0 a 3 años a la red pública. Basta ya de mantener un negocio multimillonario a costa de las necesidades básicas de las familias. Contratación por parte del Gobierno de los miles de docentes y personal de apoyo de estas escuelas con todos sus derechos laborales.
  1. Recuperar la titularidad pública de todos los servicios de comedores y limpieza en los centros educativos públicos. Basta ya de comida basura y de pasar hambre en las aulas. Exigimos comedores subsidiados en cada escuela desde básica hasta la Universidad. Defensa de todos los empleos creados en esas empresas incorporándolos a las plantillas públicas con todos los derechos laborales.
  1. ¡Hay que acabar con la brecha digital! Gratuidad de la conexión a Internet y reparto masivo de dispositivos digitales, así como cursos de formación digital gratuitos para profesorado, familias y alumnado. La educación debe ser una herramienta para luchar contra la desigualdad social y no al contrario.
  1. Plan de atención integral psicológica y pedagógica para todos los estudiantes, con la contratación de personal suficiente para hacer frente a las necesidades de cada centro de estudio.
  1. Eliminación de los promedios mínimos para acceder a las carreras universitarias, aumento radical de la matrícula para la universidad ¡No más exámenes de selección!
  1. ¡Educación pública y gratuita desde infantil a la universidad! Eliminar el mecanismo de otorgar presupuesto a las escuelas por sus resultados en las pruebas estandarizadas. Cada una de las escuelas deben ser dignas y equipadas. Ampliación drástica y aumento del monto de todas las becas y no estar condicionadas por el promedio del solicitante.
  1. Rescate de los Centros de Atención Múltiple desde básico hasta superior. Así como la contratación de personal suficiente y profesional en la rama de las múltiples discapacidades. Recuperar y fortalecimiento del proyecto de las Escuelas Normales iniciando por las rurales e indígenas y multiculturales, rechazamos la constante disminución de la matrícula en estos planteles, así como el abandono presupuestario y de infraestructura de la cual son objeto ¡Ni una Normal menos!
  1. Fomento especial a la educación indígena, enseñanza en la lengua y tradiciones de las comunidades. Creación de escuelas en las zonas alejadas equipadas y dignas, con profesores de la comunidad y hablantes en su lengua.
  1. Reapertura de los turnos vespertinos en las escuelas donde fueron eliminados. Por un proyecto que refuerce el INEA y/o la reapertura de los turnos nocturnos para la clase trabajadora desde básica hasta medias superior.
  1. Derogación total de la Reforma Educativa. Elaboración urgente de una nueva ley con la participación de la comunidad educativa que reformule por completo los contenidos, didáctica y métodos de evaluación.
  1. Incorporación a la red pública de todas las escuelas privadas, convirtiendo a los profesores en trabajadores de la enseñanza pública y garantizando la gratuidad.
  1. No más recortes. Aumento del presupuesto público a Arte y Cultura, Ciencia, Investigación y Tecnología. Requerimos educación artística y deportiva desde la escuela básica hasta la superior.

Universidad

  1. No a la enseñanza y evaluaciones en línea como norma. La educación presencial debe estar al alcance de todas y todos los estudiantes en condiciones dignas y de seguridad para nuestra salud.
  2. Que ningún estudiante sea expulsado de la universidad. Todos los estudiantes deben ser calificados con promedio probatorio. Reestructuración de los planes de estudio para que ningún estudiante se vea perjudicado por la ausencia de clases presenciales estos meses.
  3. Creación de dormitorios estudiantiles o casa de estudiantes dignos y públicos para los alumnos de provincia o de la periferia que diariamente recorremos largas distancias en transporte público hacinado, deficiente e inseguro. Nos reusamos a seguir pagando rentas carísimas o dormir en lugares degradantes que sólo especulan con nuestras necesidades.
  4. Ampliación drástica del plan de becas, en cantidad y monto, eliminar el requisito de promedio para acceder a ellas. Que todos las y los estudiantes que habían obtenido una beca este año la mantengan el próximo ciclo o semestre.
  5. Creación de miles de plazas fijas y dignificación del trabajo docente, exigimos la basificación inmediata de todos nuestros profesores de asignatura y por contrato, pago puntual, sindicalización y prestaciones.
  6. Que todas y todos los alumnos podamos realizar las prácticas profesionales íntegras que no hemos podido cursar estos meses en el próximo ciclo o semestre, con todas las horas necesarias, sin volver a ser los tramites y deben ser remuneradas, no seremos mano de obra gratis de las empresas.
  7. El plan de rescate a la educación pública debe incluir también a la universidad para garantizar nuestro derecho a la educación gratuita y de calidad.

No hay ninguna razón para que estas demandas no sean atendidas. Desde el Sindicato de Estudiantes rechazamos la excusa de que “no hay dinero” para llevar este plan a cabo, una fórmula que ya han anticipado, anunciando que el presupuesto educativo para el próximo año se congela y que las universidades estatales en quiebra no serán rescatadas ¡Sí que hay recursos y exigimos que se destinen a garantizar educación, salud y vidas dignas para todas y todos!

La lógica clasista de la educación bajo el capitalismo de volver la escuela una auténtica carrera de obstáculos que afecta a los estudiantes más humildes y expulsar así del sistema educativo a las familias trabajadoras ¡No la aceptamos! Desde el Sindicato de Estudiantes seguimos insistiendo ¡La educación es un derecho y no un privilegio!, y la vamos a defender cueste lo que cueste. Si el Gobierno no escucha las demandas del sector educativo y se niega a defender la educación pública manteniendo las mismas políticas a cargo de Moctezuma Barragán y compañía, el movimiento estudiantil y magisterial seguirá el mismo camino que hemos tomado en los últimos años en la defensa de nuestro derecho a la educación: la movilización y la lucha masiva en las calles y escuelas. Está en juego nuestra vida y futuro y no vamos a renunciar a ellos.

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