Cuando Marx afirmaba que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”, no se refería a una alegoría abstracta, más bien, hace referencia a que todo proceso (histórico) lleva en sí mismo una pugna de intereses entre la clase poseedora y las y los desposeídos, una pugna en la que los intereses de ambas partes, que son completamente irreconciliables, se muestran en su versión más intensa y radical.

Tal es el marco bajo el cual se está dando, en este momento, la lucha de profesoras y profesores por lograr que el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) del personal académico de la UNAM sea digno y no reproduzca las desigualdades que han caracterizado al trabajo docente en la máxima casa de estudios.

Ante este panorama, es importante contextualizar y hacer un breve recuento de lo que ha pasado en los últimos meses, para dar pie a una táctica que permita al conjunto del profesorado organizado, alcanzar un CCT que elimine la histórica brecha salarial entre profesorxs, investigadorxs, la casta burocrática dorada, y los funcionarios.

Legitimación de CCT ¿En qué consiste?

En 2019 se aprobó una modificación a la Ley Federal del Trabajo (LFT), auspiciada en el tratado comercial del T-MEC (principalmente en el apartado 23, que establece un capítulo entero dedicado a cuestiones laborales). En esta nueva reforma a la LFT, se prestó particular atención a la cuestión de la democracia sindical, particularmente lo relacionado con los derechos que tenemos los trabajadores para poder elegir libremente nuestro sindicato, nuestros representantes y nuestro CCT.

Ante la ausencia de alternativas esto ha sido tomado con las dos manos por miles de trabajadores para dar una batalla contra las burocracias sindicales y mejorar las condiciones de trabajo, ya que México se ha caracterizado por poseer sindicatos tradicionalmente subordinados tanto a las empresas (patrones) como al Estado, de manera que los derechos laborales de sus afiliadas y afiliados pasaban siempre a un segundo plano, poniendo por delante los intereses patronales.

Así, desde 2019 y aparentemente culminado en el presente año (2023), la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) tuvo que exhortar a que todos aquellos sindicatos que poseen la titularidad de un CCT a ratificarlo entre sus trabajadores, es decir, realizar consultas abiertas, con voto libre y secreto de lxs trabajadorxs, para ver si realmente querían seguir con el CCT que habían tenido hasta ese momento, y por extensión, si querían continuar con el sindicato titular como representante de sus intereses para el futuro.

En general, los resultados del proceso de consulta-legitimación tuvieron resultados previsibles, pero poco alentadores. En total, únicamente se legitimaron cerca del 15% de los CCT a nivel nacional. Entre otras cosas, porque no se alcanzó el mínimo requerido en varios centros de trabajo para lograr dicha legitimación (se solicitaba el cincuenta y un por ciento del padrón total inscrito de trabajadores). Este último caso corresponde a la situación de la UNAM.

Las AAPAUNAM no lograron el mínimo indispensable en la primera vuelta

El titular del CCT del personal académico en la UNAM es la Asociación Autónoma del Personal Académico de la UNAM (AAPAUNAM) fundada en 1975 que, desde un inicio, se mostró como la opción preferida por parte de los rectores y patronato universitario para auspiciar la titularidad del contrato de profesoras y profesores. En este caso, como se trata de una asociación creada por el mismo patronato, se le denomina “sindicato blanco”, o sea, sindicato pro patronos

Las denuncias por desamparo de esta asociación hacia las y los profesores son innumerables, pues justamente la intención inicial de ésta es proteger los intereses del patronato y la rectoría universitaria y dividir a los trabajadores académicos del resto del personal.

Sin embargo, la situación de la legitimación del CCT vino a poner algunas cartas sobre la mesa sobre la situación de las AAPAUNAM y su inexistente defensoría de lxs trabajadorxs académicos.

En un histórico proceso de consulta celebrado hace apenas en febrero, las AAPAUNAM recibieron un duro golpe al no contar, ni siquiera, con el 30% de los votos del total de profesoras y profesores de la UNAM. No podía ser de otra forma, pues tras 43 años de titularidad del CCT, las AAPAUNAM son más bien conocidas por ser una organización mafiosa, corrupta, más preocupada por los negocios que maneja (como restaurantes y tiendas varias) que por las condiciones laborales de aquellxs a quienes dice representar.

La respuesta, por tanto, dejó en claro que las y los profesores en la UNAM no sólo no quieren a las AAPAUNAM, sino que además las desconocen en muchos casos.

¿Segunda vuelta? ¡Organizar el descontento!

Ante esta situación, que en otros casos fue motivo suficiente para declarar como ilegítimo el CCT, la STPS concedió a las AAPAUNAM una segunda oportunidad para celebrar la consulta y así legitimar el actual contrato. La segunda vuelta se celebrará del 22 al 27 de mayo, pero incluso las irregularidades actualmente cometidas por las AAPAUNAM son, hasta el momento, motivo suficiente para declarar inconsistente la consulta.

Algunas de estas irregularidades son: la consulta está programada en la STPS para durar únicamente un día (el 22), las AAPAUNAM sacaron un comunicado diciendo que darán regalos por el día del maestro (que ya pasó) durante la semana del 22 al 26, a la vez que la fecha de cobro del profesorado es el 25 de mayo. Todo esto, a su vez, atravesado de una dura campaña de descrédito hacia quienes pugnamos por votar por el no en la consulta, una campaña mediática sucia y cobarde que demuestra la desesperación de las AAPAUNAM por conseguir una legitimidad que en más de cuatro décadas no han logrado tener.

Además, es indignante ver en todos los campus de la Universidad una cruzada inmensa de carteles gigantes a diversos colores y de buena calidad llamando al SÍ por parte de las AAPAUNAM, ojalá ese gasto de recursos y de agitación propagandística se hiciera a la hora defender los derechos de las y los académicos. Sin embargo, las AAPAUNAM no ha rendido cuentas de un promedio de $20,000,000 (veinte millones de pesos anuales) sólo por concepto de cuotas sindicales, durante sus años de existencia.

Ante este panorama, el principal opositor a la legitimación del CCT es el recientemente creado SITTAUNAM (Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Académicos de la UNAM), un sindicato de corte independiente que busca hacer contrapeso a la patronal universitaria, mismo que entre campañas mediáticas de información, conferencias en los centros de trabajo, carteles y volantes, ha intentado sembrar una semilla de conciencia entre el profesorado para lograr un proceso histórico de repudio a las AAPAUNAM y su contrato colectivo

La viabilidad y congruencia del sindicato se calará en la práctica, demostremos diferencia en todos los sentidos, no sólo con las AAPAUNAM sino también de las malas y viejas prácticas del sindicalismo tullido y rutinario, por eso debemos reivindicar un sindicalismo asambleario, de movilización, feminista y revolucionario, consecuente y coherente, que no se quede en discursos.

Es menester, en este momento, organizar la rabia y el descontento que ha existido en las últimas décadas y decantar todo ello, en un primer momento, hacia el NO en el proceso de consulta. En un segundo momento, será importante plantear un nuevo CCT en asambleas locales que pueda ser discutido y votado por la mayoría de profesoras y profesores en la UNAM. Entre otras cosas, se debe buscar:

-          Aumento salarial, basta de salarios de hambre, que ningún profesor o profesora gane menos de doce mil pesos mensuales.

-          Una basificación inmediata para todo el profesorado (que en este momento representa al setenta por ciento de la plantilla docente).

-          Incrementos anuales por encima de la inflación acumulada.

-          Prestaciones dignas que complementen el salario percibido. Seguridad social para todxs.

-          Centros de cuidado infantil en cada centro de trabajo para que las profesoras y estudiantes puedan dejar tranquilamente a sus hijxs mientras laboran o estudian.

-          Reducir el salario de los altos funcionarios, empezando por el rector, así como de lxs directivos de cada plantel.

Estas, y otras demandas que presentamos no son utópicas, son los derechos básicos que como clase trabajadora merecemos, y únicamente podremos conquistarlas a través de la lucha organizada y democrática del conjunto del profesorado en la universidad, nunca se nos ha regalado nada por parte de los patrones y mucho menos por la UNAM.

El miedo y las amenazas por parte de lxs directivos y el patronato nos ponen en situación de desventaja siempre que nos encontremos separadxs y sin un programa claro y combativo, pero uniéndonos y defendiendo demandas claras que representen el sentir de la base trabajadora académica podremos aspirar una mejor universidad, donde lo central sea la educación pública emancipadora y al servicio del pueblo, no de los intereses privados.

Por todo lo anterior, invitamos a que toda la comunidad universitaria se una en esta jornada que es de lucha para demostrar que la rabia y el descontento puede poner un alto a las injusticias y flexibilidad laboral de las y los profesores de la UNAM.

Únete al mitin convocado por el Sindicato de Estudiantes que celebraremos el próximo lunes 22 de mayo en la explanada baja de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales a las 13:00 horas

¡Por la dignificación del trabajo docente!

¡La profesora luchando también está enseñando!

¡NO AL CCT DE LAS AAPAUNAM!


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