La orientación de los trabajadores no se puede reducir al tema electoral pero tampoco puede ignorarlo; los trabajadores no podemos ser indiferentes, mientras no tengamos la fuerza para tomar el poder, a la elección de aquellos que decidirán políticas que nos competen, votamos por los candidatos de los partidos creados por los trabajadores al mismo tiempo que luchamos contra esa misma burocracia a la que sometemos a prueba mediante nuestros votos luchando por un programa socialista.

Descomposición política de la burguesía

Las elecciones federales del  5 de julio, en donde se renovarán 500 diputaciones y habrá lecciones en 10 estados, se dan en medio de la mayor crisis política y económica en nuestro país desde 1995. Un contexto de desempleo creciente, inflación galopante, cierre de miles de pequeñas empresas, despidos masivos, caída de las remesas, caída en las exportaciones; la llamada “guerra contra el narcotráfico” ha hecho de México  un país con más muertos por día  que la invadida Irak; además de ello estas elecciones se darán en medio de un aguda crisis que recorre a cada uno de los partidos de la burguesía: el PRI y el PAN, hemos sido testigos de un verdadero festival de cinismo que ha desenmascarado al régimen y varios expresidentes; crisis que se extiende al PRD como una expresión de la lucha de clases manifestada en la cúpula burocrática. La fétida burocracia de derecha (Nueva Izquierda) que controla al PRD así como la política reformista de AMLO, que le ha abierto el camino a la derecha sin una lucha seria,  han generado un ambiente que se expresará en términos electorales en un apabullante nivel de abstención (que rondará muy probablemente entre el 65 y 70%) y en una campaña, que une a las sectas pseudomarxistas con los medios masivos y la pequeña burguesía, para asistir a las urnas a anular el voto. La falta de alternativa es la causante de este fenómeno que no refleja directamente el creciente movimiento obrero en un aumento proporcional al voto hacia la izquierda. En Militante creemos que mientras los trabajadores no tengamos la fuerza organizada para boicotear las elecciones por medio de la toma del poder no podemos abstenernos de la vía electoral, debemos votar por la izquierda; la anulación del voto es una táctica de la pequeña burguesía pero no del proletariado.

Un movimiento de la pequeña burguesía

En primer término es claro que este nivel de abstención expresa la bancarrota del IFE, el régimen completo, los partidos burgueses y los reformistas tanto de izquierdas como de derechas, eso es claro; pero a políticas y tácticas incorrectas hay que oponer políticas y tácticas correctas, la anulación del voto es una táctica incorrecta y contraproducente desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora. Si bien entre los promotores de la anulación podemos encontrar a trabajadores honestos que están artos de la política burguesa y de la dirección del PRD, debemos analizar la base social mayoritaria de los que llaman a anular el voto para descubrir los intereses que defienden consciente o inconscientemente; nos encontramos a un “movimiento” heterogéneo que va desde las pequeñas sectas ultraizquierdistas que gritan histéricamente al margen del movimiento obrero (de los cuales no tiene mucho caso hablar pues son un cero a la izquierda)  a la pequeña burguesía y alcanza hasta el primo de Calderón y Dulce María Sauri (ex presidenta nacional del PRI) e incluye a los “periodistas” más reaccionarios. No cabe duda que los más entusiastas en anular el voto provienen de la “clase media” apoyados de diversas maneras por gente adicta al sistema. En Puebla por ejemplo el más ferviente promotor es el primo de Felipe Calderón quien con este motivo “convoca a un concurso de cartel y video con premios de hasta 21 mil pesos” (Proceso); en Jalisco el movimiento es encabezado por gente de clase media, abogados e ingenieros “artos de los políticos”; en general los “anulistas” promueven sus ideas por medio de blogs y páginas de internet a los que sólo un 25% de la población podría tener acceso y con propuestas francamente ridículas y carentes de todo contenido político como votar por  María Felix o Aristóteles. En general el discurso de los “anulistas” habla del “poder ciudadano” y la corrupta “clase política”, discurso pequeñoburgués que ignora las divisiones de clase, no distingue entre derecha e izquierda y opta por formas de expresión individualistas e intimistas que tienden a la dispersión al mismo tiempo que es incapaz de ver la lucha de masas organizada y colectiva.

No nos engañemos: el movimiento por anular el voto es un movimiento de clase media similar a las marchas de blanco contra la inseguridad promovidas por Televisa. Sauri Riancho, el primo de Calderón, los comunicadores de derecha, que gritan en todos los tonos para anular el voto, saben perfectamente que la anulación junto con la abstención son tácticas que favorecen al PRI y al régimen pues permiten que la tendencias que dan mayoría a los partidos burgueses (la última encuesta le da al PRI 34.1% y al PAN 28.2%) se fortalezcan y que el movimiento de los trabajadores y campesinos quede al margen de la vía electoral. Algunos intelectuales de izquierda (como Lorenzo Meyer) que apoyan el voto nulo creen ingenuamente que la crisis electoral provocada por la anulación generará conciencia en la “clase política” y que dicha crisis puede abrir oportunidades de cambio; lo que estos intelectuales no ven es que a los representantes políticos de la burguesía les tiene sin cuidado el que una minoría de la población vote por ellos, lo que el régimen quiere es un congreso totalmente controlado por las “prostitutas políticas” de la clase dominante sin importarles en lo más mínimo que lleguen con unos cuantos votos, quieren un congreso en donde puedan aprobar la reforma a la Ley Federal del Trabajo, el IVA en alimentos y medicinas, las privatizaciones, etc. La anulación del voto no sólo no evita mayor corrupción sino permite que los corruptos partidos burgueses controlen las cámaras sin oposición alguna; el heterogéneo y pequeñoburgués movimiento por la anulación representa una vía individual de desfogue emocional para la indignación pero por su naturaleza es incapaz de dar una lucha organizada y menos aun un programa político definido y coherente, su dispersión va a parar en el programa político y coherente de la burguesía.

El movimiento de masas es la salida

La única fuerza capaz de barrer con la podrida política burguesa es el movimiento organizado de la clase obrera y los sectores explotados por el capital, mientras esta fuerza no esté unificada y promueva una huelga general para derrocar a los políticos burgueses no puede dejar que los políticos más reaccionarios ocupen las cámaras por la sencilla razón de que en este lugar se aprueba la suerte de la mayoría; Lenin había señalado ya que mientras los comunistas no tengamos el apoyo de la mayoría de la clase y estemos en condiciones de tomar el poder el boicot electoral es un procedimiento contraproducente, los obreros (y los comunistas como su sector consciente) deben llamar a votar por los diputados y candidatos de los partidos ubicados a la izquierda y que cuentan con una expectativa por parte de las masas para que estos dirigentes reformistas sean sometidos a prueba y las masas abran sus oídos a las ideas comunistas.

Resulta paradójico que en un momento de asenso de la lucha sindical (Mineros, Maestros), la lucha obrera en general y con la existencia de un poderoso movimiento de masas en torno a la defensa de la economía popular, el PRD esté abajo en las encuestas (un miserable 11.3%) y una burocracia de derechas controle el partido, en ese sentido la baja participación electoral no refleja directamente el ánimo de lucha de amplios sectores de los trabajadores, hace falta el pistón que oriente el vapor en la dirección correcta. No cabe duda que la abstención y el llamado a la anulación es también un castigo a la política entreguista de Nueva Izquierda, muchos activistas saben que Jesús Ortega llegó a la dirección del PRD mediante un fraude apoyado por Calderón. Los responsables principales de la caída en las encuestas del PRD son los agentes de Calderón, Jesús Ortega y su mafia que hacen todo lo posible por destruir al PRD. Sin embargo tenemos que señalar que la política de AMLO le ha facilitado el camino a la derecha; ha sido incapaz, con el movimiento de masas más importante desde Lázaro Cárdenas, de  recuperar los comités de base del PRD (ni siquiera un llamado), convocar a una asamblea extraordinaria, democratizar al partido y expulsar a los parásitos de derecha; no lo ha hecho porque a AMLO le conviene indirectamente la derecha del partido para justificar su tibieza política y tener un pretexto frente al movimiento de masas, la derecha e izquierda reformista son los dos polos necesarios del oportunismo. No hay razones objetivas para que la derecha del partido que sólo se representa a sí misma y a los intereses de régimen este en la dirección, sólo factores subjetivos (tales como la política de AMLO) han permitido esta situación. A pesar de ello un sector importante de las masas instintivamente le han puesto una paliza a nueva izquierda en las elecciones internas del PRD en el DF, lo que muestra que con una dirección consciente las masas podrían arrebatar el partido a la burocracia, es un hecho que hay un movimiento sin precedentes en muchos años en torno al PRD (comités, círculos de discusión, etc), las masas aún ven con ojos de esperanza el movimiento en torno a AMLO y por ello es nuestra obligación explicar pacientemente estas ideas al interno del movimiento y hombro con hombro con él. 

Lamentablemente AMLO es presa de su política reformista, a pesar de alagar a las masas en cada mitin, desconfía del movimiento que lo puede rebasar por la izquierda y ese miedo determina toda su táctica frente a las elecciones. En lugar de llamar a rescatar al partido y votar por el PRD ha contribuido con su dosis de confusión llamando a votar en los estados por el PT y Convergencia y en el DF por el PRD. Sin embargo en la práctica lo que se logrará será dividir el voto de la izquierda, el PT y Convergencia sólo lograrán mantener el registro pero dividirán el voto que pudiera haber ido al PRD; en la mayoría de las elecciones el PT obtiene apenas unas décimas de punto en las preferencias electorales, en la práctica el voto al PT redituará en más candidatos para el PRI y el PAN. Es probable que AMLO sepa esto pero lo único que le interesa es mantener el registro de estos partidos como una tabla de salvación en caso de no lograr la candidatura para el 2012, lo que determina su táctica no son los intereses de movimiento sino su candidatura cuando la única manera en que puede ser candidato con posibilidades de ganar en 2012 es movilizar a las masas y limpiar el partido.

Vota al PRD y lucha por el socialismo

Frente a ello creemos que, en general, es un error desviar el voto del PRD hacia otros partidos como el PT y Convergencia. Es verdad que la mayoría de los candidatos a diputados por el PRD son de Nueva Izquierda pero en términos de elevación del nivel de conciencia de las masas servirá que la dirigencia de derecha del PRD se vea con las manos quemadas en su operación de los intereses burgueses porque quedará más claro que nunca que la alternativa que queda es limpiar al PRD con una escoba proletaria expulsando a los agentes de Calderón del PRD, en ese sentido no es lo mismo que el IVA en alimentos, por ejemplo, sea votado por el PRI y el PAN a que sea votado también por los diputados de Nueva Izquierda, con ello AMLO tendrá cada vez menos pretextos para no orientar el movimiento de masas al interno del PRD. Las masas aprenden de la experiencia y deben someter a prueba a sus dirigentes. Esta táctica debe estar siempre bajo una perspectiva de clase llamando a votar por el PRD al mismo tiempo que llamamos a retomar el partido, democratizarlo y dotarlo de un programa revolucionario. Los que creen que esto es imposible menos aún pueden creer que la clase obrera sea capaz de tomar el poder (ni siquiera creen que pueda tomar y recuperar su partido), pero los prejuicios de los que no ven el movimiento de masas no debe determinar la política obrera. En todo caso sabemos que la lucha no se puede reducir a la vía electoral sino sobre todo debe orientarse a la preparación de una huelga general, la toma de fábricas bajo control obrero y el frente único de trabajadores para derrocar al gobierno de Calderón.  

La orientación de los trabajadores no se puede reducir al tema electoral pero tampoco puede ignorarlo; los trabajadores no podemos ser indiferentes, mientras no tengamos la fuerza para tomar el poder, a la elección de aquellos que decidirán políticas que nos competen, votamos por los candidatos de los partidos creados por los trabajadores al mismo tiempo que luchamos contra esa misma burocracia a la que sometemos a prueba mediante nuestros votos luchando por un programa socialista. Las masas sacarán conclusiones de la actitud de estos por quienes hemos votado y con consignas y tácticas adecuadas por parte de la vanguardia obrera girarán a la izquierda y obligaran a sus dirigentes a ponerse a la altura de sus aspiraciones o los sustituirá por otros; sólo de esta manera se construye el futuro partido revolucionario, aquellos que se quejan ante estas dificultades demuestran que no están en condiciones de construir nada. Nosotros creemos que los trabajadores no sólo tienen el potencial de derrocar al capitalismo sino incluso de someter a prueba a sus dirigentes y transformar de arriba abajo sus propias organizaciones, esta perspectiva es lo único que determina nuestra política., entonces votemos por el PRD y luchemos por un programa socialista.


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