Recientemente Andrés Manuel López Obrador hizo pública su intención de integrar a Juan Ramón de la Fuente a su gabinete presidencial en caso de ganar las elecciones federales de julio. La propuesta de AMLO se ha basado en el supuesto prestigio que el también ex rector de la UNAM tuvo al frente de la institución educativa más importante de América Latina durante el periodo 1999-2007. Pero esta decisión, lejos de fortalecer los lazos entre el candidato de la izquierda y los estudiantes universitarios, genera mayor confusión y desmoralización, pues significa el sometimiento de la política del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) a los intereses de las élites y la burocracia universitaria.

De la Fuente fue puesto al frente de la UNAM en noviembre de 1999 por órdenes del entonces presidente Ernesto Zedillo, con la única intención de aplastar al movimiento estudiantil de 1999-2000 por medio de la represión. Abandonando el cargo como secretario de Salud federal, inició sus funciones utilizando una política de choque para combatir a las decenas de miles de jóvenes que por entonces luchaban contra el incremento de cuotas y la defensa de la educación pública. El resultado de estas medidas derivaron en la ocupación policiaco militar de todos los planteles de la UNAM el 6 de febrero del año 2000 y el encarcelamiento de más de mil estudiantes, así como una segunda irrupción de la Policía Federal Preventiva (PFP) en ocasión de la Semana Santa de abril de ese mismo año.

Juan Ramón de la Fuente supo aprovechar la crisis institucional posterior a la huelga universitaria para construirse una imagen pseudo progresista y achacarse el mérito de haber sacado adelante a la institución. Hasta nuestros días este argumento ha sido repetido una y otra vez por las elites de la academia y los grandes consorcios de la comunicación, ocultando sin rubor que fue el movimiento estudiantil el que rescató el carácter nacional público de la institución en un momento en el que hasta intelectuales como René Drucker (brazo derecho de De la Fuente) estaban a favor de implementar cuotas.

Al decir que De la Fuente fungiría como su eventual secretario de Educación, López Obrador fortalece sus lazos con una camarilla que expulsó a más de 400 estudiantes por motivos políticos, y que todo el tiempo fue reacia a la democratización de la Universidad. Por esta vía, se aleja también de miles de jóvenes y trabajadores que lucharon por la gratuidad de la educación y que han sido su verdadero soporte en las movilizaciones de masas. Los marxistas de Militante hemos apoyado infatigablemente la candidatura de AMLO desde la lucha contra el desafuero en 2005 y hemos respaldado su intención de combatir la corrupción, los privilegios de la oligarquía y desigualdad imperante en el país; pero también hemos señalado las limitaciones de su programa y el viraje adoptado recientemente en su campaña política consistente en “pactar con los empresarios”.

Los marxistas creemos que una república basada en el amor y la justicia social sólo puede tener sustento si se erradica la opresión y la explotación que genera el sistema capitalista. No se puede plantear una conciliación de intereses con quienes han saqueado los recursos y las instituciones nacionales y con quienes se han beneficiado a costa del pillaje y la rapiña. Decir que el éxito de la campaña de AMLO consiste en renunciar a la lucha en las calles y a la adopción de un discurso combativo es un error. El éxito de las movilizaciones electorales de 2006 residió precisamente en que AMLO hizo un llamado sin ambigüedades a jóvenes y trabajadores a luchar por un cambio real en el país, a acabar con las instituciones caducas y a privilegiar los intereses de los más pobres.

Los marxistas creemos que AMLO todavía se encuentra a tiempo de revertir las actuales tendencias electorales llamando a los trabajadores a salir a las calles y a luchar por la transformación radical del país, pero para ello tiene que llamarlos a luchar por sus intereses de una manera firme y tiene que romper con los grupos oportunistas que teniendo pasado político en las filas del PRI o PAN intentan beneficiarse del movimiento de masas a nivel nacional.

¡Ninguna alianza del MORENA con la camarilla De la Fuente – Drucker!

¡Por una campaña electoral basada en la lucha y la movilización en las calles!

¡Abajo la derecha y el capitalismo!

 


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