En días pasados de nueva cuenta Miguel Ángel Mancera ha planteado el incremento de la tarifa del Sistema de Transporte Colectivo Metro, para aparentemente mejorar el servicio así como solucionar las deficiencias del servicio. Si bien es cierta la imperiosa necesidad de mejorar el servicio de dicho transporte, esta verdad a medias no puede convertirse en otro golpe a los bolsillos de los jóvenes y trabajadores que votamos a un candidato de izquierda para defender nuestros intereses.

Desde hace un par de meses en las páginas de Militante se denunció la posibilidad del incremento del precio del boleto del metro, medida que poco después fue abandonada por el gobierno de la ciudad ante la escandalosa opacidad en la cual se manejan una serie de concesiones a empresas privadas como los comedores de los trabajadores y la complicidad con el dirigente charro del STSTC, Fernando Espinó1. De nueva cuenta el gobierno de Mancera pretende asestar un nuevo golpe a los trabajadores y jóvenes que le votamos para llevar una política de izquierda para defender nuestros intereses.

Bajo la obvia necesidad de mejorar la situación del Metro, pero en general del transporte público de la ciudad en el cual hacemos nuestro día a día millones de jóvenes y trabajadores, Mancera ha planteado un incremento de $2.00 al boleto del metro. Para la mayoría de los trabajadores de la ciudad es claro que se requiere una inversión para mejorar el servicio del Metro, inversión que no se ha anunciado pero que tampoco es clara ante la medida planteada por el Jefe de Gobierno. A todas luces la propuesta de incremento del precio, que a mediados de agosto parecía completamente abandonada, resurge en una situación poco clara y opaca. En el contexto de la contrarreforma hacendaria, presentada por Peña Nieto y con el silencio absoluto de Mancera, esta medida significará un ataque para la clase trabajadora no sólo de la ciudad sino del país. Pues de darse ese primer paso, sería la punta de lanza para incrementar en un porcentaje parecido el transporte en la provincia.

La medida ha sido anunciada, será impulsada a partir de una encuesta para aparentemente saber la opinión de los usuarios del metro. Es una medida aparente pues dicha encuesta no supone realmente que la opinión de los usuarios se exprese en las medidas impulsadas por el GDF. A todas luces esta maniobra “democrática” es un engaño del cual no seremos objeto los trabajadores. Ya hace un par de semanas el propio Mancera aseguraba que una encuesta realizada a mediados de agosto y cuyos resultados fueron entregados a la ALDF, arrojaba que más del 50% de los usuarios estaría a favor del incremento a $5.00 del boleto del metro. Por supuesto esa encuesta no representa realmente a la mayoría de los usuarios del metro, de ser así no tendría ningún sentido realizar una nueva encuesta para justificar una medida que podría tener tanto apoyo como el GDF insiste. Por el contrario lo evidente es que los usuarios urgimos la mejora en el servicio pero no a costa de golpear nuestros bolsillos, sino con un saneamiento real de las finanzas tanto del GDF como del propio STC.

A todas luces las mentiras y las verdades a medias, como el supuesto apoyo de la mayoría de usuarios al incremento de la tarifa, ha constituido la propaganda para desarrollar esta medida contra los trabajadores. Del 2010 al 2013 el incremento al salario mínimo significó para la zona A (DF y Edo Mex) un pírrico incremento de $7.30 pasando de $57.46 a $64.76 en 2013, representando un aumento del 12.7% , mientras el precio del boleto del metro, de aprobarse esta medida, significaría un incremento de $3.00 (de los $2.00 que valía en 2010 a los $5.00 propuestos) es decir un incremento del 150%. Este solo dato da muestras de las serias condiciones a las cuales nos enfrentamos los trabajadores de la zona metropolitana, pues solo considerando el valor propuesto al incremento de la tarifa del metro, eso significaría un 15% de nuestro salario actual para usar la red del metro. Ello sin considerar los recientes incrementos al transporte público, derivados de los gasolinazos que no han cesado desde el gobierno de Calderón y que incrementaran escandalosamente de aprobarse la Reforma Energética de Peña Nieto. No solo por el incremento de las gasolinas y el consecuente aumento del transporte público sino porque parte de los recursos que PEMEX aporta al erario público, cerca del 40% de los recursos públicos, son precisamente los que junto con los impuestos pagan precisamente parte de los ingresos del Metro. Ante todo ello Mancera solo se ha molestado en decir un par de palabras, pero sin realmente lanzar una medida seria para defender los recursos de la Ciudad.

Los jóvenes y los trabajadores somos conscientes de las necesidades del STC Metro para mejorar su servicio, pero a su vez somos conscientes de que el subsidio al transporte en la Ciudad no provienen de los bolsillos de banqueros ni empresarios sino de los bolsillos de la clase trabajadora. Es decir somos nosotros quienes mediante los impuestos pagamos los recursos del metro, mientras una banda de parásitos solapados por el gobierno de Mancera se llena los bolsillos con los recursos que nosotros aportamos. Por ejemplo el anuncio hecho por el propio Joel Ortega, director del metro, de abrir a la inversión privada las reparaciones de vagones y líneas. A todas luces ningún empresario, por más progresista que sea, invertirá en una empresa que no redituara en ganancia. Por ello es que este tipo de medidas en lugar de favorecer la captación y aprovechamiento de recursos significan un despilfarro de recursos que van a parar a los bolsillos de privados sin que realmente haya un cambio sustancial en el servicio. Otro ejemplo es la condonación en diciembre del 2012 de cerca de 100 millones de pesos mensuales a una empresa publicitaria que usa espacios en el metro y a la cual el GDF ha perdonado el pago de esos recursos, sin que hasta ahora a un año sea clara su situación.

En el mes de agosto el GDF anunció una inversión de mil 200 millones de pesos para la reparación de trenes que están descompuestos desde ¡hace 10 años! Ante la denuncia de los trabajadores sobre los peligros en los que se encontraba el sistema, al que caracterizaron como una bomba de tiempo dada la falta de inversión. Pero la propuesta considera no un aumento de la inversión pública del GDF, sino sobre todo la posibilidad de que privados inviertan en el Metro. Ante ello los jóvenes y trabajadores de la ciudad tenemos que manifestar nuestro rotundo rechazo, experiencias de la privatización del transporte público y otros servicios sobran para demostrar que ello no significara una mejora significativa. Sino por el contrario un desmantelamiento de las conquistas de las cuales por ahora gozamos en la ciudad. Por ello mismo también es un llamado a los jóvenes y trabadores de otros estados a impedir que se desarrolle esta medida en la capital del país, que como hemos señalado anteriormente de implementarse significaría a la larga, medidas similares a lo largo y ancho del país.

Los jóvenes que nos organizamos en el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública, y alrededor del periódico obrero Militante, hacemos un llamado a la juventud y a la clase trabajadora a movilizarnos para impedir que este ataque se implemente en contra de nuestros intereses. Por eso hacemos un llamado a la organización en torno a la campaña de firmas que estaremos desarrollando para evidenciar que la mayoría de los usuarios del metro, trabajadores y jóvenes, nos oponemos a tal medida que no redituara en una mejora de los servicios ni del salario de los trabajadores del metro sino solo en los recursos que unos cuantos se embolsan a nuestra costilla.

¡Ni diferenciada, ni homogénea: ni un peso de incremento a la tarifa del metro!

¡Apoya la campaña del CEDEP: Firma nuestra resolución contra el incremento del Metro!

1 Ver ¡No al alza de la tarifa del Metro!¡Basta de mentiras y atracos! en http://www.militante.org/node/2277

 


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