Corrupción, mentiras y amenazas
Después de no llegar a un acuerdo con el patronato, una vez iniciado el primer minuto del 15 de febrero del 2024, el Sindicato Nacional de Empleados y Trabajadores del Nacional Monte de Piedad (SNETNMP) izó la bandera rojinegra y se declaró en huelga.
Acusarlos de inflexibilidad sería injusto ya que, a pesar de los despidos injustificados de más de 400 trabajadores, la imposición de un nuevo Contrato Colectivo de Trabajo, el nulo aumento al salario desde octubre del 2020, y los constantes abusos y corruptelas del patronato, el Sindicato sólo pedía un aumento al salario del 5% para continuar en operaciones y poder seguir negociando sin afectar a los miles de mexicanos que acuden a los servicios del Monte de Piedad, que no olvidemos, es una Institución de Asistencia Privada sin ánimo de lucro.
El director general del Monte de Piedad Javier de la Calle Pardo, hablaba en 2022 sobre la inviabilidad financiera de la institución: "Si no nos transformamos, la institución tendrá que cerrar en el futuro próximo”, el patronato ratificaba que “para 2027 la institución financiera tendría que cerrar si no se modernizaba”.
Según De la Calle Pardo, los trabajadores del sindicato representan un 46.5% del gasto total de la institución. El patronato también acusaba a los trabajadores de recibir “ostentosas prestaciones” refiriéndose al sistema de pensiones, y entre otras cosas, al poder de decisión que tenían sobre ciertas acciones de la institución como, por ejemplo, el decidir si era preciso o no abrir una nueva sucursal.
Contrasta el hecho de acusar de “ostentosos” a los trabajadores que percibían un salario de entre $246.35 y $491.19 diarios, mientras los directivos perciben salarios de entre 500 mil y 300 mil pesos al mes. Así como el hecho de que a pesar de no poder abrir otra sucursal del Monte de Piedad unidireccionalmente, sí podían maniobrar con los remanentes de la institución para “comprar una financiera por mil millones de pesos” que “no genera ganancias, puras pérdidas”, según trabajadores y extrabajadores del Monte de Piedad.
Una financiera para los ricos
Los huelguistas también acusaban al patronato de querer convertir el Monte de Piedad, una institución históricamente orientada hacia los pobres, en una financiera para los ricos. La población vulnerable puede llevar una prenda de poco valor y recibir un porcentaje de este que sería recuperado reponiendo el préstamo más un pequeño interés. Piensan los trabajadores del Monte de piedad que, ahora el patronato buscaría un nuevo sujeto de consumo que pudiera solicitar un préstamo mucho mayor y así mismo poder cobrar intereses más altos.
Maniobras contra los derechos laborales
Todo parecía indicar que las intenciones de los directivos eran declarar a la institución en quiebra para así poder trasladar las sucursales con las que cuenta (alrededor de unas 330) a un sistema de empresa financiera. Además de renovar la plantilla de trabajadores (más de 2 mil 300 empleados) para poder asignar a los nuevos empleados “prestaciones base”, ya que el Sindicato ha logrado que la plantilla actual tenga derechos tales como 25 días de vacaciones y 100 días de aguinaldo.
Es evidente que, a pesar de necesitar una subida de salario, los trabajadores del Monte de Piedad han sabido arrebatar prestaciones laborales a lo largo de los años que les daban motivos para poder negociar con cautela.
El 14 de marzo se firma un convenio y la huelga termina
Pasado un mes de lucha huelguística, el Sindicato aprobó a través de una votación el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo.
Además del incremento salarial del 18%, se logró la reinstalación de los trabajadores que habían sido despedidos de manera injustificada y el pago al 100% de los salarios caídos para despedidos y huelguistas.
Con un total de 2 mil 155 trabajadores con derecho a voto: mil 816 trabajadores (84.2%) votaron a favor del convenio en contraste con los 301(13.9%) que votaron en contra.
Pero hay perdidas importantes
Por su parte, el propio Javier de la Calle se mostró entusiasmado con el convenio. El patronato consiguió modificar aspectos en el sistema de pensiones: antes un trabajador se podía jubilar con derechos plenos una vez llegado a los 24 años de antigüedad. Ahora deberá tener por lo menos 55 años o llegar a 80 años sumando la antigüedad que lleve en la empresa. Es decir que ahora un trabajador necesitaría haber trabajado desde los 20 años en el Monte de Piedad para poder jubilarse a los 55 con derechos plenos. Aparte hubo modificaciones en la jornada laboral básica que subió de 34.5 a 40 horas a la semana.
De lo que se tienen pocos detalles y seguramente sea una de las concesiones más jugosas para con el patronato es el “peso distinto” que tendrá el Sindicato dentro de la toma de decisiones de la institución.
Más allá de que el Sindicato haya logrado que se cumplieran la mayoría de sus demandas, también ha cedido cuestiones importantes y otorgado, ya veremos más adelante qué tanto, poder al patronato.
Esto es importante, pues la huelga puede presentarse como una victoria sólo con dificultad. La dirección del Sindicato, así como de la UNT, central a la cual supuestamente pertenece, ha optado por un acuerdo lesivo a los derechos de los trabajadores actuales y futuros. Si bien la huelga fue un recurso extremo, optaron por no movilizar a la base sindical, mantener la lucha aislada y a la plantilla sólo en las guardias. Sin mayor acción y con la dirección sindical negociando a la baja el resultado este, pero no era inevitable.
Con la movilización, el llamado a la solidaridad activa, no sólo mantas, y con diferentes formas de hacerse del apoyo popular, presionando al patronato, la huelga podía haber terminado de una manera diferente sin ese sabor que amarga el alza salarial. En momentos en que la burguesía se frota las manos con las ganancias en el país es más importante aún mostrar los dientes y dar la batalla con todo.
La clase trabajadora y todxs lxs agremiados sindicales deberán seguir de cerca no sólo este, sino otros movimientos proletarios. En otras coyunturas es muy probable que los nuevos gobiernos busquen arrebatar los derechos que, con sudor y sangre, ha conseguido el trabajador, mientras haya solidaridad de clase y organización, hay poder para luchar en el futuro contra cualquier desafío.