La crisis económica ha tenido como epicentro a los Estados Unidos (EEUU), mismo que vio la manera en que su Producto Interno Bruto (PIB) colapso en 2009 al contraerse 2.4%, impactando gravemente la económica mexicana dada su extraordinaria dependencia del imperialismo yanqui, destino éste último del 85% de las exportaciones nacionales y país de origen de mas del 50% de las Inversiones Directas Extranjeras (IED) que llegan nuestro país: en 2009, respecto al año anterior, las exportaciones mexicanas cayeron 21.2% y la IED se redujo 50.7%; por su parte el PIB sufriría su peor descalabro en 70 años al decrecer 6.5%. De todo ello los trabajadores sacarían la peor parte pues de acuerdo a la Asociación Latinoamérica de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios (ALAMPYME) durante ese mismo año quebrarían 500 mil medianas y pequeñas empresas derivando ello n el despido de millón y medio de trabajadores. (La Jornada 22122009) Este balance contradice las maquilladas cifras del secretario del trabajo, Javier Lozano, quien sólo reconoce 189 mil 271 despidos durante 2009.

En los últimos 20 años los EEUU había estimulado a la economía mundial consumiendo cantidades ingentes de mercancías producidas en prácticamente todo el planeta; para México, dada su ubicación geográfica y su mano de obra barata, tal situación fue especialmente ventajosa. Pero ahora todo se ha transformado en su contrario ya que al mismo tiempo que los EEUU importaban mercancías de todo el mundo, su industria no cesaba de producir; y mientras el mercado interno de esa nación pudo palear dicha contradicción las cosas lograron marchar, sin embargo todo eso llegó a sus límites  con la saturación del mercado yanqui el cual se mostró en adelante incapaz de seguir desempeñando el papel que había jugado durante los últimos años como el más importante consumidor de mercancías del orbe, transformando al mismo tiempo de esa manera a nuestro vecino del norte en el principal motor de la economía mundial. Por consecuencia finalmente dicha contradicción terminaría manifestándose amargamente en 2007 tras el estallido de la crisis de la hipotecas subprime, marcándose así el inicio de la actual crisis del capitalismo mundial. 

El desarrollo de la crisis ha sido contradictorio pues al mismo tiempo que naciones como Grecia e Irlanda se encuentran al borde de la bancarrota, por otro lado vemos a China que sigue creciendo. Para el caso de México, el cual ha oscilado de su peor colapso en 70 años de historia en 2009 al 5% de crecimiento estimado en 2010, lo contradictorio de este proceso ha dado lugar a reiteradas declaraciones de Calderón señalando que nuestro país ha dejado atrás definitivamente la crisis y se enfila hacia el desarrollo. Aparentemente este éste último resultado del PIB le da la razón a Calderón, sin embargo las cosas no son tan así.

El tercer trimestre del 2009 representó el final de 18 mese consecutivos de recesión para los EEUU, durante ese trimestre su economía crecería en un 3.5% para un trimestre después escalar hasta los 5.6%, sin embargo a pesar de ello la economía yanqui culminaría ese año en medio de una aguda contracción del 2.4%. Para México ello representó un cambio significativo ya que a mediados de ese mismo año nuestro país ya había padecido una contracción del 8.2% en el primer trimestre seguida de otra aún más profunda del 10.3% en el segundo trimestres. Un mejor ritmo económico de los EEUU “suavizó” la caída en el tercer y cuarto trimestre al lograrse contracciones en el PIB del 6.4% y 2.03%, respectivamente. En ese contexto, ya en 2010, es en el que el PIB mexicano se desarrollaría en un 5%.

No obstante, y a pesar de dichos resultados, el tipo de recuperación en México ha estado plaga de contradicciones y está lejos de permitir señalar con certeza que nuestro país ha dejado de lado el riesgo de una nueva recesión y se enfila hacia un desarrollo firme, tal como reiteradamente lo señala Calderón.

Exportaciones e industria

Entre enero y septiembre del 2010 las exportaciones mexicanas acumularon 216 mil 800 millones de dólares, representando ello un crecimiento del 34% en comparación al mismo periodo del 2009. La perspectiva es la de que al finalizar el 2010 éstas hayan totalizado un crecimiento del 33.7%. Sin embargo el panorama continúa siendo incierto pues desde el 43.9% alcanzado en mayo, el ritmo de las exportaciones decreció hasta ubicarse en un 20.8% en septiembre.

La producción industrial estimulada por las exportaciones alcanzó su mayor repunte en junio pasado (8.2%), sin embargo éste resultado se mantiene 3.6 puntos abajo del nivel más alto alcanzado antes de la crisis.  Además el avance de este sector no ha sido homogéneo pues se ha basado principalmente en las manufacturas, las cuales crecieron durante el primer semestre un 11.6% (y al interior de éstas en la industria automotriz, la cual creció 76.8%), mientras la industria de la construcción en mayo pasado reportaba 22 meses consecutivos en “caída libre”, de acuerdo a los empresarios del ramo.

Incluso para la industria automotriz el panorama es contradictorio pues Volkswagen de México señala que en 2010 fabricaría sólo 435 mil unidades, más que los 320 mil autos fabricados en 2009 pero menos de las 450 mil unidades del 2008. Volkswagen de México señala que la cantidad de autos que se fabricarán en 2011 también será similar a la del 2010.

Tras ese significativo repunte de junio, ahora la producción industrial reporta crecimientos mucho mas moderados  que van del 6.6 al 3.7% en septiembre y octubre respectivamente.

Inversiones

Es cierto que la IED ha mejorado significativamente al acumular durante el primer semestre del año 12 mil 238 millones de dólares, cantidad superior al ingreso de todo 2009 y que alcanzó los 11 mil 900 millones de dólares; además se estima que la IED en 2010 escale hasta los 18 mil 857 millones y en 2011 a los 19 mil 913 millones. No obstante, de lograrse esas cantidades, el resultado aún será menor al del 2007 cuando la IED llegó a los 23 mil 230.2 millones de dólares.

Además a lo largo del primer semestre del 2010 se reportaron fugas de capitales por 9 mil 988 millones de dólares a través de empresarios y particulares mexicanos que transfirieron capitales al extranjero. Si bien es cierto que esta cantidad es menor en un 33% del 2009, también por otro lado no es desdeñable el hecho de que esa cifra al mismo tiempo represente aproximadamente la mitad de la IED estimada para 2010, cuestión que por sí misma es preocupante.

Otra paradoja que se agrega es el hecho de que el 26 de agosto pasado la Bolsa Mexicana de Valores cerraría operaciones con una pérdida del 0.75%, quedando el Índice de Precios y Cotizaciones en 31 mil 127.99 puntos. De acuerdo a los analistas para ese momento “éste nivel indica que todas las ganancias en el mercado local de valores durante 2010 han quedado eliminadas, incluso, la bolsa registra pérdidas nominales del 2.80% respecto a los valores que tuvo al término de 2009”. (La Jornada 27082010)

El PIB

También hay que destacar que el valor total del PIB durante el segundo trimestre, periodo en el que se logró el crecimiento más alto en 2010 con un 7.6%, fue de 8 billones 753 mil 916 millones de pesos, cantidad aun inferior a los 9 billones 40 mil 647 millones alcanzados el segundo trimestre del 2008, antes de que la crisis estallará en nuestro país.

Si bien durante el primer semestre del 2010 el PIB experimentó un crecimiento que pasó del 4.3 del primer trimestre al 7.6% logrado un trimestre después, ahora las cosas marcha en sentido contrario pues entre julio y septiembre el crecimiento se ubicó en 5%, finalizando, según estimaciones, en un 4% en el cuarto trimestres. 

Empleo

Sobre el desempleo las cifras también son contradictorias: al tiempo que la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) señala que de enero al 30 de noviembre se registraban 980 mil nuevas plazas, por otro lado un balance comparativo entre los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de finales del 2009 (44 millones 535 mil 314 personas trabajando) y los del primer trimestre del 2010 (43 millones 633 mil 759 personas ocupadas) indica que entre enero y marzo se periodo se perdieron 901 mil empleos.

Por otro lado en octubre pasado la tasa de desempleo se ubicó en los 5 puntos, para después remontar hasta los 5.8% en noviembre.  Además se pronostica que éste índice al terminar 2010 será del 5.36% y en 2011 del 5.14%. De nuevo comparemos resultados: en enero del 2009 la tasa de desempleo se ubico en los 5%, siendo considerado en aquel entonces el nivel más alto el los últimos 12 años; después durante el segundo trimestre de ese mismo año, cuando el PIB experimentó su peor colapso al contraerse en un 10.3%, el desempleo alcanzo el 5.2%. Es evidente que todos esos porcentajes contradicen el discurso oficial. Como podremos ver, salvo el resultado de octubre de éste mismo año, que es idéntico al de enero del 2009, noviembre y la perspectiva para 2010 y 2011 arrojan porcentajes superiores al logrado en el segundo trimestre del 2009 cuando se presentó el peor registro del PIB en décadas.

La problemática del desempleo en 2010, a pesar del crecimiento logrado en éste año, es muy similar al que se tenía un año antes. De hecho el escepticismo ya es visible entre la burguesía e incluso en el gobierno pues los cálculos de la propia STPS sobre la generación de empleos para 2011 oscilan entra las 500 y 600 mil nuevas plazas; por su parte el vaticinio de la Concanaco es de 530 mil plazas. De cumplirse esas perspectivas, realmente muy poco se habrá solucionado pues ese medio millón de empleos se tendrán que repartir entre los 2 millones y medio de desempleados que oficialmente reconocen el gobierno y el millón 300 mil jóvenes que cada año se integra al mercado laboral. Pero si tomamos en cuenta que el desempleo real es de 8 millones de mexicanos (La Jornada 03092010)  ese medio millón de nuevos empleo para 2011, en caso de ser alcanzados, nada habrán solucionado.

Perspectiva económica

Un reconocimiento tácito de la seria debilidad de la recuperación es la línea de crédito solicitada por Calderón al Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado 14 de diciembre por un monto de 73 mil millones de dólares. De acuerdo a Calderón esta medida tiene un “carácter precautorio” para proteger a la economía “contra cualquier turbulencia externa”. Con esta medida el gobierno contaría con un “blindaje económico” que, sumado al monto actual de reservas internacionales (130 mil millones de dólares), se aproxime a los 200 mil millones de dólares.

México está fuertemente atado al de los EEUU, el cual desde mediados de 2010 ya presenta un menor ritmo económico. De hecho la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) señala que las exportaciones se mantendrán estacadas en 2011 al crecer ese año solamente 1%.

La perspectiva trazada en octubre pasado por el FMI para el 2010 ubican al PIB de los EEUU con un crecimiento del 2.6%  al mismo tiempo que señala  que “las perspectivas para Estados Unidos son inciertas” durante el 2011. Las expectativas trazadas por el Bank of America-Merrill Lynch para dicho año son de un crecimiento del 2.3%.

Los contradictorios resultados de México en 2010 demuestran que el crecimiento alcanzando hasta el momento por los EEUU no ha sido suficiente, derivando ello en una base para la recuperación económica particularmente frágil, fenómeno que ahora representa más peligros dado que la principal potencia capitalista da muestras de una tendencia hacia un menor ritmo de crecimiento. Pero el anterior no es el único problema para México, también lo es el hecho de que el imperialismo yanqui está fincando la mayor parte de sus expectativas de recuperación en el mercado externo con el objetivo de reducir su gigantesco déficit comercial.

Para que México se recupere se necesita que el mercado interno de los EEUU se reactive pudiendo éste último tener un aún mayor impacto positivo sobre nuestras exportaciones, sin embargo por el momento no se puede esperar ésta clase de resultados pues el desempleo en territorio yanqui roza el 10%; porcentaje cuestionado por Robert Reich, ex secretario del trabajo con Clinton, quien asegura que en realidad el desempleo es del 22%.

De acuerdo a los analistas para que el desempleo en los EEUU disminuya se necesita un crecimiento sostenido del 5% a lo largo de un año, pero bajo las condiciones actuales ello se presenta como una perspectiva poco probable en el mediano plazo. Eso lo sabe la administración de Obama la cual es consiente de que el camino del mercado interno está descartado por el momento, y por ello su apuesta hacia el mercado externo  se ha fortalecido.

Los EEUU han depreciación el dólar abaratando con ello el precio de sus exportaciones: tan solo desde el 7 de julio pasado, cuando presento su cotización más alta, el dólar se ha depreciado en un 6.6%. Si embargo esto no ha sido suficiente y ahora Obama pretende ir más lejos propiciando una mayor devaluación competitiva de la divisa yanqui inyectando la circulación de 600 mil millones de dólares. Además, una medida proteccionista adicional para hacer  más competitivas a las exportaciones yanquis, es el reciente recorte masivo de impuestos aprobada por el Senado, a través de las rebajas tributarias que vencían originalmente a finales de 2010. La iniciativa, la cual se extenderá durante dos años más, pondrá a disposición de la industria norteamericana buena parte de los 858 mil millones de dólares que costará para las fianzas de la administración de Obama la Ley de Recorte de Impuestos.

Para los socios comerciales de los EEUU como México, las anteriores medidas representan un golpe directo para su estabilidad económica. Pero EEUU no tiene otro camino, o ataca o de nuevo se hunde en la recesión con la fuerte posibilidad de que la próxima vez sean más catastróficos los resultados.  El crecimiento de los EEUU en 2010, estimado en un 2.6%, también ha sido bastante contradictorio pues a pesar de éste resultado su déficit comercial se incrementó acumulando un monto de 614 mil millones de dólares tan sólo en los primeros diez mese del 2010; esa suma representa más del doble del saldo desfavorable registrado por dicho rubro durante ese mismo lapso del 2009.

En este marco la producción industrial yanqui, que en el primer semestre 2010 creció 7%, para tres meses después escalar hasta el 9.1%, ha terminado por experimentar un menor ritmo que la ubicó en el 4.8% durante el tercer trimestre. 

Por el momento la estrategia de Obama ya ha rendido algunos frutos pues las exportaciones de los EEUU lograron en octubre pasado su valor más alto de los últimos dos años con ventas record a China y a México, lográndose durante ese mes la reducción del déficit comercial en un 13.2%.

No es descartable que el fenómeno de octubre se transforme en una tendencia que haga aún más lenta y tormentosa, y aún más contradictoria, la recuperación en México; pero las cosas podría ser peor si la administración de Obama siente que necesita profundizar esa clase de medidas para asegurar una más rápida recuperación, máxime ante la amenaza de un probable colapso económico de la unión europea.

En 2010, cuando la economía yanqui presentó un mayor ritmo al que se pronostica para el 2011, los resultados en México, a pesar del crecimiento del 5%, han sido contradictorios y pocos satisfactorios, dejando al país en una posición aun lejana al punto en que se encontraba antes de que estallará la crisis. Sin embargo, dada la limitada recuperación económica de los EEUU, la cual además ha disminuido su ritmo, ahora se abre la una perspectiva para México de una recuperación aun más lenta y larga, la cual tendrá que transitar por periodos de estancamiento e incluso recaídas. Pero si el déficit comercial de los EEUU sigue creciendo con el mismo rimo del 2010, año en el que se duplicó a pesar del crecimiento del PIB, a la par que su ritmo económico continúa decayendo, estoces se abre la posibilidad de una nueva recesión por parte de la principal potencia capitalista traduciéndose ello en una nueva y profunda catástrofe para la economía mexicana.

Lucha de clases

La crisis económica ha impactando seriamente las finanzas del Estado provocando recortes en el presupuesto que, sumando los ajustes del 2010 y los programados para 2011, ya alcanzan los 150 mil millones de pesos, todo ello en detrimentos de los servicios y programas sociales del Estado orientados hacia las familias trabajadoras del campo y de la ciudad.

Las finanzas del Estado están fuertemente presionadas y las perspectivas para que dicha situación cambie se ven más que complicadas, pues además de un crecimiento insuficiente otro presión adicional es el costo de recurrir al endeudamiento como una medida para paliar los desequilibrios fiscales; bajo esta lógica es que a lo largo de los primeros cuatro años del gobierno de Calderón y hasta noviembre del 2010, la deuda total del Estado acumuló los 4 billones 179 mil millones de pesos, representando ello un crecimiento del 90.7% durante ese lapso. Dado ello el gobierno ha tenido que programar para el 2011 240 mil 178 millones de pesos para el pago de deuda. Necesariamente las presiones de la deuda seguirán derivando en ajustes y recortes para la educación y salud públicas, el campo y demás programas sociales, siendo todo ello un elemento más de empobrecimiento masivo.

Las finanzas del Estado no sólo están objetivamente imposibilitadas para comprar la paz social sino que además son más combustible para la polarización entre las clases sociales; a ello se agrega otra combinación bastante volátil: salarios pobres y carestía de la vida.  El incremento del salario mínimo para 2011 fue del 4.1%, es decir, para la zona “A”, que es del nivel más alto, el alza salarial fue de 2 pesos con 34 centavos, pasando el salario mínimo de 57.45 a 59.80 pesos diarios; ello paralelamente al aumento del precio de la tortilla, alimento clave para la dieta de dos tercios mexicanos, de 8 a 12 pesos por kilo. De hecho la canasta básica de 40 alimentos se encareció a lo largo de todo 2010 en un 13%.

No existes una relación mecánica entre economía y lucha de clases, sin embargo en última instancia la base material de la sociedad es el factor que determina los derroteros de la lucha de clases. Y por lo que a la reproducción material del atrasado y dependiente capitalismo mexicano corresponde, es difícil percibir un resquicio que le permita generar un mínimo de bienestar social como para distensar la enorme polarización social en México. Lo que hay frente a nosotros es una receta acabada para la lucha de clases.

Se trata de una situación que incluso ha tenido que ser reconocida por algunos representantes de la burguesía quienes han advertido reiteradamente sobre el peligro en México de un “estallido social”, por emplear las propias palabras de dichos personajes. Tal es el caso de las declaraciones del 29 de agosto del 2009 del entonces secretario  de Desarrollo Social y hoy titular de la SHCP, Ernesto Cordero; mismas declaraciones haría quien en esa fechas, octubre del 2009, aun se desempeñaba como gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz. Y posterior mente, en febrero del 2010, el ex presidente Luis Echeverría también advertiría sobre dicho riesgo. Resulta imposible pronosticar un plazo o una fecha para que ese tipo de acontecimientos se repitan en nuestro país, pero lo que es un hecho es el de que esa es la tendencia general de la sociedad la cual sólo puede ser revertida con altos índices de crecimiento económico, mismos que simple y llanamente están descartados al corto y mediano plazo.

El capitalismo está agotado y ya no puede ofrecer más que barbarie. Además, como explicó Lenin, la pradera está seca y una chispa podría incendiarla. Bajo estas condiciones resulta doble la necesidad de un programa de lucha en el que se vean reflejadas demandas como más empleos y salarios de calidad, contra la carestía de la vida, por la reactivación del campo, etcétera, todas ellas atadas a la lucha por el socialismo, o sea a una lucha que también derive en la expropiación de los empresarios y el derrocamiento del Estado burgués, representado en estos momentos por Calderón.

Los sindicatos, López Obrador, los comités del gobierno legitimo, la base militante del PRD y demás partidos de izquierda, junto a las organizaciones campesinas y estudiantiles, para poder enfrentar con mayor certidumbre de éxito, tendrían que impulsar un Frente Único contra la burguesía adoptando un programa como el antes expuesto.

Bajel capitalismo los trabajadores estamos condenados a todas las adversidades producto de  las crisis recurrentes del capitalismo. Se trata de un círculo vicioso que sólo deriva en más pobreza, desempleo y todas las lacras sociales que los trabajadores y nuestras familias padecemos. Un ejemplo critico de ésta último realidad el es fenómenos del narco, el cual encuentra un contexto más que favorable para su reproducción en medio de la miseria que cunde en todo México y que se extiende a más de 50 millones de personas.

Mientras la realidad económica de nuestro país no cambie radicalmente este tipo de lacaras sociales se continuarán recrudeciendo. El capitalismo está totalmente desarmado para evitar que eso suceda, por ello la única solución definitiva a ese y todos los problemas que padecemos consiste en que los trabajadores tomemos en nuestras manos nuestro destino derrocando al régimen burgués por medio de una democracia obrera y expropiando al capital para poner toda la riqueza de la sociedad y su potencial productivo al servicio de las familias obraras y de campesinos pobres.

Camarada trabajador, únete a Militante y lucha por el socialismo.


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